Final Fantasy XIV: La esencia de Final Fantasy en un MMORPG.
Muy buenas a todos. Primero quería presentarme: Mi Nick es Zoanir, soy vecino sevillano de Adell, jugador desde que tengo uso de memoria y entre mis géneros favoritos está, cómo no, el RPG.
Me he animado a escribir este artículo debido a la gran cantidad de gente que habla y habla sin tener datos, sin conocer realmente de lo que están hablando, simplemente desde el puro odio irracional que supone saber que existe un Final Fantasy numérico al que no pueden/quieren jugar.
El caso es que, como pone en el titular, vengo a escribiros sobre Final Fantasy XIV: A Realm Reborn (PC/PS3, 2013/PS4, 2014). Quería alejarme de todo lo tópico que resulta hablar en un artículo como explicar qué es o hacer un análisis y me dijeron “¿Por qué no escribes sobre si es digno de pertenecer a la saga numérica y no como spin-off?” y la verdad es que me pareció un tema muy acertado.
Pongámonos un poco en antecedentes: Final Fantasy XIV es la segunda entrega online dentro de la saga principal de la serie Final Fantasy. El primero fue Final Fantasy XI, del cual no puedo hablar mucho ya que no lo he jugado en profundidad, pero Square Enix ya indicó hace tiempo que fue (y es, hasta el momento) el juego de la serie más rentable para la compañía. Como juego online que son, se nos presenta un sistema de combate más enfocado a la acción que a los turnos, pero con una gran importancia del sistema clásico de Trabajos de la saga, aquel visto en juegos como Final Fantasy III, Final Fantasy V, Final Fantasy X-2 o los spin-off Final Fantasy Tactics.
Como cualquier MMORPG, en Final Fantasy XIV empezaremos a crear nuestro personaje antes de sumergirnos en el reino de Eorzea, eligiendo entre un abanico de razas (5 o 6 según si tenemos la expansión Heavensward o no) y, por supuesto, su trabajo o clase inicial, con una selección de entre ocho disponibles, que se irán expandiendo a medida que juguemos. Una vez creado, empezará la historia... Sí, historia, porque Final Fantasy XIV tiene una narrativa que ya la quisieran muchos RPGs (Que no MMORPGs) para sus tramas.
Como si de uno de nuestros antiguos JRPGs que tanto añoramos, empezaremos en un espacio vacío con una misteriosa voz que nos habla y tendremos una especie de premonición donde nos enfrentamos a un encapuchado con nuestra brillante armadura y nuestra flamante espada (aunque esto puede variar dependiendo del trabajo escogido, lógicamente). Después de eso, despertaremos en una carreta hablando con un extranjero sobre nosotros, destino a la ciudad que nos instruirá para ser aventureros y dominar nuestro trabajo.
A partir de aquí nuestra aventura dará comienzo y es cuando un jugador que no sepa nada acerca del juego se preguntará si empieza el clásico grindeo de matar X monstruos para subir al máximo nivel, conseguir equipo e irse a hacer Raids con tus amigos o los jugadores de turno. Craso error. Final Fantasy XIV no obliga a esto, ni mucho menos, obliga a que completes la historia principal para poder acceder a ese tipo de objetivos. Un jugador no podrá acceder al contenido más actual del juego sin haber pasado la "Main Scenario Quest", como aquí se llama.
El mundo que ha creado Naoki Yoshida y su equipo rebosa vida por todas partes, llegando a elaborar escenarios realmente hermosos que te dejan sin palabras. Los cuidados detalles que hay por ahí escondidos hacen que disfrutes explorando cada rincón de este maravilloso mundo. Bosques, parajes áridos, desiertos, campos nevados, islas flotantes… Todo ello lo encontraremos en el Reino de Eorzea que, por otra parte, es solo un pequeño trocito del Mapa del Mundo, imaginaos a dónde puede llegar este juego en el futuro. Por otro lado, las Mazmorras se integran perfectamente con el entorno y nos llevará a visitar Castillos abandonados, templos derruidos, minas infestadas, una cueva de piratas…
Y, como no todo en esta vida es ser un aguerrido aventurero, también dispondremos de acciones muy cotidianas, como es el tener nuestra propia casa (para lo cual deberemos ahorrar unos cuantos Giles) y decorarla a nuestro gusto, con los muebles que compremos por ahí o que fabriquemos nosotros mismos. También podemos casarnos con aquella persona especial en el juego con quien tantas aventuras hemos compartido sin restricción de raza o sexo, que en Eorzea son muy progresistas.
Esta región posee una historia a sus espaldas que nos da la completa sensación de que no estamos jugando a un título donde todo parece nacer ahora o existe sin más razón, todo tiene un pasado, como guerras ancestrales, la caída de los tres reinos de los magos, la formación y supremacía del Imperio con la consecuente conquista de territorios dentro de Eorzea (como la ciudad-estado de Ala Mhigo, la cual pienso que será el foco principal de la siguiente expansión). Toda esta trama está presente y nos podemos zambullir en ella a través de multitud de NPCs o, simplemente, prestando atención a los detalles, permitiendo incluso teorizar o deducir partes de la historia. Para que os hagáis una idea de lo vasto que es el transfondo del juego, la historia está dividida en varias sub-etapas que se engloban en la “Era Astral” y la “Era Umbral”. Todo el juego se desarrolla, hasta el momento, en la Séptima Era Umbral, así que imaginad si tienen de dónde tirar.
Final Fantasy XIV cuenta, además, con su propia mitología: Un Panteón de doce deidades menores subordinadas a la Diosa Hydaelyn, la cual es representada como un enorme cristal y que, además, da nombre al mundo donde está situado Eorzea. Cabe destacar, sin embargo, que, aunque tiene su propia mitología, encontramos durante el juego ciertas conexiones con Ivalice en las cuales no entraré por no destripar la trama.
Sin entrar en muchos detalles, para no destripar nada, se podría estimar la duración de la trama principal, viendo todas las escenas de vídeo, obviamente, en torno a las 60 horas, a día de hoy, con el aliciente de que la historia se va expandiendo cada 3 meses en forma de misiones, batallas y mazmorras.
Las Main Scenario Quest se intercalan con una serie de Mazmorras como si de un RPG normal para un jugador se tratara, que te emparejará con otros aventureros formando un grupo de cuatro (como hemos visto en entregas anteriores no-online). Estas mazmorras tendrán su propio trasfondo, algunas de ellas obligatorias, otras opcionales, pero todas ellas plagadas de enemigos tanto nuevos como viejos veteranos de la saga. A medida que la historia se vaya desarrollando, veremos crecer a nuestro personaje, de cómo paso de ser un simple viajero al “Guerrero de la Luz”, otra figura recurrente en la saga que, sin duda, los mas veteranos reconocemos.
Otra cosa que lo convierte en un Final Fantasy puro son varios elementos de su historia, como es la importancia de los cristales, fuente de recurso para consumar la invocación de los Primals, homólogos de los Eidolones o Guardianes de la Fuerza, vistos en otros Final Fantasy, y que lucen ahora un aspecto espectacular que nada tiene que envidiar a otros títulos de la saga
La historia estará plagada de momentos memorables: La muerte de algún que otro personaje importante, traiciones, giros esporádicos en la historia, alguno de ellos predecibles, eso si... La inclusión de las Invocaciones a la historia principal me hace recordar a momentos tan impresionantes como Alejandro en Final Fantasy IX o Ánima en Final Fantasy X, así que creo que con eso dejo claro la impresión que marcan en el jugador. Al margen de la historia principal y de las mazmorras previamente comentadas, encontraremos tramas paralelas, como son las misiones de trabajo, que suelen ser bastante épicas o ilustrativas del mundo de Eorzea.
A partir de aquí podríamos hablar de que es un MMORPG con toques bastante enfocados a la historia principal pero, ¿Se ha ganado el nombre de Final Fantasy? Desde mi punto de vista, rotundamente sí.
Aún no contando con Nobuo Uematsu salvo en honrosas excepciones (Tanto el tema principal “Answers” como el tema principal de la expansión “Dragonsong” están compuestos por él) tenemos al no tan conocido compositor Masayoshi Soken realizando un trabajo excelente. Y es que Final Fantasy XIV cuenta con una Banda sonora soberbia que cuenta tanto con arreglos de temas clásicos como Prelude, Final Fantasy Theme, Battle Scene I (de Final Fantasy II), Battle on the Big Bridge o Terra’s Theme a composiciones originales absolutamente geniales como Thunder Rolls (El tema de Ramuh) o el tema de Ishgard (Foundation daytime), las cuales recomiendo escuchar si se tiene la oportunidad.
Hablando del apartado sonoro hay que comentar que el juego está en parte doblado a los 4 idiomas que tiene realizada su traducción (Inglés, Alemán, Francés y Japonés) y, sí, como podéis ver no está incluido el español, ya que Square Enix consideró que no había demasiada demanda de nuestros países para justificar dicha traducción.
Sinceramente, no es algo que me moleste, ya sabemos lo que suele acarrear una comunidad hispana a los juegos online y el trato que solemos recibir...
En Final Fantasy XIV encontramos claras referencias y guiños a otros Final Fantasy, como la Torre de Cristal de Final Fantasy III, la Tríada Marcial de Final Fantasy VI o cameos de otros personajes en forma de Minions, mascotas de vanidad que nos acompañan.
Las monturas del juego es otra de las grandes referencias a la saga que encontraremos y es que contaremos con gran parte del arsenal de bestias de la saga sobre las que poder cabalgar, incluyendo una especie de columpio suspendido por varios Bombs o la armadura Magitek de Final Fantasy VI.
También podremos ver ciertos guiños a elementos de la historia como los ya mencionados Primals o personajes importantes, como son Cid, Biggs y Wedge, Por supuesto, también tendremos el citado anteriormente Sistema de Trabajo que nos permitirá, fuera de combate, cambiar rápidamente entre los que hayamos desbloqueado pudiendo realizar con un único personaje todas las funciones posibles, de forma similar a un Final Fantasy Tactics.
Esto es posible gracias a que cada Trabajo tiene un arma única que los diferencia y que, por tanto, hace instantáneo que, al cambiar de arma, cambies de Trabajo, una medida excelente que hace que, normalmente, aunque cada jugador acabe jugando más en el rol que considera más adaptado a su estilo, prácticamente cualquiera a niveles avanzados puede cambiarse entre varios trabajos y ser igualmente eficiente. Así, hay menos quejas de "Igual debería haberme escogido..." o "Este trabajo está OP".
Cabe destacar que, como cualquier RPG, y más siendo un MMO, que está englobado en una saga, el título está plagado de Fanservice pero. eh, yo no me voy a quejar, desde luego. Y es que aquí cabe destacar la recreación que hicieron del archiconocido Gold Saucer de Final Fantasy VII, en el cual podremos participar en una serie de minijuegos como las carreras de Chocobo o las partidas de cartas de Triple Triad, provenientes de Final Fantasy VIII. Al fin y al cabo ¿Qué es un Final Fantasy sin minijuegos? Frotándome las manos estoy esperando por poder saltar a la comba... (No).
En fin, nada más por mi parte, espero poder traeros más artículos o reportajes y, si esto os ha gustado, hacédmelo saber para traeros más historias de mis viajes por el reino de Eorzea.
Saludos.
Me he animado a escribir este artículo debido a la gran cantidad de gente que habla y habla sin tener datos, sin conocer realmente de lo que están hablando, simplemente desde el puro odio irracional que supone saber que existe un Final Fantasy numérico al que no pueden/quieren jugar.
El caso es que, como pone en el titular, vengo a escribiros sobre Final Fantasy XIV: A Realm Reborn (PC/PS3, 2013/PS4, 2014). Quería alejarme de todo lo tópico que resulta hablar en un artículo como explicar qué es o hacer un análisis y me dijeron “¿Por qué no escribes sobre si es digno de pertenecer a la saga numérica y no como spin-off?” y la verdad es que me pareció un tema muy acertado.
Pongámonos un poco en antecedentes: Final Fantasy XIV es la segunda entrega online dentro de la saga principal de la serie Final Fantasy. El primero fue Final Fantasy XI, del cual no puedo hablar mucho ya que no lo he jugado en profundidad, pero Square Enix ya indicó hace tiempo que fue (y es, hasta el momento) el juego de la serie más rentable para la compañía. Como juego online que son, se nos presenta un sistema de combate más enfocado a la acción que a los turnos, pero con una gran importancia del sistema clásico de Trabajos de la saga, aquel visto en juegos como Final Fantasy III, Final Fantasy V, Final Fantasy X-2 o los spin-off Final Fantasy Tactics.
Como cualquier MMORPG, en Final Fantasy XIV empezaremos a crear nuestro personaje antes de sumergirnos en el reino de Eorzea, eligiendo entre un abanico de razas (5 o 6 según si tenemos la expansión Heavensward o no) y, por supuesto, su trabajo o clase inicial, con una selección de entre ocho disponibles, que se irán expandiendo a medida que juguemos. Una vez creado, empezará la historia... Sí, historia, porque Final Fantasy XIV tiene una narrativa que ya la quisieran muchos RPGs (Que no MMORPGs) para sus tramas.
Como si de uno de nuestros antiguos JRPGs que tanto añoramos, empezaremos en un espacio vacío con una misteriosa voz que nos habla y tendremos una especie de premonición donde nos enfrentamos a un encapuchado con nuestra brillante armadura y nuestra flamante espada (aunque esto puede variar dependiendo del trabajo escogido, lógicamente). Después de eso, despertaremos en una carreta hablando con un extranjero sobre nosotros, destino a la ciudad que nos instruirá para ser aventureros y dominar nuestro trabajo.
A partir de aquí nuestra aventura dará comienzo y es cuando un jugador que no sepa nada acerca del juego se preguntará si empieza el clásico grindeo de matar X monstruos para subir al máximo nivel, conseguir equipo e irse a hacer Raids con tus amigos o los jugadores de turno. Craso error. Final Fantasy XIV no obliga a esto, ni mucho menos, obliga a que completes la historia principal para poder acceder a ese tipo de objetivos. Un jugador no podrá acceder al contenido más actual del juego sin haber pasado la "Main Scenario Quest", como aquí se llama.
Y, como no todo en esta vida es ser un aguerrido aventurero, también dispondremos de acciones muy cotidianas, como es el tener nuestra propia casa (para lo cual deberemos ahorrar unos cuantos Giles) y decorarla a nuestro gusto, con los muebles que compremos por ahí o que fabriquemos nosotros mismos. También podemos casarnos con aquella persona especial en el juego con quien tantas aventuras hemos compartido sin restricción de raza o sexo, que en Eorzea son muy progresistas.
Esta región posee una historia a sus espaldas que nos da la completa sensación de que no estamos jugando a un título donde todo parece nacer ahora o existe sin más razón, todo tiene un pasado, como guerras ancestrales, la caída de los tres reinos de los magos, la formación y supremacía del Imperio con la consecuente conquista de territorios dentro de Eorzea (como la ciudad-estado de Ala Mhigo, la cual pienso que será el foco principal de la siguiente expansión). Toda esta trama está presente y nos podemos zambullir en ella a través de multitud de NPCs o, simplemente, prestando atención a los detalles, permitiendo incluso teorizar o deducir partes de la historia. Para que os hagáis una idea de lo vasto que es el transfondo del juego, la historia está dividida en varias sub-etapas que se engloban en la “Era Astral” y la “Era Umbral”. Todo el juego se desarrolla, hasta el momento, en la Séptima Era Umbral, así que imaginad si tienen de dónde tirar.
Final Fantasy XIV cuenta, además, con su propia mitología: Un Panteón de doce deidades menores subordinadas a la Diosa Hydaelyn, la cual es representada como un enorme cristal y que, además, da nombre al mundo donde está situado Eorzea. Cabe destacar, sin embargo, que, aunque tiene su propia mitología, encontramos durante el juego ciertas conexiones con Ivalice en las cuales no entraré por no destripar la trama.
Sin entrar en muchos detalles, para no destripar nada, se podría estimar la duración de la trama principal, viendo todas las escenas de vídeo, obviamente, en torno a las 60 horas, a día de hoy, con el aliciente de que la historia se va expandiendo cada 3 meses en forma de misiones, batallas y mazmorras.
Las Main Scenario Quest se intercalan con una serie de Mazmorras como si de un RPG normal para un jugador se tratara, que te emparejará con otros aventureros formando un grupo de cuatro (como hemos visto en entregas anteriores no-online). Estas mazmorras tendrán su propio trasfondo, algunas de ellas obligatorias, otras opcionales, pero todas ellas plagadas de enemigos tanto nuevos como viejos veteranos de la saga. A medida que la historia se vaya desarrollando, veremos crecer a nuestro personaje, de cómo paso de ser un simple viajero al “Guerrero de la Luz”, otra figura recurrente en la saga que, sin duda, los mas veteranos reconocemos.
Otra cosa que lo convierte en un Final Fantasy puro son varios elementos de su historia, como es la importancia de los cristales, fuente de recurso para consumar la invocación de los Primals, homólogos de los Eidolones o Guardianes de la Fuerza, vistos en otros Final Fantasy, y que lucen ahora un aspecto espectacular que nada tiene que envidiar a otros títulos de la saga
La historia estará plagada de momentos memorables: La muerte de algún que otro personaje importante, traiciones, giros esporádicos en la historia, alguno de ellos predecibles, eso si... La inclusión de las Invocaciones a la historia principal me hace recordar a momentos tan impresionantes como Alejandro en Final Fantasy IX o Ánima en Final Fantasy X, así que creo que con eso dejo claro la impresión que marcan en el jugador. Al margen de la historia principal y de las mazmorras previamente comentadas, encontraremos tramas paralelas, como son las misiones de trabajo, que suelen ser bastante épicas o ilustrativas del mundo de Eorzea.
A partir de aquí podríamos hablar de que es un MMORPG con toques bastante enfocados a la historia principal pero, ¿Se ha ganado el nombre de Final Fantasy? Desde mi punto de vista, rotundamente sí.
Aún no contando con Nobuo Uematsu salvo en honrosas excepciones (Tanto el tema principal “Answers” como el tema principal de la expansión “Dragonsong” están compuestos por él) tenemos al no tan conocido compositor Masayoshi Soken realizando un trabajo excelente. Y es que Final Fantasy XIV cuenta con una Banda sonora soberbia que cuenta tanto con arreglos de temas clásicos como Prelude, Final Fantasy Theme, Battle Scene I (de Final Fantasy II), Battle on the Big Bridge o Terra’s Theme a composiciones originales absolutamente geniales como Thunder Rolls (El tema de Ramuh) o el tema de Ishgard (Foundation daytime), las cuales recomiendo escuchar si se tiene la oportunidad.
Hablando del apartado sonoro hay que comentar que el juego está en parte doblado a los 4 idiomas que tiene realizada su traducción (Inglés, Alemán, Francés y Japonés) y, sí, como podéis ver no está incluido el español, ya que Square Enix consideró que no había demasiada demanda de nuestros países para justificar dicha traducción.
Sinceramente, no es algo que me moleste, ya sabemos lo que suele acarrear una comunidad hispana a los juegos online y el trato que solemos recibir...
En Final Fantasy XIV encontramos claras referencias y guiños a otros Final Fantasy, como la Torre de Cristal de Final Fantasy III, la Tríada Marcial de Final Fantasy VI o cameos de otros personajes en forma de Minions, mascotas de vanidad que nos acompañan.
Las monturas del juego es otra de las grandes referencias a la saga que encontraremos y es que contaremos con gran parte del arsenal de bestias de la saga sobre las que poder cabalgar, incluyendo una especie de columpio suspendido por varios Bombs o la armadura Magitek de Final Fantasy VI.
También podremos ver ciertos guiños a elementos de la historia como los ya mencionados Primals o personajes importantes, como son Cid, Biggs y Wedge, Por supuesto, también tendremos el citado anteriormente Sistema de Trabajo que nos permitirá, fuera de combate, cambiar rápidamente entre los que hayamos desbloqueado pudiendo realizar con un único personaje todas las funciones posibles, de forma similar a un Final Fantasy Tactics.
Esto es posible gracias a que cada Trabajo tiene un arma única que los diferencia y que, por tanto, hace instantáneo que, al cambiar de arma, cambies de Trabajo, una medida excelente que hace que, normalmente, aunque cada jugador acabe jugando más en el rol que considera más adaptado a su estilo, prácticamente cualquiera a niveles avanzados puede cambiarse entre varios trabajos y ser igualmente eficiente. Así, hay menos quejas de "Igual debería haberme escogido..." o "Este trabajo está OP".
Cabe destacar que, como cualquier RPG, y más siendo un MMO, que está englobado en una saga, el título está plagado de Fanservice pero. eh, yo no me voy a quejar, desde luego. Y es que aquí cabe destacar la recreación que hicieron del archiconocido Gold Saucer de Final Fantasy VII, en el cual podremos participar en una serie de minijuegos como las carreras de Chocobo o las partidas de cartas de Triple Triad, provenientes de Final Fantasy VIII. Al fin y al cabo ¿Qué es un Final Fantasy sin minijuegos? Frotándome las manos estoy esperando por poder saltar a la comba... (No).
Sí, Final Fantasy XIV es un MMORPG. Si, está en inglés. Sí, hay que pagar cuotas mensuales (18€ por dos meses) y, lo siento, pero SÍ, este juego es un Final Fantasy, lo mires por donde lo mires.
En fin, nada más por mi parte, espero poder traeros más artículos o reportajes y, si esto os ha gustado, hacédmelo saber para traeros más historias de mis viajes por el reino de Eorzea.
Saludos.
Ineteresante entrada, comparto tu opinión prácticamente punto por punto.
ResponderEliminarYo personalmente dejé FF XIV porque no me gusta estar atado a ningún juego durante demasiado tiempo, pero pude completar la historia principal completa. Sólo se me quedó en el tintero Binding Coil of Bahamut y porque ni tenía ni buscaba raid. Pero por lo demás es un juego increíble, con unos combates realmente épicos (Ifrit, Ultima Weapon... la lista sería enorme) y lleno de fanservice. Porque sí, juega con nuestros sentimientos pero no importa, a mi personalmente me sigue gustando.
Si no os tira demasiado para atrás las cuotas del juego, deberíais de probarlo al menos un par de meses, es un Final Fantasy con todas las de la ley (de hecho, en mi opinión SE no saca uno tan bueno desde el X) y que no parará de sacaros una sonrisa de vez en cuando.
Precisamente porque según sus fans es un Final Fantasy, hasta la médula, me mantendré alejado. Me aterroriza, repulsa, y decepciona (en ese orden, más o menos) toda parte de una saga que ejecuta perfectamente la fórmula establecida para la saga, dentro de su contexto, cumpliendo las expectativas de sus fans divinamente.
ResponderEliminarY porque aún no sé si añadieron rifles.
Final Fantasy XIV es un señor MMORPG. Ha sabido renacer y a día de hoy convertirse en un referente dentro del mundillo. No soy muy ávido a los MMO ni a juegos con gran componente online, pero este juego enamora solo con ver un par de capturas. Fue el responsable de que me hiciera con una PS4 antes de tiempo (no tengo para un PC que me tire medianamente bien) y por culpa de falta de tiempo y tal no he podido jugar más del mes gratuito de suscripción (y no entero). Tras unas primeras horas de juego me pareció sublime. Todo lo que comentas lo hace un Final Fantasy más y no un producto inferior como mucha gente dice. Y por dios, la gente que se queja de las cuotas, por dios, es lo que te cuesta un menú en Burguer King xD.
ResponderEliminarTengo que volver y vas a ser mi guía dentro de Eorzea, que lo sepas ;D
A mi siempre me ha llamado la atención, pero entre que no sé si mi PC correría esto bien (con el Lineage II ya tenía problemas con las últimas expansiones aun al mínimo), que no me va bien pagar las cuotas (supondría renunciar a gran parte de mi presupuesto de juegos ._.) y que un MMO es algo que requiere tiempo para disfrutarse en condiciones pues...me echa para atrás. Pero la verdad es que me gustaría probarlo.
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