¿Qué es Read Only Memories: A New Cyberpunk Adventure?

Hace unos años, el género de videojuegos por defecto si tenías una historia que narrar era el shooter; shooter a veces híbrido, de esos "Acción/Aventura" o con toques de RPG, pero shooter al fin y al cabo. Eso limitaba muchísimo el rango de historias que podían ser contadas porque el contexto jugable sólo daba para determinadas situaciones. El éxito de la nueva escuela de aventuras gráficas y novelas visuales deshizo todo eso; de un día para otro, se podían contar historias excéntricas y dramáticas y originales y sorprendentes y cómicas al estilo de las chorradas de Lucasarts de los 90.

Buenas, aquí Drive. Read Only Memories: A New Cyberpunk Adventure es una aventura gráfica indie para PC de Octubre 2015, [Añadido Enero 2017] y acaba de salir una versión extendida para PS4, con voces, extras y parafernalia. Fue kickstarteado, como todo hoy en día, a finales de 2013. Es el único juego del desarrollador, Midboss.



Como “Aventura Gráfica” abarca muchísimos estilos y enfoques, especificaremos: nada de puzles complejos, nada de “Usar objeto A en problema B”, nada de habitaciones cerradas. Es una aventura gráfica con puzles simples, el núcleo del juego es navegar por los árboles de diálogo e interactuar con personajes más que con el entorno. Hereda en esto bastante de Phoenix Wright, luciendo el mismo estilo de personajes secundarios con personalidad marcada y sprites de conversación monos con abanico de emociones.

Se anuncia como cyberpunk, y lo es en una de las versiones menos apocalípticas y distópicas del arquetipo: versión futurística de San Francisco, 2064; con alteración genética, conexiones neuronales a las redes, hackers mágicos, robots por todas partes, pero con una sociedad más o menos estable y más o menos próspera.

En la historia, nuestro personaje, un/una periodista de… urgh… aquí es dónde se me acaba la excusa. Tengo que explicar algo para seguir.

Esta no es tanto una entrada sobre Read Only Memories (que lo es) sino una entrada sobre algo presente en Read Only Memories como premisa básica, que tira del juego tanto como el juego en sí, y que ha ido fluctuando en la industria durante estos últimos años sin asentarse del todo. Hablo de la diversidad sexual y racial en videojuegos, y la integración de ésta en nuestro medio sin clavarse en estereotipos.

No viene precisamente de los videojuegos, pero vamos a exponer el punto primero. Hasta los noventa y principios de los dosmiles, la vasta mayoría de entretenimiento ignoraba o ridiculizaba la homosexualidad. El arte refleja las tendencias sociales, por desgracia, el panorama era el que era y casi nadie escribía personajes homosexuales en una historia si no era como estereotipos caricaturizados.

Últimamente nos hemos puesto las pilas, a paso de mosquito pero se avanza, y los RPGs en esto están por delante del resto de la industria. Atlus, la compañía japonesa que monta los Shin Megami Tensei/Persona, ha sido pionera en incluir diversidad en sus juegos varias veces (cierre de la historia de Kanji aparte). Bioware hace generalmente juegos muy diversos en elenco y posibilidades de romance, y recibieron una campaña de abuso ridícula en su día al confirmarse opciones de romance masculino homosexuales en Mass Effect 3.

El renacimiento de la aventura gráfica tiene un foco narrativo que no se lo acaba, no en vano toman de las novelas visuales la mitad de los recursos, y eso pide personajes perfilados, verosímiles e interesantes. De forma más o menos natural se van cayendo los estereotipos en el género, y ahora todo el mundo escribe lo que le da la gana. Aún tenemos unas cuantas barreras, y cuando más popular es un juego más complicado es incluir diversidad (a las Crónicas de Lionhead me remito, en las que comentan que Microsoft les prohibió poner una mujer negra en la portada de Fable) pero tiempo al tiempo.

Y ese es el Neo San Francisco de Read Only Memories: una ventana a lo que podremos hacer cuando a la industria y el público se les pasen los prejuicios, a cómo de interesante y dinámico puede llegar ser un abanico de personajes (Midboss, el desarrollador, es también el organizador de GaymerX, una convención de videojuegos orientada a la comunidad LGTB). El punto fuerte de Read Only Memories son las historias de los personajes, y en ese apartado luce maravillosamente porque tanto la premisa como las elecciones estéticas alimentan la caracterización.

La historia central gira alrededor de Turing, el primer robot con conciencia propia, que se cuela en nuestro apartamento una noche a pedirnos ayuda porque han secuestrado a su creador. Nuestro personaje, periodista que se gana la vida escribiendo análisis de equipos de sonido, sale a investigar la desaparición por las calles con Turing al más puro estilo Sherlock y Watson. Sigue una historia con bastantes clichés del género pero bien hilvanada. Trata de refilón la definición de identidad, la discriminación social, la singularidad de la inteligencia artificial; pero el juego no se enloda en temas periféricos y mantiene la trama central bastante clara.

Junto con la estética y la caracterización de personajes, el tercer gran acierto de Read Only Memories es la música. Tiene una de esas bandas sonoras con leitmotivs recurrentes, integración de la sintonía del juego disimuladamente en el resto de la BSO, y cierre con créditos vocales que son ya la fórmula indie por defecto. Electrónica suave y rítmica, Mega Drive pasada por sintetizador y con dos valiums; salta a través de unos cuantos estilos sin tropiezos. Gloria pura de esa que se queda en la lista de reproducción meses tras acabar el juego.



Original, inclusivo, rebosante de personalidad y con una banda sonora de aúpa, los méritos de Read Only Memories van más allá de los que debería tener. Ojalá fuese sólo una aventura gráfica brillante. Ojalá fuese sólo su música, sus personajes, su amor gráfico. Ojalá lo que hace realmente grande y necesario este juego fuese estándar, este artículo sería más corto y nuestra afición bastante más bella.