[Análisis] De Fobos y Deimos
Echando la vista atrás, en los últimos años han sido muchos los juegos que han hecho de problemáticas del día a día su foco de atención. Desde enfermedades mentales (Hellblade, To the Moon, Doki Doki Literature Club!...) hasta enfermedades o discapacidades físicas (That Dragon, Cancer, Katawa Shoujo...), muchos exploran tanto a la persona afectada como al entorno más cercano de la misma. No obstante, han sido muy pocos los videojuegos (y casi el arte moderno en general, aunque eso va cambiando en los últimos tiempos) que han explorado un problema de tanta actualidad como la LGTB+fobia, donde podríamos considerar a obras como 2064: Read-Only Memories.
En esta situación aparece De Fobos y Deimos, un RPG español desarrollado en solitario por Alexander Rodríguez que, en mi caso, apareció completamente por sorpresa al haber escapado del radar de no sólo medios de comunicación generalistas, sino también dentro de la prensa especializada. El título pone su punto de mira en el bullying LGTB+fóbico y en la diversofobia, pero vayamos por partes.
Quizás lo más fácil de explicar es su faceta como videojuego: De Fobos y Deimos es un RPG por turnos de corte clásico, con todos los elementos que caracterizan al género: magia/habilidades, personajes más o menos insertados en arquetipos jugables, combates aleatorios... si bien el juego carece de niveles como tal, haciendo que las nuevas habilidades sean aprendidas en el transcurso del título y los parámetros de los personajes aumenten en base a sucesos clave de sus arcos argumentales.
Es correcto en este apartado, sin grandes alardes para tratarse de un juego tan corto (nos llevará unas ocho horas completarlo) y con una dificultad que resulta bastante ajustada en todo momento, si bien existe algún combate bastante desequilibrado por su fuerte dependencia de la suerte. Quizás el aspecto de RPG y los combates funcionan más como un elemento de distensión ante la narrativa, por lo que, pese a que existe bastante variedad en cuanto a mecánicas específicas de los personajes, no resultan especialmente profundos ya que, por supuesto, no es lo que más nos interesa en este título.
En cuanto al argumento, De Fobos y Deimos nos pone en la piel de Jokin, un adolescente que consigue entrar en la Academia de Defensores para cumplir su sueño, pese a que desde un primer momento se ponen de manifiesto que ni el mundo ni la academia son lugares idílicos para las personas que se salen de lo usual. La trama es contada a través de varios capítulos que abordan diferentes arcos argumentales correspondientes a los distintos personajes que se presentan, con el elemento añadido de poder malear ligeramente la personalidad de Jokin mediante diversas opciones de diálogo, lo que condiciona que aprenda o no ciertas habilidades, además de variar los diálogos. Quizá no es la manera más eficiente en cuanto a narrativa, puesto que acelera ciertos sucesos en algunos arcos, especialmente en las evoluciones psicológicas de los personajes, para ajustarse a una reducida duración y así fomentar la rejugabilidad del título.
Como apuntes sueltos, quizá otro punto negativo del argumento es que hacia el final deja a un lado la faceta realista para adoptar un tono más alegórico que no acaba de encajar con lo visionado anteriormente, si bien todo se resuelve perfectamente en un final que regresa al tono inicial. Más allá de esto, cabe decir que tiene una buena cantidad de contenido opcional: una mazmorra con enemigos bastante duros, alguna que otra misión opcional más que bienvenida...
En su aspecto visual, estamos ante un juego con bastante detalle en sus entornos y diseños de los enemigos en batalla, siendo los personajes y NPCs los que cuentan con sprites menos detallados, algo lógico considerando la cantidad de animaciones que tienen. El estilo artístico de los personajes es bastante atractivo y tiene una banda sonora que nada tiene que envidiar a otras obras con compositores de renombre.
A nivel técnico, el juego presenta varios errores tipográficos y algunos bugs que pueden dificultar la experiencia. No obstante, aquí debo destacar la presencia de un glitch que me impedía continuar con el juego y que fue rápidamente resuelto por el desarrollador en cuanto le comuniqué la situación, con una celeridad digna de elogio.
En resumidas cuentas, como videojuego, De Fobos y Deimos consigue su cometido: entretener al jugador. No tiene una narrativa rompedora, no inventa la rueda jugablemente, no tiene gráficos revolucionarios. Tampoco pretende hacerlo. Esta obra brilla por su temática, la base sobre la que se cimienta y construye todo lo que lo hace especial.
Es difícil ser objetivo en este punto si eres, como yo, un integrante de la comunidad LGTB+, ya que será muy sencillo sentirte terriblemente identificado con muchas de las historias que se cuentan en el juego (mención especial a Jokin aquí) porque forman parte, en bastantes ocasiones, de nuestra experiencia vital. Si digo muchas de las historias es porque, pese a que De Fobos y Deimos se considere un RPG contra el bullying LGTB+fóbico, quedarse en eso es poco más que rayar la superficie del título. Se tratan una miríada de temas diferentes, todos de rabiosa actualidad y con una puntería asombrosa: machismo, tendencias suicidas, aceptación personal, empoderamiento...
Eso sí, como pequeña advertencia, puntería también significa a veces crudeza. Este título no es particularmente cruel en este aspecto, pero tampoco se anda con medias tintas, y más de una vez puede llegar a plantearte una dicotomía moral sobre si seguir jugando o dejarlo para airear tus pensamientos. Al fin y al cabo, el mismo juego te lo avisa: las personas presentadas en el título son enteramente ficticias pero sus historias, por desgracia, no lo son.
En cualquier caso, aunque los temas abordados merecen la seriedad con la que son tratados, es bien sabido que dentro de cualquier historia, por oscura que sea, siempre hay momentos de luz. De Fobos y Deimos plasma esto con una buena cantidad de humor en la dosis correcta, con multitud de referencias a otras obras artísticas e incluso elementos de la cultura popular. Es un humor bien traído, que juega muchas veces con las personalidades de los protagonistas y que en ningún momento se siente excesivo o sacado de contexto.
Para ir cerrando, De Fobos y Deimos es un juego entretenido y disfrutable aún con algunas impurezas que habría que limar. Su fachada de RPG es seguramente lo menos destacable del título, dado que su idea es, sobre todo, exponer realidades sociales que vivimos día a día con temas que no suelen ser abordados y que, en este caso, son tratados con suma precisión y de una manera brillante. Esta obra es, al fin y al cabo, una gratificante experiencia sobre la LGTB+fobia y mil temas más, lo que hace que lo recomendemos fervientemente a todo el mundo, perteneciente o no al colectivo LGTB+, sobre todo por su accesibilidad: está disponible en Steam de forma completamente gratuita, en español y con unos requisitos técnicos mínimos. ¿Qué excusa os queda?
En esta situación aparece De Fobos y Deimos, un RPG español desarrollado en solitario por Alexander Rodríguez que, en mi caso, apareció completamente por sorpresa al haber escapado del radar de no sólo medios de comunicación generalistas, sino también dentro de la prensa especializada. El título pone su punto de mira en el bullying LGTB+fóbico y en la diversofobia, pero vayamos por partes.
Es correcto en este apartado, sin grandes alardes para tratarse de un juego tan corto (nos llevará unas ocho horas completarlo) y con una dificultad que resulta bastante ajustada en todo momento, si bien existe algún combate bastante desequilibrado por su fuerte dependencia de la suerte. Quizás el aspecto de RPG y los combates funcionan más como un elemento de distensión ante la narrativa, por lo que, pese a que existe bastante variedad en cuanto a mecánicas específicas de los personajes, no resultan especialmente profundos ya que, por supuesto, no es lo que más nos interesa en este título.
Como apuntes sueltos, quizá otro punto negativo del argumento es que hacia el final deja a un lado la faceta realista para adoptar un tono más alegórico que no acaba de encajar con lo visionado anteriormente, si bien todo se resuelve perfectamente en un final que regresa al tono inicial. Más allá de esto, cabe decir que tiene una buena cantidad de contenido opcional: una mazmorra con enemigos bastante duros, alguna que otra misión opcional más que bienvenida...
A nivel técnico, el juego presenta varios errores tipográficos y algunos bugs que pueden dificultar la experiencia. No obstante, aquí debo destacar la presencia de un glitch que me impedía continuar con el juego y que fue rápidamente resuelto por el desarrollador en cuanto le comuniqué la situación, con una celeridad digna de elogio.
En resumidas cuentas, como videojuego, De Fobos y Deimos consigue su cometido: entretener al jugador. No tiene una narrativa rompedora, no inventa la rueda jugablemente, no tiene gráficos revolucionarios. Tampoco pretende hacerlo. Esta obra brilla por su temática, la base sobre la que se cimienta y construye todo lo que lo hace especial.
Es difícil ser objetivo en este punto si eres, como yo, un integrante de la comunidad LGTB+, ya que será muy sencillo sentirte terriblemente identificado con muchas de las historias que se cuentan en el juego (mención especial a Jokin aquí) porque forman parte, en bastantes ocasiones, de nuestra experiencia vital. Si digo muchas de las historias es porque, pese a que De Fobos y Deimos se considere un RPG contra el bullying LGTB+fóbico, quedarse en eso es poco más que rayar la superficie del título. Se tratan una miríada de temas diferentes, todos de rabiosa actualidad y con una puntería asombrosa: machismo, tendencias suicidas, aceptación personal, empoderamiento...
Eso sí, como pequeña advertencia, puntería también significa a veces crudeza. Este título no es particularmente cruel en este aspecto, pero tampoco se anda con medias tintas, y más de una vez puede llegar a plantearte una dicotomía moral sobre si seguir jugando o dejarlo para airear tus pensamientos. Al fin y al cabo, el mismo juego te lo avisa: las personas presentadas en el título son enteramente ficticias pero sus historias, por desgracia, no lo son.
En cualquier caso, aunque los temas abordados merecen la seriedad con la que son tratados, es bien sabido que dentro de cualquier historia, por oscura que sea, siempre hay momentos de luz. De Fobos y Deimos plasma esto con una buena cantidad de humor en la dosis correcta, con multitud de referencias a otras obras artísticas e incluso elementos de la cultura popular. Es un humor bien traído, que juega muchas veces con las personalidades de los protagonistas y que en ningún momento se siente excesivo o sacado de contexto.
Para ir cerrando, De Fobos y Deimos es un juego entretenido y disfrutable aún con algunas impurezas que habría que limar. Su fachada de RPG es seguramente lo menos destacable del título, dado que su idea es, sobre todo, exponer realidades sociales que vivimos día a día con temas que no suelen ser abordados y que, en este caso, son tratados con suma precisión y de una manera brillante. Esta obra es, al fin y al cabo, una gratificante experiencia sobre la LGTB+fobia y mil temas más, lo que hace que lo recomendemos fervientemente a todo el mundo, perteneciente o no al colectivo LGTB+, sobre todo por su accesibilidad: está disponible en Steam de forma completamente gratuita, en español y con unos requisitos técnicos mínimos. ¿Qué excusa os queda?
Curioso el juego
ResponderEliminarHay que ser hijo de puta miserable para dedicarse a perseguir al colectivo LGTB+ en pleno siglo XXI y la OCDE
Hay que ser hijo de puta miserable para dedicarse a perseguir a CUALQUIER PERSONA SOLO POR SUS GUSTOS en pleno siglo XXI
ResponderEliminarHay que ser hijo de puta miserable para dedicarse a perseguir a CUALQUIER PERSONA QUE PIENSE DIFERENTE pleno siglo XXI.
ResponderEliminarLos siglos cambian más rápido que las personas.
ResponderEliminarEl respeto es lo único que nos salvará del prejuicio.
ResponderEliminarLo jugaré, tanto porque es RPG como para enterarme un poco más sobre este tema.