[Análisis] Pode
De los distintos géneros principales de la industria de los videojuegos, quizás los que apostaron más rápida y efectivamente por la originalidad y el diseño fueron los Puzles. De un concepto tan simple como el de superar diversos acertijos de habilidad hemos visto surgir multitud de juegos que se mueven entre Tetris, Columns, Bejeweled, Candy Crush o Puyo Puyo a obras como Braid, Portal, Myst, The Room, The Talos Principle, Limbo... proyectos muy diferentes, con más o menos implicaciones.
En este entorno también empezaron a surgir, quizás influenciados por obras como World of Illusion, los puzles cooperativos, pensados para que la unión de habilidad e ideas de dos jugadores sean vitales para completar cada uno de los retos planteados. Portal 2, Brothers: A Tale of Two Sons, Ibb & Obb... y el que queremos cubrir ahora, Pode.
Pode es un bonito título desarrollado por Henchman & Goon, un pequeño estudio afincado en Noruega. Su lanzamiento original se produjo el pasado mes de junio en Nintendo Switch y hoy mismo llega a PlayStation 4, versión que hemos tenido la oportunidad de probar y en la que va a estar basado este análisis.
Lo primero que hay que dejar claro es que Pode es un título cooperativo pero que se puede jugar de forma individual, ya que todas las acciones y poderes de la roca y la estrella se pueden realizar con un mismo mando, alternando el control de las mismas. Sin embargo, es cierto que jugar así resulta más incómodo, ya que aunque la mayoría de los puzles implican una clara sucesión del uso de los poderes de ambas criaturas, el juego es mucho más ágil si ambas se pueden mover de forma individual y no tenemos que ir intercambiando el control entre una y otra o llevarlas de la mano por senderos estrechos donde alguna se puede quedar atrás.
Además, es un título donde comprender y explotar lo que puede hacer cada protagonista resultará vital para completar cada uno de los puzles: la estrella será capaz de iluminar las zonas, hacer crecer plantas, flotar sobre el agua y en corrientes de viento o, sobre todo, dejar su luz clavada en un punto para poder teletransportarnos luego al mismo de forma directa. La roca, por su parte, podrá despertar las construcciones rocosas de la zona, colarse por pequeñas rendijas, pulsar botones con su peso y tragarse bloques o su compañera, lo que será clave para completar multitud de retos. Juntas, se podrán coger de la mano y expandir el radio de sus auras. ¡Oh! Y también será posible intercambiarnos el control en todo momento con un solo botón, por si tenemos a un compañero quejica porque no hacemos algo bien.
Para incentivar la exploración de las distintas pantallas, la mayoría ocultarán coleccionables relacionados con los poderes de cada protagonista y nuestra capacidad para explorar los entornos de cada escenario. La estrella poderá iluminar antiguos murales con bellas representaciones, mientras que la roca liberará luces de unos capullos. Es algo completamente opcional y a veces más centrado en embellecer los escenarios que en avanzar, pero añade unos cuantos minutos al título si queremos descubrirlos todos.
Algo más problemática es la solución de varios puzles, que ciertamente exigirán que nos devanemos los sesos para solventarlos. En muchos casos el problema inicial será simplemente entender qué demonios tenemos que hacer, ya que sólo tendremos indicativos visuales explicando cómo funcionan los nuevos poderes que logremos. Esto provocará que nos quedemos un tiempo probando cosas hasta que se nos encienda la bombilla y ya comprendamos la lógica detrás de todo el entramado en determinados puzles. En otros casos -los peores- será cuestión de mecánicas y soluciones alternativas no aceptadas, ya que en el título existen un par de puzles con varias soluciones y sólo una es la correcta, lo que resultará frustrante porque no comprenderemos qué estamos haciendo mal, mientras que otras veces la perspectiva nos jugará malas pasadas en los saltos, obligándonos a repetir muchos momentos sólo porque no realizamos correctamente una tarea aparentemente sencilla.
En el punto contrario, muchas mecánicas o habilidades parecen excesivamente fáciles de abusar, hasta el punto que nos dará la sensación de que hemos roto algún que otro puzle porque nos hemos saltado la mitad gracias a un teletransporte conjunto o un doble salto sobre nuestra pareja para llegar más lejos. La combinación de ambas situaciones hace que Pode no resulte un juego particularmente largo y tenga momentos muy sencillos intercalados por otros donde nos quedaremos atascados varios minutos. Lo normal será acabarlo en algo menos de cinco horas, lo cual ayuda a que no se haga excesivamente pesado.
En ese periodo es fácil descubrir que el juego es realmente bonito, con unos escenarios que se enriquecen cuando los despertamos con nuestros poderes y unos diseños especialmente pensados para que nos enamoremos de la pareja protagonista. Curiosamente, es posible que al principio observemos pequeñas caídas de FPS, pero desaparecen tras las primeras pantallas.
El apartado musical cuenta con composiciones del genial Austin Wintory, que conocemos especialmente por su trabajo en la serie The Banner Saga. Los temas comparten ese toque ecléctico y potente de la serie de Stoic, aunque no son tan variados o tendrán tanta presencia en este título, debido a que su duración es mucho más reducida. A pesar de no contar con muchos textos (sólo en menús, no existen diálogos), Pode está traducido a nuestro idioma.
Como resultado, este juego resulta especialmente recomendable para jugadores que quieran afrontar un título cooperativo para pensar y solventar juntos cada puzle, uniendo las habilidades de ambos protagonistas. Es hermoso, emocional y tiene la duración ideal para que no se haga pesado. Un título ideal para parejas.
No hay comentarios