La ambientación como ancla
Cada vez queda más claro que el concepto de "saga" es algo que necesitan casi todas las compañías: una/s serie/s representativa/s, construida entrega tras entrega, tratando de pulir el concepto y mejorarlo, tomando algunas decisiones arriesgadas y aprendiendo de posibles errores, de forma que los fans utilicen el boca a boca y, con sólo mentar el nombre, ya hay una predisposición del mercado a la hora de esperar algo bueno de una nueva entrega, con muchos fans convencidos incluso antes de su lanzamiento. A esto aspiran la mayoría de grandes compañías.
Sin embargo, no todas las sagas son iguales. Algunas han reflejado una evolución constante pero sin perder sus puntos clave salvo en alguna entrega suelta, como Pokémon o Dragon Quest. Es posible ver evoluciones y cambios radicales a partir de un cambio de rumbo que funcionó bien, como pasó con Persona a partir de la tercera entrega, con la serie Atelier desde su salto a PlayStation 3, Fire Emblem con Awakening... Y luego están las series que no necesitan atarse a sí mismas para funcionar, con Final Fantasy como uno de los símbolos más evidentes.
La serie de Square Enix se ha movido desde el entorno mágico-medieval a ambientaciones steampunk, futuristas, viajes temporales o incluso más cercanas a nuestro mundo actual. Podemos discutir qué ha hecho mejor o peor, pero si el próximo juego de la serie se enfocase en combates espaciales, un futuro distópico, peleas de bandas, el Oeste americano o incluso un apocalipsis zombi, simplemente tendrían que incluir la magia, invocaciones y el resto de elementos típicos de la franquicia para que pudiese ser plausible. Evidentemente, en alguno de los ejemplos comentados se vería como extremadamente raro o incluso "invasivo" (la ambientación de JRPG y oeste suele reconocerse más en Wild Arms, la espacial es cosa de Mass Effect o Star Ocean y, bueno, sería complicado cuadrar una trama de fantasía mágica en las tradicionalmente decadentes tramas de zombis) pero sólo por el peso de la franquicia y el interés que levantaría probar una ambientación tan diferente, tendrían público deseando saber cómo quedaría un Final Fantasy esa propuesta.
No obstante, estos cambios de ambientación resultan también peligrosos, ya que puedes fallar a la hora de crear un buen título en un entorno que no dominas o incluso puedes expulsar jugadores que no gustan de esos estilos. Fuera parte, el "núcleo duro" de tu saga siempre pedirá títulos similares a los que les gustaron.
Sin embargo, una saga NECESITA evolucionar y quedarse anclada a un estilo o una ambientación muy específica limita sus posibilidades de sorprender a los jugadores. Lo hemos visto en casos relativamente recientes como Bravely Second o Deus Ex: Mankind Divided, que a pesar de sus evidentes evoluciones no fueron capaces de recuperar ese factor de sorpresa de sus entregas iniciales, básicamente porque era imposible hacerlo con una secuela que se sitúa en el mismo mundo y con los mismos personajes que los juegos anteriores. Casos como Golden Sun: Oscuro Amanecer son un ejemplo flagrante de esto, sumado a que el factor nostalgia le hizo un flaco favor.
Es por ello por lo que series como Inazuma Eleven tuvo que cambiar de personajes en su cuarta entrega y lo va a hacer en su séptima, por esa razón los Trails se mueven a diferentes regiones de Zemuria cada tres títulos, cada Persona tiene unos elementos de invocación, localización y trama principal bien diferenciados, Fallout o Elder Scrolls se mueven a diferentes zonas o épocas, Mass Effect ha tenido que cambiar de situación en Andromeda, Pokémon gusta de cambiar de región en cada entrega... Y, aún así, no pueden evitar que su ambientación sea un ancla contínua.
Si nos fijamos en cualquiera de las sagas comentadas en el párrafo anterior, aún con los cambios de tramas o personajes, podemos visualizarlos sin problema en una ambientación determinada: Inazuma Eleven es una saga situada en el presente japonés de un alumno que levanta un equipo deprimido para dirigirlo al campeonato nacional, luego tiene un interludio de trama muy loca de salvar al mundo y acaba con el equipo nacional salvando el mundo, de nuevo. Los Trails, incluso con las particularidades de cada región, son fáciles de identificar. Los Persona van de un nuevo estudiante que acaba involucrado en una investigación relacionada con mundos paralelos. Los Fallout se sitúan en una región americana devastada por un ataque nuclear. Los Elder Scrolls en un entorno medieval con diferentes razas y dioses de Tamriel. Mass Effect no se ha podido despegar de las razas conocidas ni con su salto a otra galaxia. Resulta curioso que sólo Pokémon nos ha revelado una ambientación distinta que de verdad afecta a todo el juego como pasa con Sol y Luna, a pesar de lo cual sigue siendo Pokémon. Hasta series como Tales of, que cambian de mundo en cada título, tienen una ambientación similar y reconocible.
Pero, al menos desde Japón, parece que cuesta un poco más dar ese paso. Mientras que el director de la serie Persona se va a acercar a la ambientación medieval, del resto de las series principales del género en Japón, sólo Bloodborne frente a Dark Souls (y ya sabemos que son títulos poco japoneses), Final Fantasy y podríamos considerar Kingdom Hearts, por sus particularidades, pueden explorar ambientaciones radicalmente distintas (otra cosa es que lo hagan y les salgan mejor o peor), pero el resto parecen temerosos de intentarlo y series de renombre acaban atadas a su propia ambientación.
Si nos fijamos en cualquiera de las sagas comentadas en el párrafo anterior, aún con los cambios de tramas o personajes, podemos visualizarlos sin problema en una ambientación determinada: Inazuma Eleven es una saga situada en el presente japonés de un alumno que levanta un equipo deprimido para dirigirlo al campeonato nacional, luego tiene un interludio de trama muy loca de salvar al mundo y acaba con el equipo nacional salvando el mundo, de nuevo. Los Trails, incluso con las particularidades de cada región, son fáciles de identificar. Los Persona van de un nuevo estudiante que acaba involucrado en una investigación relacionada con mundos paralelos. Los Fallout se sitúan en una región americana devastada por un ataque nuclear. Los Elder Scrolls en un entorno medieval con diferentes razas y dioses de Tamriel. Mass Effect no se ha podido despegar de las razas conocidas ni con su salto a otra galaxia. Resulta curioso que sólo Pokémon nos ha revelado una ambientación distinta que de verdad afecta a todo el juego como pasa con Sol y Luna, a pesar de lo cual sigue siendo Pokémon. Hasta series como Tales of, que cambian de mundo en cada título, tienen una ambientación similar y reconocible.
Pero volvamos al caso de Pokémon Sol y Luna: Alola es una región tropical, algo que se refleja en sus personajes, su forma de vida, el turismo, particularidades de sus especies, la forma especial en la que los jóvenes realizan su viaje... Es el paradigma de cómo una ambientación puede alterar hasta una serie tan cuadriculada como Pokémon, donde sabíamos a lo que nos íbamos a enfrentar entrega tras entrega. No cambia el juego en sí: sigues recibiendo un pokémon inicial exclusivo de Planta, Agua o Fuego, tienes que formar un equipo de pokémon con el que recorres toda la región y te enfrentas a líderes (sólo que ahora de una forma diferente), un grupo malvado, al pokémon legendario de turno y acabas convirtiéndote en el mejor entrenador de la región. Todo era más o menos igual, pero la ambientación lo hacía diferente.
Y es ahí donde, quizás, más le cuesta a otras sagas lograr una diferenciación. Es evidente que cada título tiene su historia, sus dinámicas, sus personajes y su propias zonas, pero pocas logran crear regiones y ambientaciones realmente diferentes, que den sensación de estar en otro mundo sólo observando el entorno y que no se quede sólo en una fachada. La sensación de estar una gran ciudad como Tokio y el impacto de nuestras acciones en una escala nacional es uno de los factores claves que han ayudado a Persona 5, pero es difícil ver ese cambio de ajuste en otras series.
Importa poco Daggerfall, Morrowind, Cyrodiil o Skyrim, al final, incluso con sus particularidades políticas o mágicas, un mundo de fantasía medieval sigue siendo fácilmente reconocible, básicamente porque, como explicaron en Obsidian, el peso de nuestra propia historia y El Señor de Los Anillos/Dragones y Mazmorras hace que no puedas crear algo nuevo dentro de esos universos. Por esa razón resultan llamativos los títulos que se alejan de estas ambientaciones tan trilladas en el género RPG: Pillars of Eternity se acercaba a la Edad Moderna, Tyranny se sitúa en un entorno similar al de la Edad de Bronce, Torment: Tides of Numenera nos llevaba a un futuro muy lejano donde infinidad de artefactos de diferentes civilizaciones perviven en mitad de la curiosa sociedad que exploramos...
Y es ahí donde, quizás, más le cuesta a otras sagas lograr una diferenciación. Es evidente que cada título tiene su historia, sus dinámicas, sus personajes y su propias zonas, pero pocas logran crear regiones y ambientaciones realmente diferentes, que den sensación de estar en otro mundo sólo observando el entorno y que no se quede sólo en una fachada. La sensación de estar una gran ciudad como Tokio y el impacto de nuestras acciones en una escala nacional es uno de los factores claves que han ayudado a Persona 5, pero es difícil ver ese cambio de ajuste en otras series.
Importa poco Daggerfall, Morrowind, Cyrodiil o Skyrim, al final, incluso con sus particularidades políticas o mágicas, un mundo de fantasía medieval sigue siendo fácilmente reconocible, básicamente porque, como explicaron en Obsidian, el peso de nuestra propia historia y El Señor de Los Anillos/Dragones y Mazmorras hace que no puedas crear algo nuevo dentro de esos universos. Por esa razón resultan llamativos los títulos que se alejan de estas ambientaciones tan trilladas en el género RPG: Pillars of Eternity se acercaba a la Edad Moderna, Tyranny se sitúa en un entorno similar al de la Edad de Bronce, Torment: Tides of Numenera nos llevaba a un futuro muy lejano donde infinidad de artefactos de diferentes civilizaciones perviven en mitad de la curiosa sociedad que exploramos...
Pero, al menos desde Japón, parece que cuesta un poco más dar ese paso. Mientras que el director de la serie Persona se va a acercar a la ambientación medieval, del resto de las series principales del género en Japón, sólo Bloodborne frente a Dark Souls (y ya sabemos que son títulos poco japoneses), Final Fantasy y podríamos considerar Kingdom Hearts, por sus particularidades, pueden explorar ambientaciones radicalmente distintas (otra cosa es que lo hagan y les salgan mejor o peor), pero el resto parecen temerosos de intentarlo y series de renombre acaban atadas a su propia ambientación.
Imaginad un Tales of ambientado en una sociedad actual, con cultura pop, móviles e internet. Un The Elder Scrolls donde la magia y las criaturas han aparecido en una sociedad futurista. Un Fallout previo al apocalipsis nuclear. El Fire Emblem que nos pensamos que iba a ser Tokyo Mirage Sessions #FE, con demonios y combates estratégicos en un mundo parecido al actual. ¿Por qué toda la cultura china en los videojuegos parece revolver alrededor del Romance de los Tres Reinos o Viaje al Oeste? Un JRPG ambientado en Roma sería muy interesante. Culturas como la Precolombina americana, Egipto, África... se observan siempre desde el plano presente, explorando su pasado, nunca desde dentro. Y así podríamos seguir sólo imaginando momentos de la sociedad humana, que de libros que podrían dar buenos RPGs explorando universos y ambientaciones diferentes hay decenas.
El problema es que cuesta ser original, cuesta arriesgarse a crear algo muy separado de lo conocido por el miedo a que sea incomprendido o no se vean capaces de darle sentido dentro de ese entorno poco explorado. Cuando hacer un videojuego es más y más caro, es lógico agarrarse a "lo de siempre" porque minimiza riesgos. Sólo compañías indies, que trabajan con su propio capital e ideas, pueden probar a hacer cosas nuevas y lo están demostrando año tras año.
Pero la cuestión es... ¿no nos gustaría explorar entornos nuevos? ¿Qué ambientación os gustaría ver en un RPG? ¿Con qué saga o compañía? ¿O sois de los que no tenéis problemas con que se sigan haciendo títulos típicos siempre que la trama, sus personajes y su sistema resulten interesantes? Esperamos vuestra participación en este debate porque, ¿quién sabe? Igual llegamos a dar la idea clave que ayuda a cierta compañía o estudio a crear un RPG de ambientación diferente.
Realmente la idea de un Tales of en una sociedad actual siempre la he tenido en mente. ¿Por qué mantenerse siempre con lo medieval? Xillia y Xillia 2 lo hicieron con el mundo que estaba avanzado tecnológicamente y la ambientación estaba muy lograda y con móviles era todo muy interesante. Y ya no te digo actual, inclusive algo futurista estaría bien. Muy de acuerdo con todo, muy buena entrada Adell
ResponderEliminarYo me empiezo a cansar tanto rpg medieval o de un palo similar... xD (Pokémon ni lo cuento, a mi me aburre ya), pero veo con mucho potencial ambientaciones más modernas o futuristas en todos los tipos de géneros del rpg... que seguro que serían para flipar.
ResponderEliminarA mi me ha pasado algo muy curioso con el Skyrim y el Fallout 4, el primero al tener la típica ambientación medieval me aburrió de una forma brutal y simplemente no pude continuar jugandolo. En cambio nunca había visto el desastre nuclear como nos lo presentan en el Fallout y el juego simplemente lo devoré, el vicio fue espectacular, ni el grandioso Persona 5 me ha producido lo mismo que logró el Fallout y yo creo simplemente fue por tener una ambientación distinta.
ResponderEliminarSentí esa misma emoción cuando jugué los Persona 3 y 4, The World End With You y los Devil Survivor ya que era la primera vez que me descubrían ese Japón tan intimo, algo que se ha ido perdiendo y lo he notado en el Persona 5.
A ver, como es lógico, si juntas un buen juego en cuanto a dinámicas e historia con una ambietación novedosa, siempre va a crear un mayor impacto en los jugadores. Pero claro, con el riesgo que eso conlleva.
ResponderEliminarPersonalmente, mientras la trama y el sistema me guste, la ambientación me da un poco igual si se integra bien. Tampoco me crea problemas la fantasía épica, ya que es mi género favorito de lectura junto con la ciencia ficción.