[Análisis] Inscryption
Daniel Mullins se ha convertido en una de las figuras más interesantes de la industria independiente, ya que con sus dos primeros títulos logró sorprender en base a presentar mecánicas comprensibles de base que encerraban múltiples sorpresas en su interior. Pony Island (2016) y The Hex (2018) fueron excelentes ejemplos de experimentación en mecánicas, ruptura de la cuarta pared y fachadas que son mucho más de lo que muestran sus vídeos promocionales. Juegos sin duda interesantes, pero que quizás resultaban menos sugerentes a primera instancia para alcanzar al gran público.
Todo ha cambiado con este último proyecto: Inscryption. Con una mecánica base de roguelike de cartas de toque siniestro mucho más sugerente y el siempre potente sello promocional que ofrece Devolver Digital, todo unido a una fecha de lanzamiento que cuadraba como "potencial juego de mal rollo que jugar en la semana de Halloween", el título ya ha superado holgadamente las 200000 copias vendidas en tiempo récord y, además, ha alcanzado a mucho más público del habitual porque ofrece una base más llamativa de sistema interesante fuera parte de lo que sea que pudiese ocultar tras esa primera impresión por ser una obra de Daniel Mullins. Así pues, ¿qué tipo de juego es Inscryption? ¿Por qué se merece tanta atención? Vamos a intentar abordarlo en el siguiente análisis:
Inscryption comienza seleccionando un "Continuar partida" y nos lleva frente a una misteriosa figura oculta en la oscuridad a la que sólo vemos los ojos, con la que jugamos un juego de cartas en el que nos va la vida. La mecánica es llamativa porque se realiza con un sistema de balanza en la que se acumula el daño que van causando ambos jugadores hasta que la misma se descompensa definitivamente hacia uno de los lados, lo que técnicamente hace que daño y curación sean lo mismo. Jugamos con un sistema de tributos que puede recordar a Yugioh, en el que cada gota de sangre en el coste de las cartas implica cuántos monstruos del campo debemos sacrificar para la invocación de los monstruos más potentes. Otro aspecto llamativo es que, como jugadores, contamos con la ventaja extra de conocer la línea en la que nuestro rival va a invocar una criatura y su correspondientes estadísticas, lo que nos permitiría jugar criaturas ahí para soportar ese daño.
En sí, es una dinámica que favorece mucho el daño eficiente pero está muy bien calibrado para que no sea tan sencillo de causar, además del hecho de que nuestro oponente no tiene las restricciones de tributo y se nos limita también el aguante a largo plazo, ya que eventualmente se nos acabarán las cartas que robar (bien de nuestra baraja de monstruos o de las ardillas que podemos usar como barrera/tributo) y perderemos por agotamiento. Entre partidas, nos moveremos sobre un mapa estilo Slay the Spire que cambia cada nuevo intento, con casillas donde podremos lograr nuevas cartas para nuestra baraja, combates normales o especiales, objetos de un único que alteran severamente el combate (romper cartas del rival, hacer que todos nuestros monstruos se salten a los enemigos, crear ardillas gratuitas para tributear de forma directa...), fusiones, mejoras permanentes para tipos de cartas, inscripción de sellos con habilidades a otros monstruos, usar los dientes por vencer un duelo haciendo más del daño solicitado para comprar pieles que son prácticamente inútiles en la baraja hasta que encontremos un vendedor que nos las cambie por cartas... es dinámico, complejo, variado, divertido y, evidentemente, guarda sorpresas.
Porque, eventualmente, podremos levantarnos de la mesa del juego y encontrarnos diferentes puzles repartidos por la cabaña -la mayoría opcionales- que nos permiten lograr ventajas para la actual o sucesivas partidas, además de encontrar más "cartas parlantes", que se mantienen en la baraja y van dándonos pistas o consejos sobre el transcurso del juego y cómo romper el bucle. A ello también ayuda la llamada "foto de muerto", que nos permite crear una carta nueva con bases de coste, estadísticas y sellos de una selección planteada al azar con cartas de nuestra baraja al ser derrotados, lo que eventualmente crea resultados muy por encima del valor equilibrado del juego (el ideal serían cosas como una 7/7 gratuita que se es inmortal, cuando un 3/2 ya costaría dos tributos) y, por mucho que dependamos del azar de siguientes partidas para lograrlas o puede que no nos toque lo suficientemente rápido para evitar la derrota cuando nuestra baraja es muy grande, eventualmente se supone que contamos con suficientes herramientas para ganar. Y, sí, el juego no acaba ahí.
Sería entrar en territorio spoiler comentar mucho de lo que pasa cuando vencemos a nuestro siniestro oponente que nos mata cada vez que perdemos y guarda de recuerdo una carta con nuestro cadáver y las estadísticas de las cartas de la baraja con la que perdimos. Pero lo que sí podemos decir es que si esta primera parte está entregada a la ambientación de toque siniestro oscuro, con un rival que se coloca diferentes máscaras para representar a los personajes con los que nos cruzamos (vendedor de pieles, micólogo, pescador...), encerrados en una cabina de madera en mitad del bosque de la que no podemos escapar y con cartas tratando de ayudarnos a huir de la pesadilla... lo que viene después es incluso mejor, con representaciones al más puro estilo creepypasta, recuerdos al mítico Pokémon Trading Card Game de Game Boy, ruptura completa de la cuarta pared sobre el rol del jugador... Es una experiencia realmente intensa.
El estilo artístico de Inscryption es también brillante, combinando bien todos sus diferentes aspectos visuales o técnicos para ser coherente con cada momento, ofreciendo un apartado sonoro que nos mete totalmente en situación, escenas que no queremos comentar pero que reflejan un esfuerzo extra incluso en preparar contenido totalmente ajeno a lo que esperaríamos de un videojuego... Logra ser eficiente y creíble en todos sus momentos con una inversión modesta, lo que le da todavía más valor a estos apartados. Además, logra hacer un juego de cartas que apetece jugar, para explorar, descubrir y que, encima, tiene el aliciente de llevarnos a nuevos descubrimientos que lo cambien todo, lo que no es nada sencillo.
En resumen, sin poder contar mucho más sin explicar las muchas sorpresas que ofrece, Inscryption es un título realmente interesante que, a lo mínimo que os gusten los juegos de cartas, os podrá enamorar por su estilo de juego; si sois de misterios y puzles (algunos son super rebuscados y con pistas fuera del propio juego, tocando niveles de criptografía compleja para lore perdido que quizás pueda recordar lejanamente a juegos como Five Nights at Freddy's) también os puede gustar y, si lo que os llaman son los creepypastas, evidentemente este juego también ofrece eso, con el toque extra de vivirlo de forma directa. Un título que logra encandilar a lo largo de las alrededor de diez horas que dura, por lo que si os llama atención la base y os atrevéis a descubrir qué más hay dentro de este juego, merece la pena darle una oportunidad.
Inscryption está ya disponible en PC y, como véis por las imágenes, en un perfecto español. Este análisis ha sido posible gracias a una copia ofrecida por Cosmocover.
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