El peso de Square Enix

La nueva Square Enix que se está preparando para la era Reiwa en Japón ya está dando los primeros resultados. A la marcha de Hideo Baba se le ha unido el hundimiento de su Studio Istolia y la cancelación velada de Project Prelude Rune, que ya ha desaparecido de todos los canales oficiales de la compañía. Con Naoki Hamaguchi como co-director, Final Fantasy VII Remake ha vuelto a aparecer en forma de tráiler del que sabremos más en el próximo E3. Tendremos a Octopath Traveler en PC el próximo siete de junio...

La estrategia basada en comprimir la compañía en Japón en sólo cuatro Divisiones para aunar esfuerzos, supervisión y ganar un foco más claro parece que va a centrarse en lo que se sabe que funciona, lo cual puede ser un tanto peligroso para las muchas sagas y creativos que tiene en su haber esta compañía. No sería exagerado considerar que sólo Nintendo tiene una cantidad de franquicias comparable a lo que lleva por delante Square Enix Japón, que posee a su gran trío comercial con Final Fantasy, Kingdom Hearts y Dragon Quest, pero también una retahíla de series de mayor o menos calado en la industria.

Con al menos dos títulos y oficialmente aún abiertas -indicando entre paréntesis su última entrada- tenemos a Bravely (2015), Rings (2016), Chocobo (2019), Chrono (1999), Drakengard/NieR (2018), Front Mission (2019), Lufia (2010), Mana (2016), Ogre (2010), Parasite Eve (2010), SaGa (2016) o Valkyrie Profile (2016), sin contar juegos independientes actuales con potencial de secuela (Octopath Traveler es el más probable y antes lo era The World Ends With You) o infinidad de spin-offs de sus series más importantes.

Sin embargo, parece evidente que la salud de muchas de esas series dista de ser la óptima. En el caso de Bravely, Tomoya Asano parece dispuesto a proseguir con el concepto de Octopath ante la problemática que tendría reeditar los primeros juegos desde Nintendo 3DS a sistemas actuales para que se pudiera entender una tercera entrega. El fracaso de Cosmos Rings (Apple Watch, 2016) ha dejado a Takehiro Ando -el creador de Chaos Rings- en una posición complicada que no está clara. Puede pertenecer a la BD4 (donde están todos los desarrolladores de juegos para móviles de la compañía y en la que "ruedan cabezas") o bien se ha integrado en la BD3 junto a Naoki Yoshida para trabajar en el próximo gran proyecto AAA de la compañía.

La franquicia Chocobo ha usado el remake de Every Buddy! como globo sonda y el resultado no parece ser demasiado alentador, algo similar a lo que ocurrió con Secret of Mana -aunque tuvo un mejor rendimiento en ventas- y, desde luego, menos desastroso que lo ocurrido con Left Alive para la franquicia Front Mission, a la que Square Enix le ha sacado dos spin-offs (Acción y Acción/Infiltración) que han sido sonoros fracasos. De la serie SaGa todavía estamos esperando Scarlet Grace en occidente y el remake de Romancing SaGa 3 se encuentra al borde de la cancelación tras anunciar su retraso en Japón desde "principios del 2019" a "no podemos dar fecha prevista".

¿Lufia? El completo remake de Curse of the Sinistrals para Nintendo DS funcionó fatal. ¿Ogre? Parece poco probable que Yasumi Matsuno vaya a poder seguir adelante con su obra de adolescencia cuando ahora es un mero ayudante para diseñar la región de Ivalice en Final Fantasy XIV. ¿Parasite Eve? El destrozo de The 3rd Birthday invita a probar un relanzamiento de los dos originales para comprobar si aún queda público interesado. Y, bueno, ya sabemos que la serie Valkyrie Profile está sobreviviendo en dispositivos móviles, que es un poco el gran "cementerio de elefantes" de muchas sagas clásicas.

La concentración de Square Enix Japón está provocando que buena parte de sus series secundarias estén siendo pisoteadas por la mayor competitividad del entorno. Donde antes destacaban Chaos Rings o ports de juegos clásicos ahora prácticamente sólo existen Gachas, la flexibilidad que permitía lanzar proyectos pequeños con potencial de crecimiento que dejaban las consolas portátiles ha desaparecido y, encima, ahora tienen competencia con proyectos de compañías independientes. ¿Pueden destacar Dungeon Crawlers de diferentes estilos como los del universo Chocobo o Final Fantasy Cristal Chronicles -por cierto, sale este año y no sabemos nada del mismo desde que se anunció a finales del 2018- cuando ese subgénero ya tiene reyes mucho más establecidos?

Es fácil ver cada año infinidad de lanzamientos que "recuperan esa esencia de los RPGs clásicos" y que se encuentran con un éxito muy marginal pero, realmente, más allá de copiar estilos de sobra conocidos no logran destacar en nada. Kemco tiene infinidad de juegos así, que pueden resultar entretenidos, pero poco más. La propia Square Enix parece ser incapaz de descubrir cuál es la receta de su propio éxito, que ve como los Bravely y Octopath funcionan, pero todo lo que diseña Tokyo RPG Factory se queda dentro de ese océano de "juegos con inspiración clásica que ya dan pereza". Lo de que Oninaki sea su último proyecto puede ser más literal de lo que parece, sobre todo si no logra un éxito que, ciertamente, parece bastante complicado.

Hablamos del peso de Square Enix y eso se nota hasta en los que intentan abandonar el barco, que parecen abocados a tener problemas una vez que dejan una compañía tan importante. Ya explicamos sobradamente lo que ocurrió con Yasumi Matsuno (Level-5, PlayDek y de vuelta a Square Enix), pero Sakaguchi y su Mistwalker también ha pasado de realizar RPGs interesantes para Microsoft o Nintendo a encontrar y hundir su estabilidad con Terra Battle. Hajime Tabata tendrá que hilar muy fino para que su The Pegasus Dream Tour (Móviles, 2020) funcione en este mercado como el primer título deportivo basado en las Paraolimpiadas. Todavía no sabemos donde esos "nuevos retos" van a llevar a Hiroaki Iwano tras anunciar su marcha. El bueno de Hideo Baba no ha durado ni un año dentro de la compañía. El goteo de trabajadores con larga experiencia en Square Enix que han decidido buscar más libertad creativa ha sido constante, algunos incluso abandonando la industria de los videojuegos, básicamente porque es prácticamente imposible sobrevivir en esta industria sin ese gran paraguas. Y esto no es algo que ocurra solo con ellos, que prácticamente la única salida actual de una compañía importante de videojuegos japonesa es depender económicamente de otra (Hideo Kojima), abrir un Kickstarter (Koji Igarashi... porque si tenemos que citar a Keiji Inafune iremos mal) o aceptar que tus proyectos van a ser minúsculos en comparación. Casos de compañías niponas creadas por figuras que abandonan sus estudios matrices y tienen un buen rendimiento como los de tri-Ace o Mistwalker son cada vez más complicados en Japón.

Aunque seguramente sabremos más de los proyectos que preparan sus estudios adquiridos en occidente (Eidos, IO Interactive, Crystal Dynamics, Avalanche Studios...), con Sony fuera de juego Square Enix puede aprovechar el E3 2019 para enseñarle al mundo hacia dónde se quiere mover estos próximos años. Esta gran reestructuración en Japón está apuntando seriamente a sus múltiples sagas secundarias y puede lastrar las posibles apuestas originales salvo que haya una figura importante avalándola (Babylon's Fall con PlatinumGames) o sean muy baratas (Last Idea en móviles).

Si esto sirve para que Final Fantasy VII Remake salga de su no-desarrollo y podamos tenerlo dentro de un tiempo razonable, guiando a una nueva compañía que deje de quedarse anclada en proyectos gigantescos que tardan años y años en acabarse, sacrificando personal tras los mismos, podría ser una buena noticia, pero si para ello la mayoría de sagas secundarias que componían Square Enix acaban olvidadas, habremos perdido como comunidad. Si deciden, al igual que hicieron Capcom con Breath of Fire o Konami con... prácticamente todo, centrarse en lo que da verdadero rendimiento y dejar de lado series de menor tamaño e impacto, esta compañía se habrá empequeñecido realmente y no solo porque tenga ahora menos Divisiones.

El peso de Square Enix en la industria de los videojuegos en Japón es enorme, en especial para el género RPG. Sin embargo, con este crecimiento constante en costes de producción y promoción, ese concepto de compañía con grandes pilares y multitud de proyectos interesantes a su alrededor parece decaer. Si se quieren mantener grandes sagas AAA, la demanda de recursos de las mismas acaba por limitar todo lo demás, ya que es la única forma de que esos grandes proyectos avancen a un ritmo aceptable. No lo comprendieron antes y ya comprobamos el resultado, ¿será mejor la solución? ¿Cuál es vuestra opinión? ¿Preferís más Final Fantasy/Dragon Quest/Kingdom Hearts a un ritmo de unos pocos años si con eso buena parte de las sagas secundarias de la compañía se quedan apartadas o preferís más variedad en este gigante?

11 comentarios:

  1. Obviamente prefiero más variedad, y la verdad, aunque entiendo a SE, realmente hay que escoger? No sé si este repliegue conservador es la respuesta sus problemas de Desarrollo.

    PD: Breath of Fire no era de Capcom? :s

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    1. Sí, sí. La costumbre de ponerlos a ellos, que hace pienses en una cosa y pongas otra. xD

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    2. Jaja es que ya me estaba rallado, digo "haber si he sido engañado todo este tiempo". Gracias por la aclaración.

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  2. Tal vez, usar una de las divisiones para levantar sagas o probar cosas nuevas en el genero(o lo mismo con otro envoltorio) seria lo mas conveniente. La linea a seguir es Octopath Traveler y evitar errores como en Secret of Mana Remake. Deberian haber sacado Dragon Quest XI aunque fuera sin localizar en 3DS, no viene al caso, pero es algo que ha jodido bastante

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    1. Se que al final som remake no ha sido un éxito. Pero en que falló?

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    2. Básicamente que es un 1:1 de un RPG que es viajo por mucho que hayas actualizado el nivel visual. Para los estándares actuales, Secret of Mana es muy inferior a la competencia, algo que no pasaba en su época.

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    3. Eso explica algunas cosas. Si es lo que buscas está muy bien, pero entiendo que quede cojo ante los action rpg actuales, los cuales han evolucionado mucho.

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  3. Lo único que funciona de Square Enix son el equipo de Yuji Horii (Armor Project), responsables de Dragon Quest; y el equipo liderado por Tomoya Asano (Matrix/Silicon/Aquire), responsables de los Bravely Default / Second y Octopath Traveller.
    Final Fantasy se ha convertido en un meme, desde XI / X-2 está en caída libre, y el esperpento del remake del VII, con su cambio a la acción más cutre y el troceo por episodios, da vergüenza ajena. No va a gustar ni a los fans clásicos ni al público nuevo, que pasa de esos títulos. Esta saga les viene demasiado grande, no saben que hacer con ella, y son Sakaguchi están como peces fuera del agua.
    Kingdom Hearts, que en realidad es un juego de acción simple y pasillero con toques rpg, se ha convertido en un culebrón venezolana con tropocientas entregas desperdigadas en muchísimas plataformas. Al final las sagas con continuidad, una vez superan las 3 entregas, da mucha pereza iniciarse en ellas. Con el 3 (que en realidad no es el 3, porque hay varias entregas más) han podido captar a los antiguos fans que tenían ganas de acabar la historia, pero dudo que para una siguiente entrega vaya a tener el éxito de las anteriores.
    A nivel AAA, lo único que mantiene a esta compañía con cierto prestigio es Dragon Quest, que sigue teniendo entregas alucinantes, como el DQXI.

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    1. ''sin Sakaguchi están como peces fuera del agua'' (corrección)

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  4. Square enix debería eliminar su política de exclusivos y sacar todo lo que tienen en one, ps4, switch y pc, y si algún juego no lo han sacado en alguna consola, bombardear de lanzamientos como están haciendo ahora en switch.

    A estas alturas cosas como octopath traveler, dragón quest, ff dissidia, drakengard o star ocean deberían estar disponibles en todas las consolas del mercado.

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  5. Quiero ver un teaser de Final Fantasy XVI en el E3. Aunque el juego salga en el 2024 o 2025.

    Y lo que más me interesa ver de cara al futuro son Octopath Traveler 2 y Bravely Third.

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