[Experiencias Roleras] Luxar nos escribe sobre Bravely Default

Creo que sería mejor empezar con una presentación: mi nombre es Luxar y, como tantos otros, estuve leyendo en la sombra este blog durante mucho tiempo hasta que, finalmente, me decidí a colaborar. Y esta es mi primera entrada en Destino RPG.

Mi historia con el género y con la industria en general ha sido un poco... Rara. Al ser el único en mi familia que usaba los videojuegos como entretenimiento, me he encontrado sólo jugando a ellos buena parte de mi vida. Mis andaduras empezaron cuando tenía 4 años, y mis primas (ya mayores y habiendo perdido todo el interés) me regalaron su vieja PlayStation. En esa época, a mí me decías que si estaba jugando videojuegos y te preguntaba si eso se comía, así que dedicaba mi vida a pasarme cientos de veces el Crash Bandicoot 3 que, junto a Pandemonium, Mickey’s Wild Adventure y Tombi 2, eran los únicos que tenía. Como del resto de juegos no tenía ni pajolera idea, me dedicaba a saltar y poco más.

Seguí así hasta hace unos cuatro años cuando dejé de estar incomunicado del resto de videojuegos y descubrí los encantos de los RPGs. Entonces empecé a explorar: Final Fantasy III, IV y 4 Heroes of Light, los Pokémon, algún Kingdom Hearts… Ni sabía que eran RPGs, pero este género me empezaba a encandilar. Luego pasé a menos conocidos como Pandora’s Tower o Nostalgia, me atreví con Etrian Oddyssey (que no me gustó nada ^^U) y con Fire Emblem... Y así, hasta ahora.

Pero basta de lecciones de historia que no le importan a nadie, vamos con el título que nos ocupa y que es bastante conocido en esta página (Por no decir que es EL más conocido): Bravely Default (3DS, 2012/13/14). Un juego que quizás está en un pedestal… Un poco alto.

La trama de Bravely Default sólo la puedo resumir como básica. Es la viva encarnación de la historia de Final Fantasy I, II, III y V evolucionada con el paso de los años. Muy básica, tanto que funciona a la perfección. Sin entrar en spoilers, encarnamos a la vestal del viento (Agnès) en un mundo llamado Luxendarc, cuyos cristales han sido devorados por la oscuridad. Nuestra misión es despertarlos acompañados de un hada de cristal (Airy) y otros tres compañeros (Tiz, Edea y Ringabel), todo esto luchando contra el típico imperio (en este caso ducado) que quiere evitarlo. Pero pese a ser tan básica, la historia cuenta con varias vueltas y giros, llegando al punto de que cuando se conoce de manera completa, te estallan las neuronas. Y encima cuenta con dos finales diferentes.

Aún así, la trama no está exenta de fallos. Hay un giro que da una vuelta de 180 grados a la historia y que es de los peores llevados que he visto jamás en un juego del género. Igual puede ser porque me hicieron el spoiler, pero es que te lo dice hasta X antes de que X (por decirlo de alguna manera y sí, X es la misma persona) “se dé realmente cuenta de lo que pasa”. 

Aunque hay otros mucho más interesantes y mejor llevados, eso sí. Sin embargo el gran fallo del título se concentra en los últimos capítulos: tienes que repetir TODA la historia cuatro veces más. Sí, CUATRO veces. Parte es opcional y no aporta nada en términos de trama, pero se reducen básicamente a combatir una y otra vez contra los mismos jefes. La primera repetición no se me hizo especialmente pesada, pero a partir de ahí ya seguía avanzando sólo para ver el final. Final que por cierto me dejó un poco frío. El final “falso” era muy ligero y soso, pero el “verdadero”… Entre eso y que la cosa más importante de dicho final no la explican… Me quedó una impresión muy mejorable.

Pero que nadie se confunda, son buenos finales y encajan bien con la historia pero me esperaba algo mejor después de tanta repetición necesaria para llegar ahí.

Pero la gran virtud del RPG reside en sus personajes: Profundos y desarrollados, que nos acompañarán en toda la obra. Con su carisma, sus sueños, sus temores, sus esperanzas, sus motivaciones y sus propias historias personales detrás. Y no sólo hablo de personajes principales, los secundarios también son redondos y las misiones secundarias, que no sólo aportan trabajos, sino que además profundizan mucho en estos personajes, provocando que te estremezcas con más de una historia. 

En este apartado no pongo quejas, salvo los clichés propios del género: el héroe, el “oh, pobrecita, no puede hacer X”, el que desmonta el tinglado, incluso la que se une un poco porque no tiene otra cosa mejor que hacer… Pero no se hacen repetitivos, todos los personajes son muy interesantes del primero al último. Sin duda merece la pena escuchar sus conversaciones, aunque la mayoría hablen de comida. Lógicamente al estar tan bien desarrollados acabarás enamorándote de unos y odiando a otros. Como yo, que (sobre todo al principio) me daban ganas de soltarle un guantazo a Agnès ^^U

Que no os engañen. Bravely Default mantiene todos los elementos de los clásicos JRPG (tan clásico que las protagonistas tienen unos trajes un poco… con decir que algunos fueron censurados es suficiente) por turnos y combates aleatorios de toda la vida, pero con un par de vueltas de tuerca. 

Nos presentan Brave y Default, la evolución del sistema de batalla de Final Fantasy: The 4 Heroes of Light (NDS, 2010). Default es el típico sistema de defensa, que nos acumula PB (es decir, turnos). O sea, usamos Default, recibimos la mitad del daño y, encima, en el turno siguiente, podemos usar Brave y usar el turno ganado, teniendo dos turnos disponibles. Usar esa estrategia puede funcionar contra enemigos de relleno, pero no contra la mayoría de jefes, pues algunos tienen la habilidad de bajarte los PB o cosas peores. Vamos, que igual acabáis con los PB en negativo. Sí señor, si abusáis de Brave lo que pasará es que os quedaréis con PB en negativo. Es decir, que si en el primer turno atacáis 4 veces, tendréis que estar 3 turnos sin poder hacer nada a merced del equipo rival (porque se te otorga un PB por turno si no usamos Default). Esto da pie a multitud de estrategias que hay que dominar. Pero esto no es todo. Hay dos mecánicas más: podremos invocar amigos (o extraños de internet) para que nos ayuden en el combate si tenemos problemas, por la cara. Y además también podremos usar Bravely Second y parar el tiempo para atacar libremente. Para recargar el Bravely Second tendremos que dejar en espera la consola 8 horas, o comprarlo con dinero real (cosas de Square-Enix), si bien su uso es totalmente innecesario.

Además de esto contamos con un sistema de trabajos (24 en total) que se consiguen derrotando a los portadores de los asteriscos, algunos obligatorios y la mayoría opcionales. Solo podemos tener un trabajo asignado a cada personaje, pero además también podemos contar con las habilidades de otro trabajo, creando mezclas tan dispares como un Caballero y Mago Negro. Y por si esto fuera poco, contamos con habilidades pasivas que se desbloquean mejorando en diferentes trabajos y que podremos equipar libremente en las ranuras disponibles. Además el uso de armas entra en otro nivel, ya que por ejemplo un Caballero dominará perfectamente la espada pero estará perdido con un arco. Es muy importante tener todo en cuenta, pues arcos y mitones no nos dejarán tener escudos y perderemos defensa, pero podrán hacer mucho daño. Equipar a un personaje con un arma que no es adecuada hará que inflija muchos menos daño con la misma.

¿La pega? Está MUY roto (aquí Adell es el maestro estratega). Tiene oficios que bien combinados no sólo rompen el juego, hacen que estalle. Cosas tan guays como vencer a un grupo tochaco de jefes sin que te toquen un pelo o explotar la debilidad elemental de un jefe que se base en el ataque físico. La marranada del siglo, vamos. Al parecer en la secuela lo arrancarán de raíz quitando los trabajos más rotos, pero mala hierba nunca muere.

No solo hay que decir que el juego aprueba, es que saca un sobresaliente. Bravely Default no es un Resident Evil: Revelations, no toca el techo gráfico de la consola ni mucho menos, porque no lo necesita. Con su estética de acuarela y deformed que ya se mostró en The 4 Heroes of Light y unos bellos escenarios diseñados a mano, emulando los escenarios prerenderizados como los de Final Fantasy VII, nos enseña que pocas veces es necesario tener gráficos hiperrealistas. Aunque eso sí, la cara de Tiz a veces deja un poquito de desear. Las animaciones de magia están bien, correctas. No son nada del otro mundo pero encajan a la perfección. Incluso las invocaciones resultan atractivas, por muy tediosas y aburridas que resulte invocarlas. Las animaciones de ataque están muy bien, en mi opinión.

La banda sonora es magistral. Echo en falta alguna pieza más porque acabé hasta las narices del mapamundi y las mazmorras, que todas tienen temas iguales. El tema de batalla final es especialmente épico, pero buscarlo directamente os spoilearía bastante del juego.

La dificultad del título está muy bien calibrada, salvo combates en cierta subtrama que hace que quieras tirarte por la ventana. Para la historia principal dudo que haga falta farmear, si acaso un poco pero no es necesario y fácilmente puedes llegar al nivel 70 al combate final y vencer (aunque yo llegué al 90 debido a cierta subtrama).

La duración es mucho más que aceptable. Completando las tramas secundarias y el bestiario, mi primera partida me llevó 120 horas con los dos finales. El tema está en que de esas 120 horas, 20 eran farmeo y 50 repetición de la historia, pero vosotros haced la vista gorda. No es rejugable (a no ser que quieras ver todas las escenas) pero llegar al 100% te puede llevar 150 horas fácilmente, así que se compensa.

Hay elementos extra como la posibilidad de empezar una Nueva Partida+, un avance de la secuela con el que no abres boca, directamente te rompes la mandíbula, un minijuego de reconstrucción de la aldea de uno de los protagonistas para otorgarte super-jefes opcionales y darte objetos o equipamiento exclusivos (que cumple pero a mí no me pareció muy allá), un doblaje japonés maravilloso, un super-jefe brutal en una mazmorra oculta y el más importante: un diario en el que puedes ver de nuevo todas las escenas del juego, leer descripciones de lugares, personajes, términos, monstruos… Y además un completo registro de armas, armaduras y objetos con una descripción para cada una que hace las delicias de los curiosos como yo. Cumple bien en este aspecto.

Bravely Default tiene más luces que sombras, aunque estas últimas son bastante oscuras. El juego es muy enriquecido por su historia básica pero retorcida, sus carismáticos y bien trabajados personajes, sus completos extras, su extenso sistema de trabajos, su dinámico sistema de combate, su dificultad bien calibrada, su duración, su banda sonora, sus gráficos (monísimos) y su doblaje, que una vez probé el japonés, me dolía escuchar el inglés.

Peero, se ve lastrado por problemas relacionados principalmente con la trama. Una absurdísima repetición de la historia que hace que quieras terminar el juego de una puñetera vez (y alguno seguro que lo ha dejado en el cajón por eso), un giro argumental llevado TAN mal que parece que a los desarrolladores ni les importaba que eso estuviera ahí y unos finales que me dejaron igual que estaba antes de terminarlo. Me fastidió mucho tener que buscar en internet qué pasó en el final, porque lo vi tres veces, leí todas las descripciones de los personajes y no pude sacar ninguna conclusión. Tiene alguna pega muy pasable como la reconstrucción de Norende o la repetición de canciones, y usa el cliché en demasía. Edea era mi personaje favorito, sin duda, y a veces la odiaba por el sentimentalismo que le metían a todas horas. Eso y el poco balanceo de trabajos, pero siempre se puede tirar por lo legal (la tentación en ocasiones es grande).

En conclusión, no es para encumbrarlo en el Olimpo del género RPG como algunos dicen pues tiene pegas muy importantes, pero sí se merece una oportunidad por sus virtudes y evolución de un estilo que parecía denostado. A mí me ha proporcionado 120 horas de diversión (menos mal que me gustaban los combates, si no en los capítulo 6, 7 y 8 dejo el juego) y aquí ando con el 100% disfrutándolo a tope. ¿Que igual no a todos gusta? Lo entiendo, no siempre llueve a gusto de todos, pero si te gustan los JRPGs clásicos, este es tu juego, y es de lo mejorcito que he jugado en esta generación.

Y a vosotros, ¿qué os ha parecido?