[Análisis] Unepic
Muy buenas a todos/as, lectores/as de Destino RPG. Una vez más, vuestro fiel servidor M2Hero se lanza al ruedo para hablar de un título que he tenido el placer de pasarme en los últimos días. Sin embargo, esta vez será mi estreno con los análisis en el blog. Pero, os estaréis preguntando, "¿Un análisis de Unepic? Si ese juego lleva años rondando por ahí, menudo caradura el tío". Lo cierto es que no os falta razón. Unepic salió en los últimos meses de 2011 en PC y luego ha pasado por diversas plataformas, pero no fue hasta hace poco (finales de marzo) cuando al fin apareció en PlayStation 4 y PlayStation Vita. Esas son las plataformas en las que finalmente lo he podido jugar y, por eso, os traigo mis impresiones en forma de análisis.
De hecho, una de las ventajas más obvias de estas versiones es la posibilidad de Cross Buy que existe: lo pagas en una de las dos (PS4 o Vita) y también lo tienes disponible para descarga en la otra consola, asociándose a la cuenta de PSNetwork. Esto, teóricamente, se acompaña de la función de Cross Save (puedes guardar en una de las dos máquinas y continuar la partida tranquilamente con la otra), pero debo decir que no funciona demasiado bien: la función no respeta exactamente los salvados y te puedes encontrar que la partida importada en una máquina no está exactamente en el mismo punto que está en la otra (esto me pasó a mí hacia el final, al intentar acabarlo en PlayStation 4, viniendo de Vita, que había una diferencia de más de media hora de juego).
Este es uno de los motivos por los que, sobre todo, lo he jugado prácticamente entero en Vita. Igualmente en la sección de apartado técnico me detendré en las diferencias que yo he podido constatar entre versiones, ya que no puedo opinar en cómo cambia el título con respecto a sus versiones en otros sistemas.
Pero entremos ya con lo que es Unepic: este juego es... difícil de categorizar, sinceramente.
Generalmente se le engloba dentro de las Aventuras de Acción y Plataformas, en el subgénero llamado "Metroidvania". De hecho, es evidente que Unepic le debe ciertas cosas a los Castlevania, especialmente a nivel de mecánicas jugables, enfoque y ambientación, si bien Francisco Téllez de Meneses seguramente preferiría que diga que su mayor influencia es el juego clásico de Konami, Maze of Galious. ¿Y quién leches es Francisco Téllez, os preguntaréis? Pues el señor que, como si de un Toby Fox se tratase, ha creado Unepic prácticamente él solito (como siempre, otras personas le han ayudado, pero el juego es suyo). Señor muy majo, debo decir, que incluso me contestó un tweet así suelto que hice, pidiendo una ayudita para un jefe. Eso es cercanía, señores.
NOTA: Entre mis futuros proyectos a corto plazo está el de, si se deja (que yo creo que se dejará), entrevistar a Fran para el blog. Tengo algunas preguntas preparadas, pero me encantaría que si estáis interesados me mandarais posibles preguntas a través de los comentarios de esta entrada ;).
Una vez hecho el spam gratuito de rigor, voy a desmenuzar lo que ha supuesto Unepic para un servidor. Decir que me voy a centrar sobre todo en la experiencia con la versión de Vita, que es la que he jugado el 90% del tiempo.
Unepic nos pone en la piel de Dani, un joven apasionado de los videojuegos, el cine y la cultura "friki" en general. Al comenzar el título, Dani se encuentra jugando una partida de rol de mesa, de lápiz y papel, con otros tres colegas de semejantes gustos. En medio del entretenimiento, al bueno de nuestro protagonista le dan ganas de ir al baño, así que para allí se encamina. En la oscuridad del lavabo, enciende un mechero para darse cuenta de que... ha aparecido en una especie de castillo medieval. Sin saber a ciencia cierta si se trata de una alucinación o un sueño, Dani decide explorar el castillo para tratar de averiguar dónde está, qué hace allí y cómo puede regresar a casa.
Al poco de aventurarse en el castillo de Harnakon (así se llama el enigmático dueño del lugar, del que no sabremos prácticamente nada hasta bien avanzado el juego), nuestro "héroe" es interceptado por una sombra, un enemigo que intenta poseer su cuerpo mortal. Sin embargo, sin saberse muy bien el motivo, la sombra queda atrapada en el cuerpo de Dani, sin poder manipularlo a su antojo, siendo un mero huésped que lo único que puede hacer es comunicarse telepáticamente con el propio protagonista. Y hasta aquí puedo leer (o escribir) para no estropearos nada.
De todas formas, creo que no peco si digo que el argumento no es el punto fuerte de Unepic, que se basa más en disfrutar del viaje que en proponernos una historia con la que devanarnos los sesos. Generalmente la trama avanzará a base de los diálogos que mantienen Zera (tal es el nombre que Dani le pone a la sombra) y el propio humano. De hecho, la relación que se establece entre dos seres tan dispares como una sombra salida de una ambientación ficticia gótica y una persona del mundo "real", será lo que a nivel de guión realmente defina a Unepic. Cómo se va desarrollando la interacción entre dicho tándem es uno de los puntos claves del argumento.
No obstante, tampoco caigáis en la trampa de pensar que lo que nos narra Unepic es insulso o carente de interés: no es una historia enrevesada, pero se deja disfrutar y esconde un par de giros de guión (especialmente hacia el final) francamente bien pensados, poco habituales y bastante desternillantes.
Y es que uno de los puntos fuertes de este juego es el gran número de gags, chistes y referencias múltiples que incluye, sobre todo apoyándose en la personalidad de Dani y sus gustos. Bien es cierto que en todos los análisis ensalzan esto y a mí me hicieron falta un par de horas para empezar a disfrutar de estos aspectos, pero tiene segmentos realmente graciosos, diálogos que os sacarán una carcajada y un listado de referencias enorme que prefiero no contar. Una de las gracias de Unepic reside en descubrir (y disfrutar) todas esas menciones.
A la hora de hablar de la jugabilidad de este título, quizá lo más rápido sea decir que, como se mencionó antes, Unepic es un Metroidvania en toda regla. Nos encontramos en un entorno francamente amplio y variado (es sorprendente lo mucho que da de sí a nivel de ambientaciones el castillo), que podremos explorar sala a sala. A medida que avancemos en el juego, tendremos más lugares disponibles que visitar. No obstante, mientras en los juegos de corte "metroidvaniesco" la posibilidad de acceder a más ubicaciones viene dada por la ganancia de habilidades, como el doble salto, en Unepic esto se encuentra directamente relacionado con las llaves del castillo, que obtendremos al eliminar a los diferentes jefes.
Y qué jefes, señores. En este tipo de juegos los jefes son parte esencial de su jugabilidad y Fran ha cumplido con ellos, mención especial para las batallas con Neuron por original (reminiscencias a Psycho Mantis de Metal Gear Solid incluidas) y Medeox, por lo difícil que resulta la batalla, al menos para mí. Como es de rigor, ninguno de estos combates es igual al anterior y, en algunos casos, se precisan casi mecánicas específicas para enfrentarse a ellos. De dificultad andan bien servidos (si bien unos más que otros), pero a base de ensayo-error y del aprendizaje de patrones de ataque tan característicos de este estilo de juego saldremos airosos... o casi.
Ese "casi" viene porque Unepic tiene un componente rolero mucho más elevado que otros juegos de este estilo como los Castlevania, motivo por el cual me he decidido a analizarlo para Destino RPG. Siguiendo con el tema de una partida de rol de papel y lápiz, este título nos presenta una hoja de personaje. Cada vez que matamos monstruos o cumplimos misiones secundarias, obtenemos algo de experiencia y al final acabamos subiendo niveles. Pero ninguna mejora se aplica al ascender de nivel... mientras no visites la hoja de personaje.
Por defecto, Dani nos aparece con nivel 1 en todas sus aptitudes y habilidades. En dificultad Normal, cada vez que subimos un nivel ganamos 5 puntos que podemos asignar a las diferentes facetas... teniendo en cuenta que no podemos exceder nuestro nivel general con cada característica. Si Dani es de nivel 3, sus habilidades podrán estar, como máximo, a nivel 3. Este sistema nos dota de una libertad francamente difícil de ver en este subgénero y que lo acerca muchísimo a los Action RPG. De hecho, existen diferentes arquetipos según cómo queramos encarar Unepic y os aseguro que lo que funciona bien con unos enemigos no funciona con otros. Enfrentarse a un jefe final según como hayamos configurado a Dani puede ser muy fácil... o tremendamente complicado.
Así pues, entre las diferentes posibilidades, tendremos que decidir qué tipo de arma (o armas) potenciamos. Cada una de las que nos encontremos en el juego (espadas, mazas, arcos, bastones...) requieren tener un cierto nivel de habilidad para ese tipo de arma (que nos garantiza más daño y mayor posibilidad de críticos) con tal de poder equipárnosla y, evidentemente, las mejores son muy exigentes. De hecho, lo ideal es especializarse en al menos dos o tres tipos de armas, por lo que comentaba en el párrafo anterior. Lo mismo que para las armas nos pasa con las magias: las hay de varios tipos diferentes y cada una se sube por su cuenta, por lo que podemos ser muy buenos curando (y poder acceder a mejores hechizos de sanación) pero muy malos con el fuego o el hielo, o viceversa. Saber configurar al protagonista, sin ser un infierno, es vital para esta aventura.
Lo mismo pasa con las protecciones. ¿Subimos armaduras pesadas o togas, que son más ligeras pero ideales para magos? En tus manos queda. Otras aptitudes que podemos elevar son la constitución (para tener más puntos de vida) o las pociones, para ser más hábiles con la alquimia y conseguir acceder a mejores fórmulas. Los ingredientes los conseguiremos a medida que derrotamos enemigos, exploramos el castillo o cumplimos misiones. Con esto os quiero decir que Unepic se puede jugar, dentro de su estilo, prácticamente como os dé la gana. Las configuraciones son mútiples, las combinaciones posibles elevadas y es muy distinto jugar con un Dani espadachín y con magias de curación que con uno hechicero utilizando magias de fuego. Y lo que elijáis es prácticamente para toda la vida: hay un objeto para volver a reconfigurar al personaje, pero que yo sepa sólo aparece uno y es una decisión dura eso de hacer modificaciones.
Habiendo cubierto los aspectos más roleros, algo que otros análisis no tratan prácticamente, comentemos otros puntos de la jugabilidad de Unepic: por lo general, nos desplazaremos andando y saltando por el castillo en 2D, si bien los elementos plataformeros no son complicados. Las batallas se presentarán, a menudo, como si de un juego de acción se tratase. Merece la pena no confiarse ni con los enemigos habituales de la zona, pues algunos tienen sus artimañas (envenenan, queman, paralizan...) y en grupo pueden ser bastante peligrosos. Tienen debilidades y fortalezas ante los distintos tipos de armas y no son excesivamente listos, pero sí muy persistentes.
Durante nuestros paseos por el castillo nos encontraremos con mercaderes y alquimistas, dispuestos a vendernos equipo y fórmulas, comprar lo que no queramos y ofrecernos a veces algo de charleta. Y mención especial para los NPCs que nos encontramos por el castillo: casi todos graciosos y nos propondrán misiones secundarias que, en algunos casos, aseguran una carcajada y alguna suculenta recompensa. Otros nos timarán casi directamente. Las secundarias no son excesivas, pero sí hay bastantes y alargan la vida del título, si bien a veces se abusa un pelín de aquellas de recolección de materiales. Ver como Dani interactúa con ellos y las referencias que ahí se pueden dar, no tiene precio, con los comentarios de Zera de fondo.
Otros NPCs de relevancia son los familiares. En el juego contaremos con varios de ellos y en general son opcionales, pero pueden suponer una gran ayuda en batalla y casi definitivos contra algunos de los jefes. Cuentan con su propia barra de energía y vida y los pueden matar, lo que en ocasiones nos cabreará sobre manera (menos mal que se les puede resucitar).
Para terminar con este apartado, contamos con una interfaz que nos presenta los diferentes estados y atajos de botones que tengamos hechos (y que son imprescindibles, permitiéndonos pasar hasta a 12 armas y/o hechizos diferentes combinando los 4 botones frontales y los 4 gatillos). Los menús son bastante sencillos pero efectivos, aunque el inventario puede hacerse engorroso hasta que nos acostumbramos a gestionar lo que más usamos con los atajos. En este sentido, el juego es más detallista en PlayStation 4 que en Vita, por la posibilidad de tener más elementos en pantalla que en la portátil, donde la pantalla es más pequeña y se ha preferido que quede más limpia y funcional.
En este apartado, Unepic es un juego sencillo. Opta, como los clásicos Metroidvania, por un enfoque en dos dimensiones. Los gráficos cumplen con su labor sin mayores pretensiones, aunque para un amante de lo bidimensional como un servidor siempre ganan algún puntito extra. La variedad de enemigos es aceptable para el tipo de producto ante el que nos encontramos, si bien los NPCs no ofrecen un surtido tan amplio. En general, podemos decir que es un juego que sigue los dictámenes de los noventa a nivel artístico-gráfico. Algunos analistas han dicho que Unepic tiene unas animaciones toscas, pero para mí son resultonas y no dan sensación de pesadez. El juego se deja jugar perfectamente.
Posiblemente, una de las partes más definitorias del aspecto técnico de Unepic es el uso de la iluminación. Por defecto, el castillo de Harnakon está bastante oscuro y las fuentes de luz no abundan. Sin embargo, a lo largo de nuestra travesía encontraremos numerosos candelabros (referencia a Castlevania incluida xD), antorchas o similares que podemos encender con nuestro mechero para iluminar las estancias. Lo que puede parecer algo banal se torna casi una obsesión por iluminarlo todo, ya que en muchas ocasiones nos hará buena falta ver para combatir o sortear las diferentes trampas que inundan el castillo.
A nivel sonoro, la Banda Sonora de Unepic cumple sin problemas. Si bien no nos encontramos ante la quintaesencia de este aspecto, sí incorpora diferentes melodías para cada parte del mapeado y algunas de ellas son bastante atractivas, como la de introducción, los jardines o los salones. Los efectos sonoros desempeñan su labor con acierto y, además, son bastante simpáticos por lo general, dándole un toque de encanto al juego.
Para los curiosos, todos los diálogos del juego están doblados al castellano, gracias a una campaña de crowdfunding que se lanzó hace un tiempo. Para las voces no contamos con actores de reconocido prestigio, pero a mí me han gustado, cumplen su labor con corrección y en muchas ocasiones ayudan a alcanzar el tono humorístico que mantiene el título. Un aplauso en este sentido, pues un juego de estas características que incluya doblaje no es algo tan habitual. Las voces es verdad que en algunos entornos (especialmente en Vita) se escuchan un pelín enlatadas, pero no me ha parecido algo particularmente molesto.
Como diferencias básicas entre la versión de PlayStation 4 y la de Vita, encontramos las que ya hemos comentado: interfaz más completa en pantalla en la sobremesa y más limpia en Vita (lo cual al principio nos puede hacer liarnos, hasta que nos acostumbramos a los atajos), además de algo menos de calidad en la compresión del doblaje en la portátil. La configuración de botones no es exactamente la misma en las dos versiones, pareciéndome más cómoda la de Vita, que añade algunas pequeñas funciones táctiles para gestionar los hechizos y demás. A nivel visual, PlayStation 4 quizá cuente con la ventaja de poder ver más trozo de pantalla sin que perdamos la vista (ambas cuentan con las mismas perspectivas y la posibilidad de zoom), pero eso tampoco me ha parecido una cosa determinante. En general, me ha resultado más cómodo en Vita.
No he llevado la cuenta del número de horas que le he echado, pero por suerte el juego sí lo hace y me marca prácticamente 17 horas, sin haber superado todas las secundarias (ni descubierto todos los secretos gordos que esconde el castillo), pero sí habiendo explorado un 99% del territorio. También sospecho que, el muy cachondo, no ha contabilizado las bastantes veces que he muerto, especialmente en los enemigos finales, lo cual acercaría la duración a unas 20 horas a buen seguro.
Yo diría que no se trata de un título especialmente rejugable, aunque sí cuenta con varios niveles de dificultad (ni me lo quiero imaginar en Difícil, soy un flojo ^^u) y tres finales distintos, que dependen de una decisión algo aleatoria (cosa que me encanta) que está muy bien identificada. Sí existe, por supuesto, la posibilidad de que lo hayáis disfrutado y, por tanto, os apetezca revisitar el castillo en otra partida y con otra configuración del personaje, algo que me he planteado en alguna ocasión.
En algunos sitios, e incluso yo mismo lo he comentado, se habla de la dificultad de Unepic como algo a considerar muy especialmente. Lo cierto es que, en Normal y mirándolo en perspectiva, este juego supone más un reto que un imposible. Es un buen desafío para el jugador medio y te mantiene lo suficientemente picado para no desistir entre muerte y muerte. Tampoco esperéis un Dark Souls en ese sentido, porque no es tan difícil ni se basa en morir tanto, especialmente si se da con las configuraciones o familiares correctos. Como los juegos de la primera mitad de los 90, Unepic es un título en el que se muere de vez en cuando y el jugador debe aprender (y, a veces, pensar en qué estrategia o enfoque utilizar) de sus errores para prevalecer. Creo que esto último es un gran cumplido para el juego.
Acabo este análisis y me parece que le he hecho más o menos la mitad de justicia a Unepic, pero no toda. Seamos claros: este título no es una obra maestra ni el juego del año, pero divierte y entretiene de sobras. Si pensamos en el esfuerzo titánico que le ha debido suponer a Fran el realizarlo y el buen resultado que da, para ser un juego hecho prácticamente por una sola persona, creo que es un juegazo. En un mundo donde Konami pasa de hacer un nuevo Castlevania 2D, un solo tío, y encima español, nos trae un perfecto sucesor espiritual de las aventuras de los cazavampiros, con su propio enfoque e incluso superior en algunas mecánicas jugables.
Unepic nos transporta de nuevo al sabor que tenían los juegos antaño, en los ochenta y principios de los noventa, no tanto por aspecto técnico (que a nivel de estilo podríamos decirlo también) como por sensaciones, reminiscencias y connotaciones a los mandos. El componente rolero es muy marcado para ser una especie de Metroidvania y las posibilidades de configuración del personaje tienen un planteamiento ejemplar: en serio que no tiene nada que ver jugar con un tipo de Dani que con otro y eso se deja notar en cómo encaras el juego y en cuánto te parten la cara los jefes. En ese sentido, el juego me ha resultado brillante. Los efectos de los pergaminos y pociones no se han tocado mucho en este análisis, pero machacar el inventario hasta encontrar algo que nos saque de ese sitio que nos tiene enrocados es algo maravilloso.
Para terminar, decir que lo recomiendo, sobre todo a los que echan de menos un Metroidvania, los títulos con aroma a otras épocas y/o un juego que rete al usuario, sin llegar a frustrarlo más de la cuenta. Pero, ante todo, Unepic es su alma: un juego divertido, gracioso y con múltiples referencias que no quiero mencionar para no privar a nadie de descubrirlas. Un título parecido al que hubiéramos hecho tú (que has llegado hasta aquí) o yo si tuviéramos lo que Fran tiene. Un juego en el que se ha puesto cariño, desde luego.
Si queréis comentar algún aspecto del título, me tenéis en los comentarios como siempre y no olvidéis mandar preguntas si tenéis alguna para poder entrevistar a Fran, si se da la posibilidad.
P.D.: ¡Uala, el final de Unepic mola cacho! (si os lo pasáis, ya lo cogeréis xD)
De hecho, una de las ventajas más obvias de estas versiones es la posibilidad de Cross Buy que existe: lo pagas en una de las dos (PS4 o Vita) y también lo tienes disponible para descarga en la otra consola, asociándose a la cuenta de PSNetwork. Esto, teóricamente, se acompaña de la función de Cross Save (puedes guardar en una de las dos máquinas y continuar la partida tranquilamente con la otra), pero debo decir que no funciona demasiado bien: la función no respeta exactamente los salvados y te puedes encontrar que la partida importada en una máquina no está exactamente en el mismo punto que está en la otra (esto me pasó a mí hacia el final, al intentar acabarlo en PlayStation 4, viniendo de Vita, que había una diferencia de más de media hora de juego).
Este es uno de los motivos por los que, sobre todo, lo he jugado prácticamente entero en Vita. Igualmente en la sección de apartado técnico me detendré en las diferencias que yo he podido constatar entre versiones, ya que no puedo opinar en cómo cambia el título con respecto a sus versiones en otros sistemas.
Generalmente se le engloba dentro de las Aventuras de Acción y Plataformas, en el subgénero llamado "Metroidvania". De hecho, es evidente que Unepic le debe ciertas cosas a los Castlevania, especialmente a nivel de mecánicas jugables, enfoque y ambientación, si bien Francisco Téllez de Meneses seguramente preferiría que diga que su mayor influencia es el juego clásico de Konami, Maze of Galious. ¿Y quién leches es Francisco Téllez, os preguntaréis? Pues el señor que, como si de un Toby Fox se tratase, ha creado Unepic prácticamente él solito (como siempre, otras personas le han ayudado, pero el juego es suyo). Señor muy majo, debo decir, que incluso me contestó un tweet así suelto que hice, pidiendo una ayudita para un jefe. Eso es cercanía, señores.
NOTA: Entre mis futuros proyectos a corto plazo está el de, si se deja (que yo creo que se dejará), entrevistar a Fran para el blog. Tengo algunas preguntas preparadas, pero me encantaría que si estáis interesados me mandarais posibles preguntas a través de los comentarios de esta entrada ;).
Una vez hecho el spam gratuito de rigor, voy a desmenuzar lo que ha supuesto Unepic para un servidor. Decir que me voy a centrar sobre todo en la experiencia con la versión de Vita, que es la que he jugado el 90% del tiempo.
Unepic nos pone en la piel de Dani, un joven apasionado de los videojuegos, el cine y la cultura "friki" en general. Al comenzar el título, Dani se encuentra jugando una partida de rol de mesa, de lápiz y papel, con otros tres colegas de semejantes gustos. En medio del entretenimiento, al bueno de nuestro protagonista le dan ganas de ir al baño, así que para allí se encamina. En la oscuridad del lavabo, enciende un mechero para darse cuenta de que... ha aparecido en una especie de castillo medieval. Sin saber a ciencia cierta si se trata de una alucinación o un sueño, Dani decide explorar el castillo para tratar de averiguar dónde está, qué hace allí y cómo puede regresar a casa.
Al poco de aventurarse en el castillo de Harnakon (así se llama el enigmático dueño del lugar, del que no sabremos prácticamente nada hasta bien avanzado el juego), nuestro "héroe" es interceptado por una sombra, un enemigo que intenta poseer su cuerpo mortal. Sin embargo, sin saberse muy bien el motivo, la sombra queda atrapada en el cuerpo de Dani, sin poder manipularlo a su antojo, siendo un mero huésped que lo único que puede hacer es comunicarse telepáticamente con el propio protagonista. Y hasta aquí puedo leer (o escribir) para no estropearos nada.
De todas formas, creo que no peco si digo que el argumento no es el punto fuerte de Unepic, que se basa más en disfrutar del viaje que en proponernos una historia con la que devanarnos los sesos. Generalmente la trama avanzará a base de los diálogos que mantienen Zera (tal es el nombre que Dani le pone a la sombra) y el propio humano. De hecho, la relación que se establece entre dos seres tan dispares como una sombra salida de una ambientación ficticia gótica y una persona del mundo "real", será lo que a nivel de guión realmente defina a Unepic. Cómo se va desarrollando la interacción entre dicho tándem es uno de los puntos claves del argumento.
No obstante, tampoco caigáis en la trampa de pensar que lo que nos narra Unepic es insulso o carente de interés: no es una historia enrevesada, pero se deja disfrutar y esconde un par de giros de guión (especialmente hacia el final) francamente bien pensados, poco habituales y bastante desternillantes.
Y es que uno de los puntos fuertes de este juego es el gran número de gags, chistes y referencias múltiples que incluye, sobre todo apoyándose en la personalidad de Dani y sus gustos. Bien es cierto que en todos los análisis ensalzan esto y a mí me hicieron falta un par de horas para empezar a disfrutar de estos aspectos, pero tiene segmentos realmente graciosos, diálogos que os sacarán una carcajada y un listado de referencias enorme que prefiero no contar. Una de las gracias de Unepic reside en descubrir (y disfrutar) todas esas menciones.
A la hora de hablar de la jugabilidad de este título, quizá lo más rápido sea decir que, como se mencionó antes, Unepic es un Metroidvania en toda regla. Nos encontramos en un entorno francamente amplio y variado (es sorprendente lo mucho que da de sí a nivel de ambientaciones el castillo), que podremos explorar sala a sala. A medida que avancemos en el juego, tendremos más lugares disponibles que visitar. No obstante, mientras en los juegos de corte "metroidvaniesco" la posibilidad de acceder a más ubicaciones viene dada por la ganancia de habilidades, como el doble salto, en Unepic esto se encuentra directamente relacionado con las llaves del castillo, que obtendremos al eliminar a los diferentes jefes.
Y qué jefes, señores. En este tipo de juegos los jefes son parte esencial de su jugabilidad y Fran ha cumplido con ellos, mención especial para las batallas con Neuron por original (reminiscencias a Psycho Mantis de Metal Gear Solid incluidas) y Medeox, por lo difícil que resulta la batalla, al menos para mí. Como es de rigor, ninguno de estos combates es igual al anterior y, en algunos casos, se precisan casi mecánicas específicas para enfrentarse a ellos. De dificultad andan bien servidos (si bien unos más que otros), pero a base de ensayo-error y del aprendizaje de patrones de ataque tan característicos de este estilo de juego saldremos airosos... o casi.
Ese "casi" viene porque Unepic tiene un componente rolero mucho más elevado que otros juegos de este estilo como los Castlevania, motivo por el cual me he decidido a analizarlo para Destino RPG. Siguiendo con el tema de una partida de rol de papel y lápiz, este título nos presenta una hoja de personaje. Cada vez que matamos monstruos o cumplimos misiones secundarias, obtenemos algo de experiencia y al final acabamos subiendo niveles. Pero ninguna mejora se aplica al ascender de nivel... mientras no visites la hoja de personaje.
Por defecto, Dani nos aparece con nivel 1 en todas sus aptitudes y habilidades. En dificultad Normal, cada vez que subimos un nivel ganamos 5 puntos que podemos asignar a las diferentes facetas... teniendo en cuenta que no podemos exceder nuestro nivel general con cada característica. Si Dani es de nivel 3, sus habilidades podrán estar, como máximo, a nivel 3. Este sistema nos dota de una libertad francamente difícil de ver en este subgénero y que lo acerca muchísimo a los Action RPG. De hecho, existen diferentes arquetipos según cómo queramos encarar Unepic y os aseguro que lo que funciona bien con unos enemigos no funciona con otros. Enfrentarse a un jefe final según como hayamos configurado a Dani puede ser muy fácil... o tremendamente complicado.
Imagen de la versión PC, donde el inventario y los atajos resultan (a mi gusto) en mayor comodidad para el jugador. Sin embargo, con práctica se coge la dinámica también en PS4 y Vita.
Así pues, entre las diferentes posibilidades, tendremos que decidir qué tipo de arma (o armas) potenciamos. Cada una de las que nos encontremos en el juego (espadas, mazas, arcos, bastones...) requieren tener un cierto nivel de habilidad para ese tipo de arma (que nos garantiza más daño y mayor posibilidad de críticos) con tal de poder equipárnosla y, evidentemente, las mejores son muy exigentes. De hecho, lo ideal es especializarse en al menos dos o tres tipos de armas, por lo que comentaba en el párrafo anterior. Lo mismo que para las armas nos pasa con las magias: las hay de varios tipos diferentes y cada una se sube por su cuenta, por lo que podemos ser muy buenos curando (y poder acceder a mejores hechizos de sanación) pero muy malos con el fuego o el hielo, o viceversa. Saber configurar al protagonista, sin ser un infierno, es vital para esta aventura.
Lo mismo pasa con las protecciones. ¿Subimos armaduras pesadas o togas, que son más ligeras pero ideales para magos? En tus manos queda. Otras aptitudes que podemos elevar son la constitución (para tener más puntos de vida) o las pociones, para ser más hábiles con la alquimia y conseguir acceder a mejores fórmulas. Los ingredientes los conseguiremos a medida que derrotamos enemigos, exploramos el castillo o cumplimos misiones. Con esto os quiero decir que Unepic se puede jugar, dentro de su estilo, prácticamente como os dé la gana. Las configuraciones son mútiples, las combinaciones posibles elevadas y es muy distinto jugar con un Dani espadachín y con magias de curación que con uno hechicero utilizando magias de fuego. Y lo que elijáis es prácticamente para toda la vida: hay un objeto para volver a reconfigurar al personaje, pero que yo sepa sólo aparece uno y es una decisión dura eso de hacer modificaciones.
Habiendo cubierto los aspectos más roleros, algo que otros análisis no tratan prácticamente, comentemos otros puntos de la jugabilidad de Unepic: por lo general, nos desplazaremos andando y saltando por el castillo en 2D, si bien los elementos plataformeros no son complicados. Las batallas se presentarán, a menudo, como si de un juego de acción se tratase. Merece la pena no confiarse ni con los enemigos habituales de la zona, pues algunos tienen sus artimañas (envenenan, queman, paralizan...) y en grupo pueden ser bastante peligrosos. Tienen debilidades y fortalezas ante los distintos tipos de armas y no son excesivamente listos, pero sí muy persistentes.
Durante nuestros paseos por el castillo nos encontraremos con mercaderes y alquimistas, dispuestos a vendernos equipo y fórmulas, comprar lo que no queramos y ofrecernos a veces algo de charleta. Y mención especial para los NPCs que nos encontramos por el castillo: casi todos graciosos y nos propondrán misiones secundarias que, en algunos casos, aseguran una carcajada y alguna suculenta recompensa. Otros nos timarán casi directamente. Las secundarias no son excesivas, pero sí hay bastantes y alargan la vida del título, si bien a veces se abusa un pelín de aquellas de recolección de materiales. Ver como Dani interactúa con ellos y las referencias que ahí se pueden dar, no tiene precio, con los comentarios de Zera de fondo.
Otros NPCs de relevancia son los familiares. En el juego contaremos con varios de ellos y en general son opcionales, pero pueden suponer una gran ayuda en batalla y casi definitivos contra algunos de los jefes. Cuentan con su propia barra de energía y vida y los pueden matar, lo que en ocasiones nos cabreará sobre manera (menos mal que se les puede resucitar).
Para terminar con este apartado, contamos con una interfaz que nos presenta los diferentes estados y atajos de botones que tengamos hechos (y que son imprescindibles, permitiéndonos pasar hasta a 12 armas y/o hechizos diferentes combinando los 4 botones frontales y los 4 gatillos). Los menús son bastante sencillos pero efectivos, aunque el inventario puede hacerse engorroso hasta que nos acostumbramos a gestionar lo que más usamos con los atajos. En este sentido, el juego es más detallista en PlayStation 4 que en Vita, por la posibilidad de tener más elementos en pantalla que en la portátil, donde la pantalla es más pequeña y se ha preferido que quede más limpia y funcional.
Posiblemente, una de las partes más definitorias del aspecto técnico de Unepic es el uso de la iluminación. Por defecto, el castillo de Harnakon está bastante oscuro y las fuentes de luz no abundan. Sin embargo, a lo largo de nuestra travesía encontraremos numerosos candelabros (referencia a Castlevania incluida xD), antorchas o similares que podemos encender con nuestro mechero para iluminar las estancias. Lo que puede parecer algo banal se torna casi una obsesión por iluminarlo todo, ya que en muchas ocasiones nos hará buena falta ver para combatir o sortear las diferentes trampas que inundan el castillo.
A nivel sonoro, la Banda Sonora de Unepic cumple sin problemas. Si bien no nos encontramos ante la quintaesencia de este aspecto, sí incorpora diferentes melodías para cada parte del mapeado y algunas de ellas son bastante atractivas, como la de introducción, los jardines o los salones. Los efectos sonoros desempeñan su labor con acierto y, además, son bastante simpáticos por lo general, dándole un toque de encanto al juego.
Para los curiosos, todos los diálogos del juego están doblados al castellano, gracias a una campaña de crowdfunding que se lanzó hace un tiempo. Para las voces no contamos con actores de reconocido prestigio, pero a mí me han gustado, cumplen su labor con corrección y en muchas ocasiones ayudan a alcanzar el tono humorístico que mantiene el título. Un aplauso en este sentido, pues un juego de estas características que incluya doblaje no es algo tan habitual. Las voces es verdad que en algunos entornos (especialmente en Vita) se escuchan un pelín enlatadas, pero no me ha parecido algo particularmente molesto.
Como diferencias básicas entre la versión de PlayStation 4 y la de Vita, encontramos las que ya hemos comentado: interfaz más completa en pantalla en la sobremesa y más limpia en Vita (lo cual al principio nos puede hacer liarnos, hasta que nos acostumbramos a los atajos), además de algo menos de calidad en la compresión del doblaje en la portátil. La configuración de botones no es exactamente la misma en las dos versiones, pareciéndome más cómoda la de Vita, que añade algunas pequeñas funciones táctiles para gestionar los hechizos y demás. A nivel visual, PlayStation 4 quizá cuente con la ventaja de poder ver más trozo de pantalla sin que perdamos la vista (ambas cuentan con las mismas perspectivas y la posibilidad de zoom), pero eso tampoco me ha parecido una cosa determinante. En general, me ha resultado más cómodo en Vita.
No he llevado la cuenta del número de horas que le he echado, pero por suerte el juego sí lo hace y me marca prácticamente 17 horas, sin haber superado todas las secundarias (ni descubierto todos los secretos gordos que esconde el castillo), pero sí habiendo explorado un 99% del territorio. También sospecho que, el muy cachondo, no ha contabilizado las bastantes veces que he muerto, especialmente en los enemigos finales, lo cual acercaría la duración a unas 20 horas a buen seguro.
Yo diría que no se trata de un título especialmente rejugable, aunque sí cuenta con varios niveles de dificultad (ni me lo quiero imaginar en Difícil, soy un flojo ^^u) y tres finales distintos, que dependen de una decisión algo aleatoria (cosa que me encanta) que está muy bien identificada. Sí existe, por supuesto, la posibilidad de que lo hayáis disfrutado y, por tanto, os apetezca revisitar el castillo en otra partida y con otra configuración del personaje, algo que me he planteado en alguna ocasión.
En algunos sitios, e incluso yo mismo lo he comentado, se habla de la dificultad de Unepic como algo a considerar muy especialmente. Lo cierto es que, en Normal y mirándolo en perspectiva, este juego supone más un reto que un imposible. Es un buen desafío para el jugador medio y te mantiene lo suficientemente picado para no desistir entre muerte y muerte. Tampoco esperéis un Dark Souls en ese sentido, porque no es tan difícil ni se basa en morir tanto, especialmente si se da con las configuraciones o familiares correctos. Como los juegos de la primera mitad de los 90, Unepic es un título en el que se muere de vez en cuando y el jugador debe aprender (y, a veces, pensar en qué estrategia o enfoque utilizar) de sus errores para prevalecer. Creo que esto último es un gran cumplido para el juego.
Acabo este análisis y me parece que le he hecho más o menos la mitad de justicia a Unepic, pero no toda. Seamos claros: este título no es una obra maestra ni el juego del año, pero divierte y entretiene de sobras. Si pensamos en el esfuerzo titánico que le ha debido suponer a Fran el realizarlo y el buen resultado que da, para ser un juego hecho prácticamente por una sola persona, creo que es un juegazo. En un mundo donde Konami pasa de hacer un nuevo Castlevania 2D, un solo tío, y encima español, nos trae un perfecto sucesor espiritual de las aventuras de los cazavampiros, con su propio enfoque e incluso superior en algunas mecánicas jugables.
Unepic nos transporta de nuevo al sabor que tenían los juegos antaño, en los ochenta y principios de los noventa, no tanto por aspecto técnico (que a nivel de estilo podríamos decirlo también) como por sensaciones, reminiscencias y connotaciones a los mandos. El componente rolero es muy marcado para ser una especie de Metroidvania y las posibilidades de configuración del personaje tienen un planteamiento ejemplar: en serio que no tiene nada que ver jugar con un tipo de Dani que con otro y eso se deja notar en cómo encaras el juego y en cuánto te parten la cara los jefes. En ese sentido, el juego me ha resultado brillante. Los efectos de los pergaminos y pociones no se han tocado mucho en este análisis, pero machacar el inventario hasta encontrar algo que nos saque de ese sitio que nos tiene enrocados es algo maravilloso.
Para terminar, decir que lo recomiendo, sobre todo a los que echan de menos un Metroidvania, los títulos con aroma a otras épocas y/o un juego que rete al usuario, sin llegar a frustrarlo más de la cuenta. Pero, ante todo, Unepic es su alma: un juego divertido, gracioso y con múltiples referencias que no quiero mencionar para no privar a nadie de descubrirlas. Un título parecido al que hubiéramos hecho tú (que has llegado hasta aquí) o yo si tuviéramos lo que Fran tiene. Un juego en el que se ha puesto cariño, desde luego.
Si queréis comentar algún aspecto del título, me tenéis en los comentarios como siempre y no olvidéis mandar preguntas si tenéis alguna para poder entrevistar a Fran, si se da la posibilidad.
P.D.: ¡Uala, el final de Unepic mola cacho! (si os lo pasáis, ya lo cogeréis xD)
Ya conocía la existencia de Unepic aunque por una cosa u otra (no nos engañemos, backlog infinito) aún no lo había considerado. Todo lo que he escuchado de él coincide con lo que comentas, una dificultad elevada y buenas dosis de humor.
ResponderEliminarAprovecho para preguntarte, ¿qué tal está implementado el backtracking? Es la mayor queja que le pongo a por ejemplo, Ori and the Blind Forest, un título magnífico pero que peca de tener que revisitar ciertas zonas o volver a superar plataformeo innecesario por no haberlo gestionado correctamente. En la versión definitiva de este juego se "corrige" un poco a modo de implementar teletransportes entre zonas, pero el diseño de niveles sigue siendo el que es. ¿Tiene el mismo problema Unepic?
No sé cuándo lo jugaré, pero lo jugaré, especialmente tras el análisis :)
A ver si me explico bien, porque eso que preguntas es algo muy importante en este tipo de juegos. En Unepic, no hay un backtracking pesado como tal, es parte de su concepción: cuando llegas a una nueva zona, casi seguramente puedes acceder al 95% o más de la misma, en la primera ocasión. No es como Metroid u otros juegos donde llegas a una zona pero necesitas una habilidad x para poder progresar por según qué sitios.
EliminarEn Unepic tienes el castillo y lo que necesitas son las llaves que abren cada una de las "alas". Sin esa llave, directamente no puedes acceder a esa zona concreta. Una vez tienes la llave, eres libre de explorarla prácticamente al 100%. Puede ser que algún trozo de estancia o alguna sala no esté disponible porque se accede a ella desde otra zona del castillo (para la que aún no tienes llave), pero no suele ser grave. Si eres cuidadoso, puedes peinarte el 100% del juego sin tener que volver atrás "a propósito" porque tal habilidad no la tenías, ya que ese concepto no existe.
Dicho sea, cuenta con un sistema de "puertas mágicas" que te teletransportan a diversos puntos del castillo. Normalmente cada zona tiene 2 o 3 de estas puertas y todas se conectan por una habitación central, por lo que ir de un lado a otro es cuestión de segundos. Además, tienes pergaminos y objetos que te teletransportan a ciertas tiendas, al centro del castillo o a algunos puntos de interés (como por ejemplo el banco). Así que ahora mismo el juego en ese sentido es muy cómodo.
Me alegra mucho que me lo preguntes porque es algo en lo que no había profundizado mucho en el análisis y puede tener su interés.
Lo único que aborrecí del juego fue la fase final, al personaje protagonista y el humor rancio (a veces guarro) que hay por todo el juego. Tiene muchos guiños y conversaciones divertidas, pero hay otras cosas que me daban asco y vergüenza ajena a partes iguales. Por lo demás, un buen rpg metroidvania, encima en español totalmente xD
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