[Análisis] Yakuza: Like a Dragon
Los cambios más importantes de este nuevo título son principalmente dos: por un lado, contamos con un nuevo protagonista dejando a Kazuma Kiryu de lado en favor de Ichiban Kazuga. Esto implica que la historia es independiente de las anteriores y, si bien no jugarlas hará que te pierdas algunos guiños, esta nueva entrega sirve como un buen punto de entrada a la saga. El otro gran cambio, el cual habrá llamado la atención de varios de nuestros lectores, es la modificación de su género. Dejaremos de lado los combates de acción, estilo Beat’em up, y, en lugar de optar por la alternativa natural de abordar el juego como un RPGs de acción, el estudio Ryu Go Gotoku se inclinó por un RPG por turnos tradicional, para sorpresa de muchos.
De esta forma, la barrera natural que podría ser una entrega de una saga larga y continuista, se convierte en una buena alternativa para los amantes del género. Por si esto fuera poco, siguiendo la tónica de sus últimos títulos, Sega ha localizado el juego a nuestro idioma, siendo, además, una localización muy lograda. Probablemente, aquellos que no conozcan la saga, o que sean reticentes a tanto cambio podrían albergar dudas sobre la calidad del título, por lo que en las siguientes líneas intentaremos dar respuesta a estas inquietudes y explicar por qué el título podría ser considerado como una de las joyas de 2020.
Tras ciertos acontecimientos, y para proteger a la familia,
Ichiban cargará con un asesinato que no cometió y pasará 18 años en la cárcel
para, al salir, descubrir que las cosas han cambiado mucho. La situación con su
familia Arakawa ha cambiado radicalmente, le han expulsado y, de hecho, intentan
matarle.
Tras ser traicionado por aquellos en quién confiaba, se
encuentra solo en una ciudad extraña, Ichinjou (ciudad ficticia de Yokohama,
Japón), donde deberá empezar de cero sin absolutamente nada. Y lo digo en
sentido literal, ya que será un sin techo. No mucho después descubre que en esa
ciudad hay una especie de guerra fría entre la yakuza, y las mafias china y
coreana, con una especie de equilibrio a tres bandas, que podría romperse en
cualquier momento.
Como no podía ser de otra manera, nuestro “héroe” se verá implicado en el conflicto y estará en el centro del percal. Su intento de rehacer su vida de forma honrada se verá truncado, descubriendo así el lado oscuro de Ichinjou y el por qué de la traición que recibió al salir de prisión.
No podemos comentar mucho más de la trama por razones obvias, pero sí
hay que hacer mención a los personajes de esta historia. Por un lado, tenemos al propio Ichiban, que rebosa carisma, actúa como centro del grupo y sabe llegar
a nuestros corazones. Pero la responsabilidad no recae enteramente en él, el
elenco de secundarios, especialmente el cuarteto inicial, también está muy
trabajado. Cada personaje cuenta con una personalidad única y trabajada, las
cuales se combinan muy bien y crean una sinergia de grupo sublime.
El hecho de no tener a un protagonista solitario con secundarios que van y vienen, como en otras entregas de la saga, hace ganar enteros a este juego, donde las interacciones entre el grupo, ya sean durante la historia o en eventos secundarios, enriquecen mucho la experiencia. Quitando a personajes opcionales o que se unen tarde, la verdad es que ningún personaje es prescindible, forman un conjunto. Y, aunque el efecto es menor, muchos personajes ajenos al grupo principal también tienen su trabajo detrás, denotando carisma y enriqueciendo la experiencia.
Salvo en el combate, Like a Dragon sigue un sistema muy similar al de otras entregas de la serie Yakuza: nos situaremos en una ciudad, cuyo mapa es mayor al habitual de Kamurocho, en el que tendremos libertad de movimiento, como un mundo abierto a pequeña escala. En dicha ciudad encontraremos las típicas tiendas de objetos y equipamiento, aunque sin ambientaciones fantásticas o medievales. Por ejemplo, la tienda de objetos es una combini japonesa (tiendas 24 horas con productos de alimentación, droguería, papelería…). También habrá lugares de entretenimiento, los cuales suelen implicar minijuegos (como los arcades de Sega, el centro de mahjong…), restaurantes (para curarnos), etc. Explorar la ciudad nos permitirá también recoger coleccionables varios y encontrar algunos tesoros, en cajas fuertes en vez de los típicos cofres, ya que la ambientación es más realista.
También tendremos la opción de activar varias misiones opcionales, que se engloban en dos categorías. Por un lado, tenemos las historias secundarias, que se activan al interactuar con ciertos NPCs a medida que avanzamos en el juego. Al hacerlo, descubriremos la historia del personaje en cuestión y lo ayudaremos con su situación. Hay de todo tipo, más serias y de cachondeo, pero nos sirve para conocer a personajes y ver como es la vida por la ciudad. Además de recibir otras recompensas, como objetos o invocaciones.
Por otro lado, tenemos los encargos de “Héroe a media
jornada”, una empresa con la que colaboraremos. Estos encargos son de recadero
(encontrar ciertos objetos), de combate (salvar a alguien de matones) o cumplir
con objetivos varios del juego (dar X pasos, visitar Y restaurantes…). Estas
misiones son bastante repetitivas, pero sirven para mejorar un poco los
atributos de Ichiban. No obstante, salvo que se pretenda conseguir todos los
logros, son más ignorables.
Mientras damos vueltas por la ciudad, nos encontraremos con grupos de matones con los que podremos combatir, emulando los combates aleatorios tipos del género. Aquí, nos encontraremos con un sistema de lucha por turnos, donde la velocidad marcará la frecuencia con la que un personaje actuará. Una vez sea nuestro turno, podremos usar los comandos básicos, como atacar, defender, objetos o habilidades. Algunas habilidades, o la defensa, podrán mejorarse si se pulsan los botones adecuados a tiempo.
Para desmarcarse un poco del sistema más clásico, Like a
Dragon añade interacción con los compañeros y los elementos del entorno. Por
ejemplo, si un personaje derriba a un enemigo, es posible que un aliado cercano
de un golpe extra o, si su turno es justo después, podrás atacarle antes de que
se reincorpore, ocasionando un golpe crítico, lo que vendría a ser una especie
de combo con dos personajes. Y también hay que observar el entorno, ya que
ciertos elementos pueden usarse para atacar a un enemigo, potenciando el ataque
normal. Y también es posible que un enemigo te intercepte cuando atacas a otro
lejano.
La idea de los entornos interactivos en sí es buena, pero
tiene algunos problemas de ejecución. Por ejemplo, los enemigos y personajes se
van moviendo por el área de combate, de forma libre y aleatoria. Esto provoca
que los ataques en área pierdan bastante, ya que mientras lo ejecutas, algún
enemigo podría moverse y salir de su área de efecto. Otro problema puede surgir
cuando hay ciertos obstáculos, como paredes, ya que a veces los personajes se
quedan encallados y no avanzan. El juego lo “arreglará” teletransportando al
personaje a su objetivo, pero con el tiempo perdido puedes perder la opción de
atacar a un enemigo derribado, por ejemplo. Y si le pasa a un enemigo es
difícil poder cubrirse, al aparecer su ataque de manera repentina.
También hay que mencionar que hay un sistema de trabajos, en
sentido literal, ya que es la oficina de empleo las que los asigna. Hay varios
oficios disponibles, con sus habilidades propias y diferentes crecimientos en
estadísticas. De las diferentes habilidades que aprendamos, hay dos que se
aprenden de manera permanente, y no se pierden al cambiar de oficio, así como
algunas mejoras pasivas en atributos. Esto podría llevar a ir cambiando de
trabajo, buscar combinaciones… pero, a efectos prácticos, no se logra explotar mucho por
la lentitud de subida de niveles.
Para que os hagáis una idea, un trabajo se puede subir hasta
nivel 50, siendo el 30 donde se aprende la última habilidad (a partir de ahí,
solo mejoras de atributos). Pues el juego se puede completar con un oficio al 30-32 y
otro al 10-15 en cada personaje. Centrándote en uno, apenas da tiempo a aprender
todas las habilidades, como para mejorar varios… La primera de las habilidades
fijas se suele aprender rápido, por lo que podrías plantearte subir algún nivel
para las que veas útiles, pero más allá de eso, es mejor centrarse en uno,
siendo el inicial de cada personaje el más recomendable, en términos generales.
Resumiendo, el sistema de combate está bien y es entretenido, pero se nota que es la primera vez que hacen uno del estilo y faltan cosas por pulir. Respecto a las estadísticas, aparte de las típicas de combate, tendremos diferentes rasgos de personalidad con Ichiban, similar a los juegos de Persona. Dichos rasgos subirán en función de nuestras respuestas en conversaciones, haciendo ciertas misiones o encargos, etc. Será imprescindible subirlos para completar algunas tareas secundarias o desbloquear trabajos.
El resto de miembros del grupo, en vez de aumentar características personales, tendrán un rango de afecto con nuestro héroe, que irá subiendo al estar en el grupo de combate, comer en un restaurante, o con las múltiples conversaciones secundarias que encontraremos por la ciudad, las cuales nos ayudarán también a conocerlos mejor. Estas mejoras de rango nos desbloquearán trabajos y, tras ver ciertos eventos, darán alguna bonificación, como ganar más experiencia si están en el grupo de reserva.
La duración del juego varía mucho en función de la cantidad de contenido extra que hagas. Por ejemplo, con casi todas las historias secundarias completadas pero no tantas misiones de "héroe a media jornada", el título puede ocupar algo más de 50 horas, que no es precisamente poco. Si nos centramos más en la historia, es posible completar el título en unas treinta o cuarenta horas, pero esto no es tan sencillo de calibrar. En términos generales, la dificultad no es especialmente elevada siempre que no rehúyas de muchas peleas callejeras y mejores tu equipo, aunque hacia los últimos capítulos hay un salto considerable en el nivel de los enemigos, que te obligará a farmear experiencia. Esa parte no está muy bien calibrada y se hace un abuso bastante obvio de la opción "enemigos sacos de vida", haciendo que, más que difíciles, muchas batallas se nos hagan pesadas.
Yakuza Like a Dragon es título tan bien realizado que resulta varias cosas a la vez: un buen punto de entrada a la serie, especialmente si no te llamaba el estilo antiguo (y que te puede despertar el interés de probar los anteriores, por sus muchas referencias) y un RPG sólido a nivel jugable, aunque con espacio para mejoras, destacando especialmente en el plano argumental.
De hecho, su trama y grupo de protagonistas son de los que acabaremos recordando durante mucho tiempo, lo cual dice mucho de su profundidad. Eso sí, el contraste entre sus tonos serios y desenfadados puede resultar algo chocante y descolocar a muchos jugadores, pero incluso ese ritmo tan antagónico está bien logrado. Estamos, sin lugar a dudas, ante un gran juego, totalmente recomendable para nuevos jugadores y veteranos, tanto de la saga como del género.
Si tenéis cualquier duda, o queréis compartir vuestras impresiones del título, os recordamos que podéis hacerlo en los comentarios o a través de nuestras redes sociales.
Un cambio BASTANTE fuerte, yo solo jugué el Yakuza 0, pero fue suficiente para entender el porque los fans aman tanto están saga, no necesita DLCs, esta a rebalsar de actividades, historias y personajes, es impresionante, gracias por la reseña
ResponderEliminarObra maestra. Se ha convertido en uno de mis 3 jrpg favoritos de todos los tiempos junto con Dragon Quest VIII y Final Fantasy VII.
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