[SdlF] Candidato: Xenogears

De cuando en cuando, es posible encontrar ciertos títulos que buscan romper la barrera que representa un videojuego, yendo más allá de un mero artículo de entretenimiento para niños o adolescentes. Xenogears (PSX, 1998) es uno de esos títulos, gracias a la creación de un universo donde tanto sus personajes como su argumento resultan altamente complejos, tratando temas como la religión o la lucha de clases.

No resulta una sorpresa, pues, encontrar este título entre las listas de obras con mejor argumento o incluso dentro de las de los mejores RPGs jamás lanzados, a pesar de que la crítica agregada lo sitúa por debajo de los 85 puntos de media (pero ojo, cuenta con un 91% de nota media en Gamerankings y fue votado por los lectores de Famitsu en 2006 como el 16º mejor juego de todos los tiempos) y sus ventas, aunque excelentes para un juego de esta temática, superando el millón de unidades, tampoco lo hacen uno de esos juegos masivamente conocidos. De hecho, nunca fue distribuido oficialmente en Europa.

Por estas razones, este título no ha logrado entrar en nuestro Salón de la Fama, por lo que queremos daros la oportunidad de decidir si lo merece o no, con una votación a través de los comentarios de la entrada en la que podréis comentar vuestras opiniones de este videojuego.

Lo primero que podemos decir de este título es que su compleja historia tiene un doble problema: es bastante difícil de entender, con un comienzo realmente lento, y Squaresoft recortó bastante en su desarrollo, lo que resultaba altamente evidente al final y dañino en ciertas partes, además de impedir que se lanzasen nuevas entregas, como así quería su director, Tetsuya Takahashi, en un primer momento.

A pesar de ello, el argumento del juego sigue siendo realmente brillante, altamente elaborado y crítico con diversos temas eclesiásticos o jerárquicos, todo aderezado con numerosos elementos de ciencia ficción, como robots pilotables (mechas) y naves espaciales, combinados con aspectos más clásicos de la fantasía medieval. Con múltiples giros de guión, un comienzo típico del género (aldea natal atacada y chica desconocida en apuros) se va transformando en algo completamente distinto, donde el planteamiento inicial queda lejos de la realidad, acabando en uno de los conflictos más sorprendentes del género.

Estamos ante una obra que bebe directamente de los principios filosóficos de personajes como Friedrich Nietzsche, Sigmund Freud o Carl Jung, influyendo de forma directa tanto en el hilo argumental como en el planteamiento de los protagonistas. También se introduce una gran cantidad de simbolismos, haciendo referencia al control de masas por un gobierno dictatorial, la lucha de clases, el poder de la iglesia, la teoría de la evolución y un largo etcétera de elementos que dotan a este título de una carga filosófica de gran calado. También es de resaltar que estos temas no se tratan de pasada: todo se nos muestra de cara e incluso podemos ver sexo en el título, algo que parecía tabú para la época.

Destacar también el muy buen trasfondo que se le da tanto a los personajes principales como a los enemigos, donde cada uno tendrá sus luces y sus sombras, mostrando sus motivaciones e intereses, quedando muy lejos de los arquetipos tanto de grupo de héroes como de villanos absolutamente malvados.

No obstante, también resulta bastante obvio que se abusa de contar cosas a medias para crear grandes bombazos dramáticos más adelante. De hecho, hay partes que resultan tan crípticas que muchos jugadores ni las llegan a entender del todo, perdiéndose buena parte de los simbolismos del título. 

A esto tampoco ayudó el ya comentado "tijeretazo" de Squaresoft en el segundo CD del juego, acelerando la trama a través de escenas estáticas de imagen y mucho texto que reducen la inmersión del jugador y puede desconcertarnos aún más cuando momentos importantes no los llegamos a vivir y se nos cuentan en resúmenes de este tipo.

Aunque tiene muchos elementos únicos y realmente interesantes, el sistema de juego es de los aspectos que no ha envejecido demasiado bien. Con un sistema de encuentros aleatorios y turnos, que permite realizar combinaciones para dañar a los enemigos, la profundidad se pierde al avanzar en el título, haciendo que recurramos a los mismos recursos una y otra vez, resultando bastante monótono en muchos momentos.

Cada personaje tendrá cualidades diferentes, relacionadas con su fuente de poder, lo que resulta bastante interesante a la hora de representarlos. La especialización de cada personaje servirá también para definir tus propias preferencias, escogiendo a tu grupo principal no solo porque su carisma te guste más, sino porque su estilo de juego se adapta mejor a tus gustos, que no con las necesidades del momento, ya que la elección de uno u otro no afecta demasiado a la estrategia a seguir durante la aventura.

Otro punto destacable, para bien y para mal, es la posibilidad de hacerte con tu propio mecha. Por un lado, es una autentica delicia porque lleva los combates y la lucha a otro nivel, conseguir por fin tu propio mecha y aplastar como hormiguitas a tus enemigos es una sensación muy positiva que no podíamos ver en otros juegos de la época. Por otra parte, sin embargo, su implementación queda lejos de ser satisfactoria, sobre todo debido al error de diseño de no aportar algún tipo de curación en estos combates durante casi el 90% del juego, lo que se resume en intentar ir con todo y poco más.

Hay que destacar también algunos de los minijuegos que acompañan al título, un elemento clásico en los JRPGs, pero que aciertan de pleno en Xenogears sobre todo con el mítico torneo de mecha. Ahí, la jugabilidad cambia drásticamente y casi se podría considerar como un juego de lucha de bastante calidad, casi suficiente como para haber producido un juego independiente al estilo de Final Fantasy Dissidia.

El juego puede verse extraño en la época actual debido a que mezcla renderizados 3D para los escenarios y scripts 2D para los personajes. Personalmente creo que la decisión fue correcta, si lo comparamos con otros juegos de la época que intentaron diseñar los personajes en 3D y cuyo resultado ha envejecido muy mal. Aún así, está claro que tampoco estamos ante un juego con un aspecto visual excesivamente brillante. Destacar, eso sí, el esfuerzo de los desarrolladores por incluir localizaciones y diseños muy variopintos y distintos entre sí.

En el apartado sonoro, las melodías son correctas para cada momento, la Banda Sonora en general no destaca de forma sobresaliente, quizás porque su presupuesto fue limitado en comparación a otras grandes obras de la época. Aunque destacar que tiene un par de piezas concretas muy buenas, que se pueden quedar en tu cabeza largo tiempo y pueden ser incluidas en listas de mejores temas del género.

Sois vosotros los que debéis establecer esta opinión final con vuestra votación de si merece, o no, entrar en nuestro Salón de la Fama. Personalmente, lo considero un imprescindible por su apasionante trama y la forma en la que es tratada, además de la creación de unos personajes increíbles y consistentes siempre con sus acciones y un universo realmente interesante (no es casualidad que en Japón sea un título siempre muy querido y recordado). Es un referente para muchos títulos posteriores gracias a los temas que trató, abriendo el camino de que los videojuegos no fueran típicos o aniñados.

Si como muy acertadamente Astara comenta que Nier:Automata ha sido muy positivo para la industria por los riesgos que asume y propone, Xenogears hizo algo similar en el pasado y es ya parte de nuestra historia, ¿qué menos que ofrecerle ese reconocimiento e incluirlo en nuestro Hall de la fama?

Pero, claro, la opinión aquí es vuestra. ¿Debe Xenogears entrar en nuestro Salón de la Fama?