[Análisis] Shin Megami Tensei: Strange Journey Redux

Nintendo 3DS se encuentra en su ciclo final de vida, con Switch convirtiéndose en la nueva portátil de la compañía y la práctica totalidad de desarrolladoras trabajando en sistemas más potentes, pero a pesar de ello nos han llegado este año pequeñas joyas que cierran su, ya de por si, extenso catálogo y los aficionados a los RPG nos estamos beneficiando de ello últimamente.

El pasado 18 de mayo llegaba a las tiendas europeas el relanzamiento de Shin Megami Tensei: Strange Journey (NDS, 2009/10), título que no pudimos disfrutar en el mercado europeo y del que, por fin, podemos resarcirnos con la edición Redux que buscaba mejorar la versión original en diversos aspectos.

Resulta interesante que este puede ser el último RPG que recibamos en la portátil por occidente, ya que otros proyectos como Dragon Quest XI, Inazuma Eleven Go 3: Galaxy, Yo-Kai Watch 3Etrian Odyssey X o Persona Q2 parecen tenerlo realmente complicado para llegar a nuestra región, así que este es de esos juegos que no se pueden dejar pasar para los que quieran completar el catálogo rolero... si es que merece la pena, que es lo que vamos a tratar en este análisis:

Strange Journey Redux nos sitúa en un planeta Tierra en al borde del colapso: guerras, contaminación, crisis económicas... y por si eso no fuera suficiente un extraño agujero dimensional (denominado Schwarzwelt) aparece en la Antártida, engullendo todo a su paso y creciendo exponencialmente día tras día. Ante el temor de que todo el planeta acabe absorbido se toma la decisión de enviar a un equipo de élite compuesto por militares y científicos de todo el mundo para adentrarse en el Schwarzwelt y buscar una solución al problema. 

Pronto descubrirán que toda su experiencia y su equipamiento serán poca cosa ante la amenaza demoníaca que se esconde en la Antártida. Nos vamos a encontrar ante todos los arquetipos que tienen las historias de los Shin Megami Tensei: demonios que podemos controlar y fusionar mediante apps, la eterna lucha entre ángeles, demonios y humanos con sus respectivas rutas y finales que podemos seguir... pero en este caso la historia es más occidental que en otras entregas

En el interior del Schwarzwelt nos cruzaremos con personajes de las principales nacionalidades del mundo lo que hace más variadas las interacciones entre ellos, no es un juego tan japonés en ese apartado. Las míticas rutas Chaos y Law (Caos y Ley), como no podía ser de otro modo, están muy marcadas y son sencillas de seguir, también está disponible la normalmente más compleja ruta Neutral que coge el punto medio entre ambas y, para añadir más pimienta a la historia, en esta versión han introducido un nuevo personaje, Alex, una misteriosa chica que hace apariciones escasas (aunque memorables) a lo largo del juego y que será otro misterio más (por si no tuviéramos ya suficientes) que resolver a lo largo de la aventura. 

También se ha añadido un sector totalmente nuevo para la ocasión y que tendrá influencia en los finales que veremos al final del juego, pero no queremos explicar demasiado ni dar excesivos detalles en este apartado. Lo que sí resulta clave en este argumento es que, además de aportar muchos aspectos de ciencia teórica mezclados con magia y teología, logra crear muy bien la sensación de estar en un territorio hostil y desconocido, donde siempre tendremos la duda de si seguir adelante explorando o volver rápidamente al Red Sprite (nuestro centro de operaciones) para curarnos y pertrecharnos. 

Si conocéis a la serie Etrian Odyssey poco hay que explicar del sistema de juego: nos encontramos ante un Dungeon Crawler en primera persona, en la que podremos usar la pantalla superior para explorar las mazmorras del juego, avanzando por los laberínticos sectores del Schwarzwelt, mientras que en la inferior se irá rellenando automáticamente el mapa según lo vayamos recorriendo. 

La gran diferencia con respecto la otra serie de Atlus es que no podemos modificar ese mapa nosotros mismos de ninguna manera, por lo que aunque se va rellenando con iconos de interés, puertas y demás, se echa en falta la posibilidad de poder realizar anotaciones y diseñarlo nosotros mismos a nuestro gusto. Eso sí, en ciertos sectores la navegación del mapeado es infernal entre atajos, teleportadores, agujeros y demás trampas.


El combate se rige por el habitual Press Turn System de la saga que premia buscar los puntos débiles de los enemigos pero, a diferencia de otras entregas, aquí no ganaremos turnos extras si golpeamos las debilidades. En su lugar, si acertamos un punto débil los demonios de nuestro equipo que tengan nuestra misma afinidad moral atacarán al momento a dicho enemigo, por lo que es vital tener este apartado en cuenta a la hora de combatir y formar nuestro grupo, ya que ese daño extra puede ser clave para superar las batallas más duras.

Tendremos mas de 350 demonios disponibles para formar nuestros equipos de batalla, por supuesto la fusión de demonios y la negociación con ellos será un punto clave para mejorar nuestro equipo según vayamos avanzando. Habrá que tener muy en cuenta las habilidades que posean (aunque en esta entrega sólo habrá seis ranuras de habilidad en vez de las ocho que teníamos en Shin Megami Tensei IV) ya que tener variedad entre técnicas de ataque, soporte y curación será vital.

En cuestión de accesibilidad el juego ha mejorado mucho en esta versión Redux: tenemos tres niveles de dificultad, han añadido apps para suavizar ciertos apartados como por ejemplo evitar la derrota del grupo si muere el protagonista, habilidades de comandante pasivas y activas que nos dan beneficios en combate... Por si fuera poco, sigue existiendo el sistema de contraseñas para compartir los demonios que creamos, algo que puede suponer una gran inversión en macca (el dinero del juego) pero también ahorrarnos mucho tiempo de entrenamiento o perfeccionamiento de demonios.

Estos pequeños añadidos opcionales facilitan la experiencia de juego a los que se inician en los Shin Megami Tensei y que no entorpecen a los jugadores más puristas que sólo tienen que desactivar o ignorar dichas ayudas. En este sentido, el juego se adapta a cualquier tipo de jugador, lo cual es un gran acierto y permite que, siempre que domines el inglés, puedas disfrutar de un juego de esta serie.

Aparte de la historia principal tenemos multitud de misiones opcionales que cumplir que nos recompensarán con equipamiento, dinero, objetos... o Forma, una especie de mineral que existe en el Schwarzwelt y que en el laboratorio de la nave utilizarán para crear apps, equipamientos y toda suerte de objetos básicos para salir airosos de la aventura. Estos materiales también se podrán encontrar de forma natural en los laberintos, por lo que explorar todo el mapeado una y otra vez es básico para tener siempre suministros a nuestra disposición.

Con una duración que puede rondar tranquilamente las 40 horas (bastante más si nos atascamos en algún punto o perfeccionando mucho nuestros demonios) este título nos puede llevar mucho más si intentamos visualizar todos los finales disponibles, por lo que será una opción muy recomendable si tenéis mucho tiempo libre por delante.

A nivel visual, el juego luce mucho más pulido que en Nintendo DS, algo que se aprecia sobre todo en los fondos y en las animaciones de combate. Obviamente, al tratarse de un Dungeon Crawler en primera persona los cambios no son abismales y los gráficos no son la principal fortaleza de este subgénero pero cumplen a la perfección. 

Para esta revisión se han añadido retratos a muchos personajes que no los tenían en sus diálogos, aunque por otro lado no hay efecto 3D. A nivel sonoro tenemos melodías destacables, pero suelen ser muy repetitivas, por lo que acaban cansando en sesiones largas de juego. Los textos están en inglés y las voces (abundantes) en perfecto japonés, algo que llevó a muchos jugadores a quejarse a pesar de que, aunque sin el dominio del idioma no podemos entender todos los matices, el doblaje nipón, con acentos característicos para las diferentes nacionalidades, es brillante.


Shin Megami Tensei Strange Journey Redux es un caso extraño, ya que como Shin Megami Tensei es inferior a la cuarta entrega y a Apocalypse y como Dungeon Crawler se puede considerar como muy inferior a la serie Etrian Odyssey.

Ahora bien, actuando de híbrido de ambas sagas resulta  un juego fantástico, largo, con una historia muy bien llevada y personajes tremendamente interesantes que si te engancha te puede tener decenas de horas pegado a la consola, explorando sus laberínticos escenarios.

Quizás no es el mejor juego del mundo en cada uno de sus apartados pero cumple sobradamente en todos y, a poco que te guste su temática o su sistema jugable, no te arrepentirás de darle una oportunidad. Sin duda, un gran juego para iniciarse en los Shin Megami Tensei al ser tan fácil de configurar para cada tipo de jugador.

1 comentario:

  1. Me parece casi una herejia que no nombren la OST del juego, para mí es la mejor jamas creada en todos los juegos que he jugado (que han sido muchos), esos canticos demoniacos son simplemente brillantes. Gran juego que dudo que pruebe considerando que me pase todas las rutas en la DS y las novedades que nos cuentas no me parecen suficientes.

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