[Opinión] La importancia de llamarse Geralt (de Rivia)
Un afectuoso saludo a todos y todas, lectores y lectoras de Destino RPG. Aquí vuestro fiel servidor M2Hero vuelve a la carga con un artículo de opinión. De opinión, por decir algo y porque había que etiquetarlo en alguna de las categorías del blog. En realidad, esta entrada va de mí siendo una colegiala enamorada. Es una carta de amor. Porque, a pesar de todo, tengo mi corazoncito y hay veces en las que el cuerpo le pide a uno hablar de sentimientos. Y hablar de sentimientos, lo sabré yo que por profesión normalmente ayudo a los demás con los suyos, no es nada fácil. Así que disculpadme si hoy divago o doy mala imagen.
Creo que lo mejor será comenzar por el principio. O por el final. Anoche (de cuando escribo esto, no de cuando se publica xD) me pasé The Witcher 3. Desde entonces, estoy en una especie de trance idílico. Quizá haya sido que me quedé hasta tarde jugando con tal de pasármelo y que mi mujer me ha despertado pronto (para las horas dormidas) hoy. Quizá, y más seguramente, está siendo que es la tercera vez que me despido de Geralt de Rivia, sus compañeros y su universo. Lo que se debate entre una sensación que duele y gusta, porque hay dolores en esta vida a los que nos acostumbramos y que nos acaban dando la vida.
Pero ese es el final y también tocaría hablar del principio. Todo empezó cuando salió The Witcher 2. Las alabanzas hacia el mismo por parte de la prensa, como sabréis, fueron bastante constantes. En plena fiebre personal por los RPGs de corte occidental, consideré que debía hacerme con ese título y jugarlo. Pero ya hemos hablado anteriormente de mi personalidad obsesiva. Y esa personalidad me dijo que era mejor empezar por el primero, así que lo cogí en una oferta de Steam (me hice cuenta de Steam a posta para ello, en aquellos tiempos yo denigraba los juegos digitales... craso error).
Voy a ser sincero: el primer The Witcher no es un producto demasiado redondo, por no decir que es hasta insoportable... pero tiene una buena narrativa, o al menos a mí me lo pareció. El problema es que, pudiéndose jugar sin leer los libros previamente, a mí me pareció que aquel mundo se merecía algo mejor. Se merecía un jugador mejor. Y ese jugador, en mi (repito) personalidad obsesiva, debía haberse leído los libros previamente. ¿Qué leches? Si hay algo que me gusta tanto (o a veces más) que un buen videojuego, es un buen libro. Y la fantasía de corte medieval siempre me ha encantado. Por eso llevo años sin prácticamente leer otra cosa.
Así que empecé por el primer libro, continué por el segundo y, al final, casi sin darme cuenta, me había clavado los siete libros de Geralt de Rivia. Y ahí fue la primera vez que me despedí del brujo. Y la primera vez siempre duele, más si es una despedida como la que le espera a uno al final de "La dama del lago". Los que hayáis leído la novela sabéis a lo que me refiero y me prometí a mí mismo que esta entrada estaría libre de spoilers en medida de lo posible. Así que callo.
Con eso, cogí el primer The Witcher de nuevo (lo volví a empezar) con energías renovadas, pero tras 50 horas le dije que "lo siento, señor mío, pero nos pasamos a pastos más verdes". En serio, tiene graves problemas de jugabilidad y malas elecciones de diseño. Es como la oveja negra de la familia. El caso es que esos pastos más verdes fueron The Witcher 2 y, ya que estaba, una relectura de la saga, porque en aquellos tiempos debía ser más joven y tener más tiempo libre. La segunda entrega videojueguil del brujo ya es otra cosa: es un juego notable, de jugabilidad un tanto ortopédica, pero con una narrativa que ya es cosa seria.
Como yo sabía que tenía que venir un The Witcher 3 por esas fechas, pues cogí la segunda parte un poco tarde, aquella vez no me despedí de Geralt. Pero entonces, ese hombre pérfido y malvado que en ocasiones es Andrezj Sapkowski, decidió que tras 14 años desde "La dama del lago", bien estaba volver a publicar una novela del brujo albino. No me malinterpretéis: eso está bien. Pero si habéis leído "Estación de tormentas" debéis saber que, de nuevo, el cierre del libro es agridulce. Y ahí fue la segunda vez que me despedí de Geralt. Y esta vez, a solas, se me escaparon algunas lágrimas y decirlo está bien.
Sapkowski es un buen escritor, sinceramente lo digo. Ha sabido congeniar en una saga propia un batiburrillo de folklore de diferentes lugares (especialmente germánico y escandinavo), una miriada de referencias y, aún así, conserva su toque distintivo y su personalidad, acompañado por un estilo directo, popular, realista. Pero también es una persona a la que lo que no sean los libros parece importarle un pimiento. Lo he leído en varias entrevistas y el tío parece odiar los videojuegos. O, al menos, pasa de ellos hasta la médula, incluso de los basados en su obra. Él dio la licencia y le importa poco lo que hayan hecho con ella. No considera la trilogía como parte de su canon ni de su mundo. Pues vale.
El caso es que los juegos de The Witcher son la mejor continuación posible para la saga de novelas que podríamos imaginar. Porque sí, si alguien no lo sabía, la trilogía continúa a los libros de forma bastante directa. Sapkowski os diría que no la continúa, pero él es un hater xD. Ya lo dije en mi entrada sobre las misiones secundarias, es impresionante como CD Projekt ha conseguido coger el testigo de los libros a nivel argumental y narrativo. Son fieles hasta rabiar. Meten todas las referencias. Te hacen quererles. El escritor polaco ha tenido mucha suerte de que hayan sido estos chicos los que hayan topado con su licencia y no otros.
Los juegos en general, pero sobre todo la tercera entrega, son simuladores de Geralt de Rivia. De hecho, no dan pie a demasiadas decisiones ni personalización. Te suelen dar a elegir entre dos opciones con cierta frecuencia, pero estás eligiendo entre dos cosas que, seamos claros, es plausible que el brujo hiciera. No se suelen ver cosas demasiado raras en cuanto a coherencia con el personaje. Y si eres fan, o colegiala enamorada, eso es amor.
Luego, Triss hace de Triss, Yennefer hace de Yennefer, Jaskier de Jaskier y Ciri de Ciri. Y el lore de este mundo hace del lore de este mundo. Y entonces, sin darte cuenta, te has pasado The Witcher 3. Media hora antes ya sabías que ese momento iba a llegar. Y ya andabas con el nudo en la garganta y en el estómago (verídico). Y andabas con esos nudos porque sabías lo que tocaba: te ibas a despedir por tercera vez de Geralt y esta vez parecía que podía ser definitiva. Así que mientras escribes esto el nudo y los sentimientos vuelven. Al final te pasaste la tercera entrega del brujo y, al final, todo siguió siendo perfecto (pobres los que hayan sacado otros finales y aún así todos son brillantes).
Así que, como el cuerpo me lo pedía, vine a escribir al blog con una idea clara en mente. Habéis leído todo esto (si lo habéis hecho) para que os diga una cosa muy importante: The Witcher 3 se llevó premios por doquier en 2015, de hecho hay gente que pide el GOTY de este año para sus expansiones, pero yo sé que la mitad de esa gente no ha vivido realmente el juego. Y si le das el GOTY a este título pero no has leído los libros, pasan dos cosas: uno, imaginaos lo que debe ser habiéndolos leído; dos, no sabes nada. No quiero sonar elitista, nada más lejos de la realidad, pero si quieres romperte por dentro cuando veas en pantalla ese "Algo termina, algo comienza", debes hacerme caso.
Este juego hay que vivirlo, ya es bueno de por sí a todos los niveles prácticamente, pero sólo se vive de una manera y esa es siguiendo la senda (fans me entenderán). Si te gusta leer y te gustan los videojuegos y todavía no has jugado a The Witcher 3 (incluso diría que al 2), tienes que vivir las 8 novelas, los dos relatos sueltos y los dos juegos (podemos obviar el primero), en ese orden. Da igual el tiempo que tardes, de hecho, a la mierda el tiempo.
Entonces, con el corazón compungido, entenderás de verdad porqué escribí esta carta de amor.
Creo que lo mejor será comenzar por el principio. O por el final. Anoche (de cuando escribo esto, no de cuando se publica xD) me pasé The Witcher 3. Desde entonces, estoy en una especie de trance idílico. Quizá haya sido que me quedé hasta tarde jugando con tal de pasármelo y que mi mujer me ha despertado pronto (para las horas dormidas) hoy. Quizá, y más seguramente, está siendo que es la tercera vez que me despido de Geralt de Rivia, sus compañeros y su universo. Lo que se debate entre una sensación que duele y gusta, porque hay dolores en esta vida a los que nos acostumbramos y que nos acaban dando la vida.
Pero ese es el final y también tocaría hablar del principio. Todo empezó cuando salió The Witcher 2. Las alabanzas hacia el mismo por parte de la prensa, como sabréis, fueron bastante constantes. En plena fiebre personal por los RPGs de corte occidental, consideré que debía hacerme con ese título y jugarlo. Pero ya hemos hablado anteriormente de mi personalidad obsesiva. Y esa personalidad me dijo que era mejor empezar por el primero, así que lo cogí en una oferta de Steam (me hice cuenta de Steam a posta para ello, en aquellos tiempos yo denigraba los juegos digitales... craso error).
Voy a ser sincero: el primer The Witcher no es un producto demasiado redondo, por no decir que es hasta insoportable... pero tiene una buena narrativa, o al menos a mí me lo pareció. El problema es que, pudiéndose jugar sin leer los libros previamente, a mí me pareció que aquel mundo se merecía algo mejor. Se merecía un jugador mejor. Y ese jugador, en mi (repito) personalidad obsesiva, debía haberse leído los libros previamente. ¿Qué leches? Si hay algo que me gusta tanto (o a veces más) que un buen videojuego, es un buen libro. Y la fantasía de corte medieval siempre me ha encantado. Por eso llevo años sin prácticamente leer otra cosa.
Así que empecé por el primer libro, continué por el segundo y, al final, casi sin darme cuenta, me había clavado los siete libros de Geralt de Rivia. Y ahí fue la primera vez que me despedí del brujo. Y la primera vez siempre duele, más si es una despedida como la que le espera a uno al final de "La dama del lago". Los que hayáis leído la novela sabéis a lo que me refiero y me prometí a mí mismo que esta entrada estaría libre de spoilers en medida de lo posible. Así que callo.
Con eso, cogí el primer The Witcher de nuevo (lo volví a empezar) con energías renovadas, pero tras 50 horas le dije que "lo siento, señor mío, pero nos pasamos a pastos más verdes". En serio, tiene graves problemas de jugabilidad y malas elecciones de diseño. Es como la oveja negra de la familia. El caso es que esos pastos más verdes fueron The Witcher 2 y, ya que estaba, una relectura de la saga, porque en aquellos tiempos debía ser más joven y tener más tiempo libre. La segunda entrega videojueguil del brujo ya es otra cosa: es un juego notable, de jugabilidad un tanto ortopédica, pero con una narrativa que ya es cosa seria.
Como yo sabía que tenía que venir un The Witcher 3 por esas fechas, pues cogí la segunda parte un poco tarde, aquella vez no me despedí de Geralt. Pero entonces, ese hombre pérfido y malvado que en ocasiones es Andrezj Sapkowski, decidió que tras 14 años desde "La dama del lago", bien estaba volver a publicar una novela del brujo albino. No me malinterpretéis: eso está bien. Pero si habéis leído "Estación de tormentas" debéis saber que, de nuevo, el cierre del libro es agridulce. Y ahí fue la segunda vez que me despedí de Geralt. Y esta vez, a solas, se me escaparon algunas lágrimas y decirlo está bien.
Sapkowski es un buen escritor, sinceramente lo digo. Ha sabido congeniar en una saga propia un batiburrillo de folklore de diferentes lugares (especialmente germánico y escandinavo), una miriada de referencias y, aún así, conserva su toque distintivo y su personalidad, acompañado por un estilo directo, popular, realista. Pero también es una persona a la que lo que no sean los libros parece importarle un pimiento. Lo he leído en varias entrevistas y el tío parece odiar los videojuegos. O, al menos, pasa de ellos hasta la médula, incluso de los basados en su obra. Él dio la licencia y le importa poco lo que hayan hecho con ella. No considera la trilogía como parte de su canon ni de su mundo. Pues vale.
El caso es que los juegos de The Witcher son la mejor continuación posible para la saga de novelas que podríamos imaginar. Porque sí, si alguien no lo sabía, la trilogía continúa a los libros de forma bastante directa. Sapkowski os diría que no la continúa, pero él es un hater xD. Ya lo dije en mi entrada sobre las misiones secundarias, es impresionante como CD Projekt ha conseguido coger el testigo de los libros a nivel argumental y narrativo. Son fieles hasta rabiar. Meten todas las referencias. Te hacen quererles. El escritor polaco ha tenido mucha suerte de que hayan sido estos chicos los que hayan topado con su licencia y no otros.
Los juegos en general, pero sobre todo la tercera entrega, son simuladores de Geralt de Rivia. De hecho, no dan pie a demasiadas decisiones ni personalización. Te suelen dar a elegir entre dos opciones con cierta frecuencia, pero estás eligiendo entre dos cosas que, seamos claros, es plausible que el brujo hiciera. No se suelen ver cosas demasiado raras en cuanto a coherencia con el personaje. Y si eres fan, o colegiala enamorada, eso es amor.
Luego, Triss hace de Triss, Yennefer hace de Yennefer, Jaskier de Jaskier y Ciri de Ciri. Y el lore de este mundo hace del lore de este mundo. Y entonces, sin darte cuenta, te has pasado The Witcher 3. Media hora antes ya sabías que ese momento iba a llegar. Y ya andabas con el nudo en la garganta y en el estómago (verídico). Y andabas con esos nudos porque sabías lo que tocaba: te ibas a despedir por tercera vez de Geralt y esta vez parecía que podía ser definitiva. Así que mientras escribes esto el nudo y los sentimientos vuelven. Al final te pasaste la tercera entrega del brujo y, al final, todo siguió siendo perfecto (pobres los que hayan sacado otros finales y aún así todos son brillantes).
Así que, como el cuerpo me lo pedía, vine a escribir al blog con una idea clara en mente. Habéis leído todo esto (si lo habéis hecho) para que os diga una cosa muy importante: The Witcher 3 se llevó premios por doquier en 2015, de hecho hay gente que pide el GOTY de este año para sus expansiones, pero yo sé que la mitad de esa gente no ha vivido realmente el juego. Y si le das el GOTY a este título pero no has leído los libros, pasan dos cosas: uno, imaginaos lo que debe ser habiéndolos leído; dos, no sabes nada. No quiero sonar elitista, nada más lejos de la realidad, pero si quieres romperte por dentro cuando veas en pantalla ese "Algo termina, algo comienza", debes hacerme caso.
Este juego hay que vivirlo, ya es bueno de por sí a todos los niveles prácticamente, pero sólo se vive de una manera y esa es siguiendo la senda (fans me entenderán). Si te gusta leer y te gustan los videojuegos y todavía no has jugado a The Witcher 3 (incluso diría que al 2), tienes que vivir las 8 novelas, los dos relatos sueltos y los dos juegos (podemos obviar el primero), en ese orden. Da igual el tiempo que tardes, de hecho, a la mierda el tiempo.
Entonces, con el corazón compungido, entenderás de verdad porqué escribí esta carta de amor.
¿Dejaste el Witcher 1 a las 50 horas? Estabas casi al final, deberías haber seguido xD
ResponderEliminarA mi me duró unas 50 horas, incluyendo segundarias y demás.
Concretamente fueron unas 40 horas, puse 50 que queda más poético y bonito. Por ese momento, andaba en lo que si no recuerdo mal es el segundo acto, iba lentísimo, hacía tooodas las secundarias y grindeaba como un perro. Y tuve que dejarlo xD.
EliminarPues ojeando en la biblioteca, me duró 44 horas a mi
EliminarYa es casualidad, ayer empecé el The Witcher 3 xD
ResponderEliminarPues parece que me confirmas lo que me temia sobre The Witcher, que la primera entrega es dificilmente jugable. Creo que terminaré por pasar de ella y empezar el dos una vez termine los libros. Tampoco me queda mucho, las 6 novelas principales.
ResponderEliminarEs bastante cuesta arriba, sin duda. Sin embargo creo que se exagera, no es taaaan mala como se dice.
EliminarLa primera entrega tiene algunas cosas buenas y luego bastante malas. No es como si fuera un horror a cada paso, pero tampoco lo consideraría un buen juego. Teniendo mucho backlog y cierta urgencia, es saltable. Además, tienes por ahí un vídeo de 5-6 minutos (creo que de cuando salió el 2 para consolas) que resume la historia perfectamente ;).
EliminarNo recuerdo tal vídeo, pero sí puedo asegurar que las elecciones que hice en el primer juego apenas afectaron mucho al segudno (por si eso le preocupa a alguien).
EliminarDe echo, hasta la elección romántica que escogí, Shani, se la pasaron por el forro de los huevos en el dos y en el tres. Aunque creo que Shani vuelve en los DLCs del tres, pero me da que era más por cumplir que otra cosa porque hasta ahora...
Tampoco me gusta que en el tres se olviden por completo de Saskia (o eso dicen), era mi personaje favorito del dos :P
Espero que mis elecciones del 2 sí tengan algo de peso en el 3. Por lo menos Gerald conserva el tatuaje que ya es algo xD
EliminarEs imposible no amar a este personaje, tan bueno como puede ser, no deja de ser un exiliado en un mundo de grises, para mi es el arquetipo de héroe, humano, falible pero no se queja ni hace dramas infumables, sigue adelante, toma al toro por los cuernos y sino funciona...pues hay que seguir adelante, no hay finales perfectos de "todos felices", solo hay finales que pueden ser mas o menos humanos
ResponderEliminarNo he tocado los juegos hasta que me lea las novelas, y tu artículo hace que reincida en mi decisión, gracias por ello. El artículo destila amor (y del bueno) por todos los lados, y eso hace que me parezca uno de los mejores del blog. Enhorabuena.
ResponderEliminarYo comenté en un conocido foro en español que si no habías leído antes las novelas los juegos de The Witcher (concretamente el 3, pues el hilo trataba de este) el juego no se disfrutaba igual. Y me cayó de todo... Pero yo lo sostuve y lo sigo haciendo: los juegos no son lo mismo si antes leíste o no las novelas.
ResponderEliminarEs, en parte, lo que estoy intentando defender con este artículo tan personal: una de las cosas más grandes de The Witcher es su argumento y, evidentemente, no es lo mismo haberlas leído que no haberlo hecho. Ya no sólo es un tema de coger referencias o no, es que es el lore, lo que ha pasado antes y cómo se han costruido las relaciones de los diferentes personajes. Y luego está el sentimiento, claro, que es algo que se vive o no se vive y sin haber leído las novelas es mucho más difícil. Pero también hay que entender que hay gente que no va a tragarse 8 novelas que son ya y dos relatos, por desgracia.
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