¿A qué juego ahora?

En un mercado cada vez más amplio en el que no dejamos de recibir títulos, la saturación a los mismos está empezando a ser un problema para muchos jugadores. Resulta curioso que algo que exista para entretenernos, divertirnos, evadirnos de nuestra vida diaria por unos minutos o incluso horas pueda llegar a crearnos preocupación o enfados, pero pasa.

Seguramente, cualquiera que haya jugado en línea habrá vivido esos momentos donde la inoperancia de nuestros compañeros lastra nuestra partida, habrá chocado con jugadores que -bajo el amparo de un nick- se dedican exclusivamente a molestar, se habrá desesperado por un golpe de suerte/mala suerte, por un error de nuestra conexión, por esos que abandonan la partida negándonos nuestra victoria (en serio, que eso siga pasando a estas alturas...) y mil situaciones más que nos acaban enfadando cuando la idea era divertirnos.

Pero también como jugadores individuales vivimos situaciones propias que nos dejan con una sensación bastante curiosa, sobre todo con unos backlogs (o juegos pendientes) tan amplios como los que vamos construyendo y que se resume en la pregunta que titula la entrada: ¿qué empezar cuando hemos acabado un título? Eso que quizás en otros géneros donde existen juegos más ligeros no pasa tanto, pero que cuando te llevas más de 40 horas con un juego como pasa en un RPG y éste se acaba... Te deja con una cierta sensación de vacío.

Esa sensación, además, se complica cuando tenemos demasiados juegos pendientes, ya que se crea una especie de cuello de botella donde nuestro cerebro empieza a descartar opciones posibles porque "no nos apetece". Hay quien tiene problemas a la hora de empezar otro RPG cuando todavía tiene muy reciente la experiencia del último, otros no encuentran un nuevo título que les cubra lo que jugarían en ese momento -que suele llevar a refugiarse en una obra clásica que ya hemos completado-, podríamos ser especialmente críticos con ese nuevo juego y abandonarlo a las primeras de cambio básicamente porque no estábamos mentalmente preparados para empezar otra aventura...

Resulta una sensación realmente curiosa que, literalmente, no tiene respuesta más que aceptar que, sí, ahora mismo no nos apetece jugar a nada nuevo... Aunque tengamos más de 20 títulos pendientes, por los que hemos pagado y que están en nuestras librerías cogiendo polvo, física o figuradamente.

Si esta sensación ocurre cuando hemos acabado una aventura, también puede pasar antes de empezar otra... que todavía no está disponible. Esto puede pasar cuando estamos esperando un lanzamiento que llegará en unos días y, de mientras, no tenemos algo a lo que jugar.

¿Qué podemos usar para cubrir ese espacio temporal? No podemos empezar un título que sabemos que nos puede llevar más días de los que faltan para el nuevo lanzamiento, porque nada más que tengamos el nuevo juego sabemos que nos vamos a lanzar al mismo desde el primer momento, abandonando la historia que estábamos desarrollando hasta ese momento y que difícilmente recuperaríamos semanas después, cuando volvamos a tener tiempo. Intentar volver a una historia a medias suele ser de las razones que nos llevan a abandonar un RPG.

Hay varias salidas para ese problema, que serían, de nuevo, lanzarnos a un título clásico ya completado y que podamos abandonar sin remordimiento, probar obras con poca capacidad para retenernos, como pueden ser MMORPGs con poca trama donde no nos relacionamos con nadie, títulos de abnegación (MOBAs, TCGs, Gachas...) pero con la idea de jugarlos sólo para pasar el tiempo y sin meternos en la profundidad de sus sistemas -porque si lo hacemos nos costará abandonarlos-, planteamientos abiertos como Los Sims, Animal Crossing o similares que, al no tener objetivos claros, tampoco nos anclarán tanto a los mismos...

Cada jugador tiene sus trucos para esos momentos, pero es una sensación similar: pararnos a mirar nuestra biblioteca de juegos y empezar a descartar opciones porque "no nos apetece" o "no vale", aumentando nuestra frustración al comprobar que tenemos cierto tiempo, tenemos juegos ya adquiridos y no les damos una oportunidad.

¿Cómo enfocáis estos, más que nunca, "problemas del Primer Mundo"? ¿Habéis llegado a abandonar los juegos por un tiempo debido a estas sensaciones? ¿Qué consejos podríais dar cuando pasa esto?