¿Qué es Civilization V?
Muy buenas a todos y a todas, querida comunidad de Destino RPG. Siguiendo la estela de Adell y Drive, hoy vengo a hablaros de uno de esos juegos que se sale del género: Civilization V. ¿Por qué dedicarle un qué es a un título de una saga que es bastante conocida? Pues por un simple motivo: quiero que este producto pueda aparecer en nuestra lista de Mentores de Steam y, para ello, las leyes dicen que hay que dedicarle una entrada en exclusiva. :3
Para los que no conozcan esta licencia, Civilization es un juego de estrategia, de esos que llamamos usualmente "de gestión de recursos". La firma el popular Sid Meier, acostumbrado a parir juegos de este estilo desde hace décadas (Con diferentes ambientaciones, eso sí) y actualmente la desarrolla Firaxis Games, con la edición corriendo a cargo de 2K Games. La iteración concreta que vamos a tratar en este artículo es su quinta entrega númerica, si bien la franquicia ha tenido también presencia en otras máquinas distintas al PC (Véase consolas portátiles varias, por ejemplo). Es cierto que ha tenido un lanzamiento posterior, Civilization Beyond Earth, pero no es demasiado de mi gusto y cambia la ambientación histórica por la espacial.
Así pues, con la sexta entrega numerada prácticamente lista para salir, hoy intentaré venderos la moto con Civ V (Como me gusta llamarlo). Pese a que pueda pareceros imprudente hacerse con este juego a estas alturas, os aseguro que merece mucho la pena, da horas de diversión sin fin y se suele encontrar a buen precio en las rebajas de Steam, que también es un aliciente, además de suponer una genial puerta de entrada a la licencia para los novatos. Eso sí, me veo en la obligación de avisar de que vamos a hablar de Civ V con, al menos, sus dos expansiones grandes integradas (Gods and Kings y Brave New World). Cambian bastante el juego base y, a día de hoy, no tendría demasiado sentido hacerse con él sin éstas (Tranquilos, hay versión completa y suele estar a un precio que ronda los 10€ en oferta).
Como hemos dicho previamente, estamos ante un juego de estrategia por turnos, englobado en la gestión de recursos principalmente, si bien tampoco elude el componente diplomático y militar. Quizá el término que mejor defina lo que es exactamente Civ V sea el famoso 4x: explorar el mapa, expandir el imperio propio, explotar los recursos disponibles y exterminar al enemigo. Esos cuatro elementos lo resumen a la perfección y son los que vamos a abordar en esta entrada.
Una cosa que suele sorprender a los que empiezan a jugar a esta saga es que no hay modo campaña propiamente dicho: Las partidas se configuran teniendo en cuenta muy diversas variables (Número de contrincantes, tamaño del mapa, tipo del mismo y un larguísimo etcétera casi imposible de enumerar) y, una vez hecho, se juegan sin que haya ninguna motivación argumental que el juego nos ofrezca. Empezaremos con una civilización a nuestra elección o al azar (De entre bastantes disponibles, cada una con sus particularidades), se nos dotará de un colono y un guerrero y a jugar. Nada más que saber si no hemos pasado antes por el tutorial, el cual es digamos imprescindible para los no iniciados en esta franquicia.
A partir de ese punto, todo es libertad. Podemos hacer literalmente lo que queramos, potenciado por el hecho de que existen media docena de tipos de victoria diferentes: desde exterminar al resto de civilizaciones del mapa (Sin duda, la que tiene más peso al final) hasta influenciarlas sobremanera mediante nuestra cultura, pasando por el dominio tecnológico, entre otras posibilidades. De hecho, parte importante del juego es decidir por dónde queremos tirar en ese sentido, ya que las condiciones de una victoria se suelen contradecir a nivel de recursos con otras, por lo que es complicado llegar al final con más de una o dos posibilidades de ganar.
El primer componente para progresar es la exploración: Cuando empieza la partida, no ves nada más allá de algunas casillas (Sí, el juego va por casillas), por lo que será de vital importancia movilizar a las unidades más preparadas para ello, con tal de ir dibujándonos el mapa del mundo turno a turno. De esta manera, descubriremos buenos emplazamientos para nuestras ciudades (No es lo mismo ubicar una protegida por unas montañas que sin defensas naturales, en una zona con más recursos o con menos...), encontraremos materias variados e iremos descubriendo a los demás jugadores de la partida y a los bárbaros (Manejados siempre por la máquina y que sólo quieren fastidiar), pues no sabemos sus posiciones iniciales. Todo esto, ayuda a dotar de interés a los primeros turnos, además de aportar una aureola de descubrimiento y sorpresa importantes.
Pero, como buen juego de civilizaciones y progreso, necesitaremos crear nuestro propio imperio y, por supuesto, expandirlo. Empezar es tan fácil como crear nuestra primera ciudad usando un colono, pero a partir de ahí comienzan los problemas: la ciudad (O las ciudades, según vayamos creando más) necesitan protección militar, así como estar bien surtidas de recursos para asegurar su supervivencia y evitar la hambruna. Civ V propone una dicotomía en ese sentido: Para avanzar necesitamos ciudadanos que exploten el terreno, pero cuantos más ciudadanos tengamos, más complicado se hará el mantener el progreso, al menos alimenticio.
De hecho, las ciudades son aspectos clave en esta saga, y más en esta entrega en particular. Sin ciudades, no llegaremos demasiado lejos. En ellas creamos todos los componentes de la partida (Unidades, casillas de bonificación, generamos comercio...) y si perdemos la capital a manos del enemigo, seremos aniquilados. Encontrar el equilibrio entre el número de ciudades, lo que producen (La lista sería, de nuevo, brutal), cómo las explotamos y cómo las defendemos, será pieza clave del desarrollo de las partidas y nos hará devanarnos los sesos hasta límites insospechados en los niveles de dificultad más altos.
Las urbes también serán muy importantes en la diplomacia que llevamos a cabo en el juego: Nos permitirán comerciar con otras civilizaciones, pero también diseñar Maravillas o cultura, elementos vitales en Civ V. Es más, las Maravillas tienen tanta importancia (Son casillas que otorgan ventajas bastante grandes y que sólo pueden generarse una vez en toda la partida cada una -hay varias-) que incluso cuentan con un modo de juego específico donde la victoria se obtiene construyéndolas. La cultura también nos permitirá diseñar nuestro tipo de civilización, desarrollarnos obteniendo ventajas según qué seamos (déspotas, libertadores, marciales...) e influir en los demás jugadores mediante el espionaje, el turismo o la fuerza de nuestras obras de arte (Sí, tienen puntos de fuerza xD).
Nuestro imperio requerirá de recursos, y en el juego los hay de varios tipos, además de algunos que ya hemos señalado. Las materias primas pueden ser de lujo (Oro, plata, seda, vino...) o normales (Hierro, animales...): Las primeras otorgan felicidad a nuestros ciudadanos, que podrán agilizar la producción y el oro gracias a esto, mientras que las segundas permiten construir casillas o unidades que sin ellas no serían posibles (Por ejemplo, soldados protegidos por armaduras). Obviamente, junto al oro (Que nos permite agilizar tratos y comprar unidades en el acto, sin producirlas), compondrán los elementos básicos para la negociación entre civilizaciones.
Pero además de los bienes digamos materiales, contamos con la tecnología. Nuestras ciudades y lugares académicos (Universidades, bibliotecas y demás) nos otorgarán puntos en esta lid, a tantos por turno. Con ellos, iremos eligiendo los avances tecnológicos que deseemos, que con el paso del tiempo y la combinación de los mismos nos pueden llevar a nuevas eras científicas, donde las posibilidades serán aún mayores y más relevantes. La tecnología nos permitirá cosas como crear barcos y aviones en su momento determinado (Imaginaos la ventaja que da ser el primero en hacer esto), descubrir la agricultura, la ramadería, la banca... Es decir, es la manera de explotar de manera más conveniente los recursos disponibles o incluso de poder explotar algunos que no podríamos, o generar unidades más poderosas (Imaginaos a un guerrero con espada frente a la infantería de la Primera Guerra Mundial).
Y hablando de guerras, nos queda hablar del cuarto componente de las 4X, el exterminio de enemigos. Uno de los tipos de victoria es conquistar todo el territorio. De hecho, sigue siendo la victoria más prevalente y seguramente la más fácil de alcanzar contra la máquina en esta saga. Cuando dos unidades están en casillas adyacentes (O separadas, si permiten ataques a larga distancia como los arqueros o los cañones), pueden atacarse. Aquí entrarán en juego varios elementos: Su fuerza valorada en puntos, el terreno en el que se encuentren (No es lo mismo atacar desde un terreno elevado, por ejemplo), su vida actual... Y de la escaramuza saldrá un daño para ambas unidades, que si es mucho (Se conserva), puede llegar a destruir a una de ellas. Luchando, se obtiene experiencia y se pueden aportar ventajas a nuestros combatientes.
Eso nos permitirá tener el control, pero para ganar por la potencia militar, necesitamos asaltar y asediar las ciudades enemigas, lo cual no resulta sencillo (Por sus bonificaciones de defensa y su capacidad de ataque), pero es una de los puntos más divertidos y emocionantes del juego, desde mi punto de vista. Llegar a territorio enemigo con las catapultas o bombarderos listos, más unidades de a pie, mientras saqueas sus tierras, no tiene precio. Al final se trata de operaciones de inteligencia y desgaste. Las ciudades conquistadas se pueden tanto anexionar a nuestro territorio como destruir completamente, e incluso pueden ser parte de tratos diplomáticos que nos interesen.
Además de las urbes de otras civilizaciones, existen ciudades estado independientes con las que podemos comerciar, a las que podemos proteger y a las que debemos influenciar. Nos regalarán materias y unidades de tanto en tanto si son nuestras aliadas, así como, en el juego tardío, pueden votarnos en el congreso de las Naciones Unidas, que es otro tipo de victoria que podemos alcanzar.
Como veis, Civ V cubre perfectamente todos los elementos que debe tener en cuenta dentro de su género. Al ser un título de estrategia por turnos, se distancia de otras escuelas como la de los Age of Empires y nos permite más calma y pausa para decidir y gestionar nuestros recursos, pues el juego no avanza hasta que nosotros decidamos avanzar el contador al turno siguiente. Sinceramente, es una de las cosas que más me gustan de esta saga, pues permite un juego más reflexivo y menos dependiente de la destreza con el ratón en los momentos de agobio.
Y llegamos al punto donde debería cerrar el artículo, porque ya empieza a ser considerablemente largo pero, sin embargo, como le pasó a Drive con el de Elite Dangeorus, tengo la sensación de que no os he transmitido ni la mitad de lo que realmente es Civilization V. Después de más de 300 horas os puedo decir que es un título tremendamente malo de explicar por escrito, complejo de dominar en todas sus vertientes y un auténtico machacahoras bajo la premisa del "otro turno más y lo dejo". Las partidas contra la máquina están bien (Especialmente a niveles altos de dificultad, aunque no me gusta que obtenga ventajas chetadas), pero también contáis con un apasionante modo multijugador que, sin duda, llega a ser la estrella de la corona si se tiene el tiempo suficiente y las amistades oportunas (Una partida de Civ dura días, tal vez unas 8-12 horas de media según el tipo de mapa y como vayamos, por supuesto se puede guardar tanto en solitario como en multijugador).
En resumen, Civilization V es un grandísimo juego de estrategia y gestión de recursos, posiblemente uno de los mejores a los que un servidor ha jugado, tal vez el mejor. Técnicamente no es nada del otro mundo, pero su ambientación histórica atrapará a los que gusten de este estilo de juegos y la premisa del "otro turno más" es demasiado poderosa y adictiva como para dejarla escapar. Es cierto que su barrera de entrada es un poco alta, pero no tanto como la de otros exponentes del género, y las horas que ofrece pagan perfectamente lo invertido en un ratio asombroso si os gustan esas cábalas. Se puede jugar de forma más ligera también, pero, lo hagas como lo hagas, su frase promocional en Steam es totalmente cierta: "El buque insignia de los juegos de estrategia por turnos ha regresado".
Para los que no conozcan esta licencia, Civilization es un juego de estrategia, de esos que llamamos usualmente "de gestión de recursos". La firma el popular Sid Meier, acostumbrado a parir juegos de este estilo desde hace décadas (Con diferentes ambientaciones, eso sí) y actualmente la desarrolla Firaxis Games, con la edición corriendo a cargo de 2K Games. La iteración concreta que vamos a tratar en este artículo es su quinta entrega númerica, si bien la franquicia ha tenido también presencia en otras máquinas distintas al PC (Véase consolas portátiles varias, por ejemplo). Es cierto que ha tenido un lanzamiento posterior, Civilization Beyond Earth, pero no es demasiado de mi gusto y cambia la ambientación histórica por la espacial.
Así pues, con la sexta entrega numerada prácticamente lista para salir, hoy intentaré venderos la moto con Civ V (Como me gusta llamarlo). Pese a que pueda pareceros imprudente hacerse con este juego a estas alturas, os aseguro que merece mucho la pena, da horas de diversión sin fin y se suele encontrar a buen precio en las rebajas de Steam, que también es un aliciente, además de suponer una genial puerta de entrada a la licencia para los novatos. Eso sí, me veo en la obligación de avisar de que vamos a hablar de Civ V con, al menos, sus dos expansiones grandes integradas (Gods and Kings y Brave New World). Cambian bastante el juego base y, a día de hoy, no tendría demasiado sentido hacerse con él sin éstas (Tranquilos, hay versión completa y suele estar a un precio que ronda los 10€ en oferta).
Como hemos dicho previamente, estamos ante un juego de estrategia por turnos, englobado en la gestión de recursos principalmente, si bien tampoco elude el componente diplomático y militar. Quizá el término que mejor defina lo que es exactamente Civ V sea el famoso 4x: explorar el mapa, expandir el imperio propio, explotar los recursos disponibles y exterminar al enemigo. Esos cuatro elementos lo resumen a la perfección y son los que vamos a abordar en esta entrada.
Una cosa que suele sorprender a los que empiezan a jugar a esta saga es que no hay modo campaña propiamente dicho: Las partidas se configuran teniendo en cuenta muy diversas variables (Número de contrincantes, tamaño del mapa, tipo del mismo y un larguísimo etcétera casi imposible de enumerar) y, una vez hecho, se juegan sin que haya ninguna motivación argumental que el juego nos ofrezca. Empezaremos con una civilización a nuestra elección o al azar (De entre bastantes disponibles, cada una con sus particularidades), se nos dotará de un colono y un guerrero y a jugar. Nada más que saber si no hemos pasado antes por el tutorial, el cual es digamos imprescindible para los no iniciados en esta franquicia.
A partir de ese punto, todo es libertad. Podemos hacer literalmente lo que queramos, potenciado por el hecho de que existen media docena de tipos de victoria diferentes: desde exterminar al resto de civilizaciones del mapa (Sin duda, la que tiene más peso al final) hasta influenciarlas sobremanera mediante nuestra cultura, pasando por el dominio tecnológico, entre otras posibilidades. De hecho, parte importante del juego es decidir por dónde queremos tirar en ese sentido, ya que las condiciones de una victoria se suelen contradecir a nivel de recursos con otras, por lo que es complicado llegar al final con más de una o dos posibilidades de ganar.
El primer componente para progresar es la exploración: Cuando empieza la partida, no ves nada más allá de algunas casillas (Sí, el juego va por casillas), por lo que será de vital importancia movilizar a las unidades más preparadas para ello, con tal de ir dibujándonos el mapa del mundo turno a turno. De esta manera, descubriremos buenos emplazamientos para nuestras ciudades (No es lo mismo ubicar una protegida por unas montañas que sin defensas naturales, en una zona con más recursos o con menos...), encontraremos materias variados e iremos descubriendo a los demás jugadores de la partida y a los bárbaros (Manejados siempre por la máquina y que sólo quieren fastidiar), pues no sabemos sus posiciones iniciales. Todo esto, ayuda a dotar de interés a los primeros turnos, además de aportar una aureola de descubrimiento y sorpresa importantes.
Pero, como buen juego de civilizaciones y progreso, necesitaremos crear nuestro propio imperio y, por supuesto, expandirlo. Empezar es tan fácil como crear nuestra primera ciudad usando un colono, pero a partir de ahí comienzan los problemas: la ciudad (O las ciudades, según vayamos creando más) necesitan protección militar, así como estar bien surtidas de recursos para asegurar su supervivencia y evitar la hambruna. Civ V propone una dicotomía en ese sentido: Para avanzar necesitamos ciudadanos que exploten el terreno, pero cuantos más ciudadanos tengamos, más complicado se hará el mantener el progreso, al menos alimenticio.
De hecho, las ciudades son aspectos clave en esta saga, y más en esta entrega en particular. Sin ciudades, no llegaremos demasiado lejos. En ellas creamos todos los componentes de la partida (Unidades, casillas de bonificación, generamos comercio...) y si perdemos la capital a manos del enemigo, seremos aniquilados. Encontrar el equilibrio entre el número de ciudades, lo que producen (La lista sería, de nuevo, brutal), cómo las explotamos y cómo las defendemos, será pieza clave del desarrollo de las partidas y nos hará devanarnos los sesos hasta límites insospechados en los niveles de dificultad más altos.
Las urbes también serán muy importantes en la diplomacia que llevamos a cabo en el juego: Nos permitirán comerciar con otras civilizaciones, pero también diseñar Maravillas o cultura, elementos vitales en Civ V. Es más, las Maravillas tienen tanta importancia (Son casillas que otorgan ventajas bastante grandes y que sólo pueden generarse una vez en toda la partida cada una -hay varias-) que incluso cuentan con un modo de juego específico donde la victoria se obtiene construyéndolas. La cultura también nos permitirá diseñar nuestro tipo de civilización, desarrollarnos obteniendo ventajas según qué seamos (déspotas, libertadores, marciales...) e influir en los demás jugadores mediante el espionaje, el turismo o la fuerza de nuestras obras de arte (Sí, tienen puntos de fuerza xD).
Nuestro imperio requerirá de recursos, y en el juego los hay de varios tipos, además de algunos que ya hemos señalado. Las materias primas pueden ser de lujo (Oro, plata, seda, vino...) o normales (Hierro, animales...): Las primeras otorgan felicidad a nuestros ciudadanos, que podrán agilizar la producción y el oro gracias a esto, mientras que las segundas permiten construir casillas o unidades que sin ellas no serían posibles (Por ejemplo, soldados protegidos por armaduras). Obviamente, junto al oro (Que nos permite agilizar tratos y comprar unidades en el acto, sin producirlas), compondrán los elementos básicos para la negociación entre civilizaciones.
Pero además de los bienes digamos materiales, contamos con la tecnología. Nuestras ciudades y lugares académicos (Universidades, bibliotecas y demás) nos otorgarán puntos en esta lid, a tantos por turno. Con ellos, iremos eligiendo los avances tecnológicos que deseemos, que con el paso del tiempo y la combinación de los mismos nos pueden llevar a nuevas eras científicas, donde las posibilidades serán aún mayores y más relevantes. La tecnología nos permitirá cosas como crear barcos y aviones en su momento determinado (Imaginaos la ventaja que da ser el primero en hacer esto), descubrir la agricultura, la ramadería, la banca... Es decir, es la manera de explotar de manera más conveniente los recursos disponibles o incluso de poder explotar algunos que no podríamos, o generar unidades más poderosas (Imaginaos a un guerrero con espada frente a la infantería de la Primera Guerra Mundial).
Y hablando de guerras, nos queda hablar del cuarto componente de las 4X, el exterminio de enemigos. Uno de los tipos de victoria es conquistar todo el territorio. De hecho, sigue siendo la victoria más prevalente y seguramente la más fácil de alcanzar contra la máquina en esta saga. Cuando dos unidades están en casillas adyacentes (O separadas, si permiten ataques a larga distancia como los arqueros o los cañones), pueden atacarse. Aquí entrarán en juego varios elementos: Su fuerza valorada en puntos, el terreno en el que se encuentren (No es lo mismo atacar desde un terreno elevado, por ejemplo), su vida actual... Y de la escaramuza saldrá un daño para ambas unidades, que si es mucho (Se conserva), puede llegar a destruir a una de ellas. Luchando, se obtiene experiencia y se pueden aportar ventajas a nuestros combatientes.
Eso nos permitirá tener el control, pero para ganar por la potencia militar, necesitamos asaltar y asediar las ciudades enemigas, lo cual no resulta sencillo (Por sus bonificaciones de defensa y su capacidad de ataque), pero es una de los puntos más divertidos y emocionantes del juego, desde mi punto de vista. Llegar a territorio enemigo con las catapultas o bombarderos listos, más unidades de a pie, mientras saqueas sus tierras, no tiene precio. Al final se trata de operaciones de inteligencia y desgaste. Las ciudades conquistadas se pueden tanto anexionar a nuestro territorio como destruir completamente, e incluso pueden ser parte de tratos diplomáticos que nos interesen.
Además de las urbes de otras civilizaciones, existen ciudades estado independientes con las que podemos comerciar, a las que podemos proteger y a las que debemos influenciar. Nos regalarán materias y unidades de tanto en tanto si son nuestras aliadas, así como, en el juego tardío, pueden votarnos en el congreso de las Naciones Unidas, que es otro tipo de victoria que podemos alcanzar.
Como veis, Civ V cubre perfectamente todos los elementos que debe tener en cuenta dentro de su género. Al ser un título de estrategia por turnos, se distancia de otras escuelas como la de los Age of Empires y nos permite más calma y pausa para decidir y gestionar nuestros recursos, pues el juego no avanza hasta que nosotros decidamos avanzar el contador al turno siguiente. Sinceramente, es una de las cosas que más me gustan de esta saga, pues permite un juego más reflexivo y menos dependiente de la destreza con el ratón en los momentos de agobio.
Y llegamos al punto donde debería cerrar el artículo, porque ya empieza a ser considerablemente largo pero, sin embargo, como le pasó a Drive con el de Elite Dangeorus, tengo la sensación de que no os he transmitido ni la mitad de lo que realmente es Civilization V. Después de más de 300 horas os puedo decir que es un título tremendamente malo de explicar por escrito, complejo de dominar en todas sus vertientes y un auténtico machacahoras bajo la premisa del "otro turno más y lo dejo". Las partidas contra la máquina están bien (Especialmente a niveles altos de dificultad, aunque no me gusta que obtenga ventajas chetadas), pero también contáis con un apasionante modo multijugador que, sin duda, llega a ser la estrella de la corona si se tiene el tiempo suficiente y las amistades oportunas (Una partida de Civ dura días, tal vez unas 8-12 horas de media según el tipo de mapa y como vayamos, por supuesto se puede guardar tanto en solitario como en multijugador).
En resumen, Civilization V es un grandísimo juego de estrategia y gestión de recursos, posiblemente uno de los mejores a los que un servidor ha jugado, tal vez el mejor. Técnicamente no es nada del otro mundo, pero su ambientación histórica atrapará a los que gusten de este estilo de juegos y la premisa del "otro turno más" es demasiado poderosa y adictiva como para dejarla escapar. Es cierto que su barrera de entrada es un poco alta, pero no tanto como la de otros exponentes del género, y las horas que ofrece pagan perfectamente lo invertido en un ratio asombroso si os gustan esas cábalas. Se puede jugar de forma más ligera también, pero, lo hagas como lo hagas, su frase promocional en Steam es totalmente cierta: "El buque insignia de los juegos de estrategia por turnos ha regresado".
Sin duda una franquicia consagrada, no sabía que estaba próxima la sexta entrega.
ResponderEliminarEn lo personal la victoria militar es la divertida para mi, aunque sin duda es un título complejo, no es agresivo con los neófitos, la franquicia se ha ido perfeccionando mucho con los años y uno puede aprender rápidamente.
Cabe mencionar que no es el título de gestión de recursos más complejo y difícil del mercado, Heart of Iron es todavía más difícil, con eso no quiero decir que sea mejor, de echo Heart of Iron es una pesadilla de menús de gestión, Civilitation es mucho más agradable a los sentidos.
Execelente artículo ;)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarA mi siempre me ha parecido que la victoria diplomática es la más fácil. Las ciudades estado dan muchísimas ventajas y con mecenazgo prácticamente ya tienes la mitad de los votos de las Naciones Unidas.
ResponderEliminarSe me da mal en los Civ la victoria militar. Muchas unidades y termina cansándome. En Civ IV era un infierno con una burrada de unidades.
Una parte que quiero recalcar, y es que no toda la saga está exenta de "misiones". Civ III tiene un buen puñado de escenarios basados en distintas épocas (Roma, el inicio de las civilizaciones... ). La de Roma incluso ya comienzas controlando directamente la península itálica y con un buen puñado de legiones.
Sep, el artículo se centra más en el V porque realmente mi trayectoria se limita al IV, este y Beyond Earth. Como bien explica Atmey, con los mods también puedes tener escenarios preseteados y tal, aunque tampoco me he centrado en ellos (a pesar de que algunos son geniales) por no salirme de lo que es una entrada de presentación.
EliminarAprovecho para responder todo aquí: En cuanto a la dificultad, el tema es que la IA debería ser mejor a medida que subes, no con chetadas, sino por lógica. Igual les cuesta.
Por cierto, que me lo dejaba, en el Civ VI vuelve el sistema de misiones/escenarios concretos que comentamos, al menos eso me consta.
En mi caso las victorias que mas me gustan son las militares, en una partida me toco conquistar un continente entero y al hacerlo NO me dio la victoria. Por lo que comencé la construcción de barcos y explorar el océano, la sorpresa fue encontrarme con un continente aun mas grande que el mio en medio de la guerra con una gran cantidad de civilizaciones luchando. Fue genial sentirte el conquistador de otras tierras que llega a destruir todo xD. Esa partida casi duro las 15 horas.
ResponderEliminarY el juego me ha dado muchas otras partidas épicas, recuerdo una vez que me enfoque en el desarrollo tecnológico, y debido a mis grandes avances, unas 3 o 4 civilizaciones enemigas me atacaron a la vez, fue tremenda partida defensiva.
Muy buena entrada de uno de los mejores juegos de estrategia de los últimos años.
A mi la saga me gusta... pero con la estética seria. Que de repente hayan decidido por un apartado gráfico tan plastidecor y colorida me hace pensar que es carne de cañón para salir cutremente en tablets y móviles o como pasó con Age of Empires Online, que no fue nada bueno.
ResponderEliminarMuchas ideas son interesantes, pero esos gráficos tan... ajenos a la saga (que me salga un personaje tan súper importante con una apariencia tan caricaturesca cuando el juego nunca lo ha sido ni ha pretendido serlo (si fuese una especie de juego cómico me daría igual) me corta mucho el rollo).