Cerramos el 2021: lo que nos dejó este año

Aquí estamos, al final del año 2021, unos 365 días que nos han dado esperanzas y ciertas desilusiones en términos generales, pero que esperamos que, al menos, deje un agradable recuerdo a todos vosotros. Ciertamente, ha sido un año en el que, por nuestra parte, hemos decidido rebajar un poco nuestro propio ritmo y presión a la hora de mantener un ratio de artículos más pausado que nos permitiese disfrutar un poco más de lo que hacemos y mantener la calidad todo lo posible. Al fin y al cabo, llevamos ya la friolera de diez años creando contenido, por lo que aunque evidentemente nos quedan muchas cosas de las que escribir, tenemos muchos artículos escritos en todo este tiempo (de hecho, superamos los 4000 hace poco, si contamos los que guardamos en borradores) y hemos tratado muchos aspectos dispares del género RPG y otros temas.

Pero lo que buscamos aquí es resumir un poco los eventos más importantes del año para la industria en general y el género RPG en particular, porque hay mucho que merece ser analizado para recordar cómo se han desarrollado estos meses y comprender un poco mejor hacia dónde vamos en el 2022 que, al menos por los lanzamientos que ya están confirmados para el primer tercio del año, apunta a que va a ser realmente interesante por la calidad de los títulos potentísimos de nuestro género favorito que vamos a recibir. Así, pues, hagamos un rápido resumen de este año que nos deja en clave RPG:

Ha pasado más de un año desde el lanzamiento de las consolas de nueva generación, PlayStation 5 y Xbox Series, pero la sensación general de la industria es que su llegada se ha producido en uno de los peores momentos posibles: la mezcla de la pandemia, los problemas con la producción de productos informáticos, el Brexit y la situación del transporte mundial, unidos a un encarecimiento desmedido de la electricidad, han hecho que muchos planes de cambio de sistema hayan sido inviables por falta de tranquilidad económica en potenciales usuarios, stock en las tiendas y capacidad de producción en las propias desarrolladoras. Buena parte de los grandes lanzamientos previstos para el próximo año todavía deben incluir a PlayStation 4 y Xbox One entre los sistemas en los que serán lanzados, lo que enfatiza aún más esa sensación de que la nueva generación todavía no cuenta con la suficiente fuerza para tener esos grandes exclusivos que atraigan a los jugadores, ni suficientes jugadores para que se pueda trabajar en exclusiva para los nuevos sistemas sin tener que esperar a potenciales ventas futuras, cuando el mercado haya crecido.

En esta situación de incertidumbre, la que está logrando una mayor ganancia es Nintendo Switch, lo suficientemente diferente para atraer a jugadores tanto por sus exclusivos de la marca Nintendo, las opciones de juego portátil y el hecho de que, incluso sin bajar precios casi desde su lanzamientos, sea una propuesta más económica que las consolas de nueva generación, está haciendo que se convierta una una especie de sistema compatible con el principal que considere cada usuario, ya que junto a PC, PlayStation o Xbox, prácticamente ese jugador puede jugar la totalidad de los grandes juegos del año. Evidentemente, este ritmo deberá cambiar por el propio peso de la industria y posiblemente acabaremos el 2022 con grandes títulos que no serían viables en la generación pasada de consolas, pero la sensación general es que todos los problemas del 2021 han extendido un año más el arranque de una generación que se ha agarrado con fuerza a su retrocompatibilidad para que, al menos, las nuevas consolas estén teniendo uso, aunque sea con títulos que también se pueden jugar en los sistemas anteriores.

El 2021 nos ha dejado muchos buenos RPGs, como podemos observar en el anticipo de los candidatos a los Premios Destino RPG, pero da la sensación de que quizás no hayamos tenido a un título absolutamente redondo este año. Square Enix ha traído regresos de sagas como Bravely Default y The World Ends With You, pero sin llegar a superar el bien/notable con estos nuevos lanzamientos. El regreso de Shin Megami Tensei ha sido el más importante de la serie a nivel de impacto, pero el juego hace cosas bien y otras bastante mal, como si dudase hacia qué camino debería enfocarse tras el bombazo que supuso Persona 5. Monster Hunter parece haber dado un pequeño paso atrás con Rise tras World, logrando un juego muy divertido, porque la fórmula de la saga está muy bien afilada, pero sin lograr claros avances en la misma.

En el caso de Bandai Namco, Tales of Arise ha roto el techo de la saga, pero no parece que con la suficiente fuerza como hicieron otros títulos de diferentes franquicias. No es un Skyrim, Fire Emblem: Awakening o Persona 5, para entendernos. Scarlet Nexus se ha quedado en una propuesta interesante para ser una intentona de nueva serie, pero también da un poco la sensación que es un poco ese juego que llevan tiempo intentando hacer entre God Eater y Code Vein que no logra pasar de ese punto medio que suponga hacer un juego verdaderamente notable. El hecho que una de las sorpresas del año haya sido una reconversión del motor del juego de los Vengadores de Eidos adaptado en Los Guardianes de la Galaxia, pero esta vez con un buen gameplay, guión y Banda Sonora, dice un poco lo que ha sido el año: muchos buenos RPGs, pero quizás ninguno que podamos recordar y recomendar una y otra vez durante los años venideros.

Pero es que el 2021 ha tenido a muchos RPGs que prometían bastante y luego se han quedado en menos de lo esperado, cuando no han sido un completo fracaso. El caso del MMORPG Magic Legends fue tan desastroso que ni logró salir de su estado preliminar antes de cerrar, Pokémon Perla Reluciente/Diamante Brillante puede ser el primer remake que no mejora a su entrega original de la saga Pokémon, King's Bounty II ha hecho un flaco favor su su clásica entrega original, Disgaea 6 no ha logrado ser nada destacable aunque al menos ha vendido decentemente, Astria Ascending fue lanzado en un estado casi injugable y ni corrigiendo sus bugs se puede considerar como un decente RPG debido a sus múltiples problemas de diseño y equilibrio...

Y luego tenemos cancelaciones como Anthem NEXT, porque EA no quería seguir gastando recursos en mejorar el juego; Vampire: The Masquerade - Bloodlines 2 tuvo que ser cancelado por Paradox porque no estaban satisfechos con el desarrollo de Hardsuit Labs y, ahora, se supone que ha tenido que empezar a rehacerse de cero; tampoco funcionó el título debut de Hajime Tabata en su nueva compañía, The Pegasus Dream Tour, que a pesar de tener el apoyo de las Paraolimpiadas ha tenido que cerrar en poco más de seis meses... pensábamos que el caso de Cyberpunk 2077 podría servir para que más desarrolladoras comprendieran que la calidad de una versión que se lanza al mercado debería ser, como mínimo, decente y al menos hemos tenido un 2021 de múltiples retrasos, a veces incluso al 2022, para intentar asegurar que dejamos de recibir juegos tan pobremente optimizados, pero cuando la propia CD Projekt no va a poder arreglar totalmente su juego hasta el 2022... tenemos un problema importante con los ritmos de desarrollo y las prisas por lanzar ciertos juegos en el mercado.

Porque "se retrasa" ha podido ser una de las expresiones que más hemos usado este año, con una gran cantidad de títulos de todo tamaño teniendo que corregir la fecha o marco de lanzamiento originalmente indicada para acabar llegando más tarde. Ha sido una práctica tan habitual que prácticamente todas las compañías han tenido que retrasar algún juego este año, a veces con relativo poco tiempo de antelación como el caso de Final Fantasy XIV: Endwalker, que aunque fueron un par de semanas que merecieron la pena, todavía tiene serios problemas a la hora de absorber la gran cantidad de jugadores que se han unido al MMORPG de Square Enix. Da la sensación de que estamos asumiendo entrar a juegos todavía en obras y con los últimos arreglos en construcción porque, simplemente, la industria no puede esperar más.

Aunque, claro, como jugadores de la franquicia Trails también tenemos que asumir el caso extremo de cuidado máximo, porque cuando un grupo había logrado fantraducir los dos títulos intermedios de PSP que nos llevaban a Crossbell llegaba la distribuidora en occidente a comprarles ese trabajo para la adaptación a sistemas actuales, provocando un retraso extra de un par de años en ese proceso: hasta finales del 2022 no tendremos localizado oficialmente al primer juego y habrá que esperar al 2023 para que podamos seguir con el ritmo de lanzamientos que continúe la trama tal y como la dejamos el año pasado. En este tiempo Nihon Falcom ya habrá lanzado, al menos, dos nuevos títulos de la serie en Japón, lo que da la sensación de que, cuando parecía que habíamos alcanzado al ritmo de lanzamientos nipón de una saga tan interesante para los aficionados al género RPG, nos hace regresar de nuevo a la casilla de salida y entraremos en el 2024 esperando poder jugar a un título que fue lanzado en el 2021. Algo absolutamente anacrónico en estos tiempos.

Este año también nos ha dejado la espectacular caída de un gigante como Blizzard, que llegaba al 2021 perdiendo un 30% de su base de jugadores en sólo tres años y, ahora, se ha convertido en un nido de controversia y malas prácticas internas donde el abuso estaba a la orden del día. La situación ha llegado a tales extremos que están metidos en un turbio asunto legal donde están tratando de bloquear la investigación criminal por gravísimos casos de acoso, con su propio CEO metido en el asunto y protegido por la junta directiva, la persona encargada por la propia compañía para mejorar la situación saliendo huyendo de ese caos y los trabajadores en pie de guerra. En esta situación resulta hasta comprensible que se hayan producido casos tan vergonzantes como tener a Diablo II: Resurrection injugable durante días y días porque no habían preparado adecuadamente sus servidores o retrasar Overwatch 2 y Diablo IV a vaya a saber cuándo, porque da la sensación que el caos en Blizzard no se va a arreglar sin más en el 2022. Pero lo que más miedo da es que hemos tenido tantos casos de abusos en la industria de los videojuegos que hemos conocido este año que da la sensación de que es una práctica habitual en este medio.

Aunque, claro, no es la única compañía con grandes RPGs en problemas este 2021 que se acaba, porque Level-5, ya una clásica en estos repasos, ha tenido una de cal con su gacha Ni No Kuni: Cross World rompiendo récords de ganancias en su lanzamiento... y casi todo lo demás siendo arena. Han tenido que retrasar una vez más el próximo Inazuma Eleven, que ahora ya no se espera hasta el 2023 (recordemos que se anunció originalmente su lanzamiento para el 2018); han cerrado su gacha Fantasy Life Online en Japón precisamente cuando se anunció su llegada a occidente y su nuevo título, Megaton Musashi, ha tenido unas ventas muy pobres a pesar de publicarse con serie de animación en emisión. No consiguen acabar de levantarse, como una Nippon Ichi que solía contar con las ventas de sus Disgaea para levantar un poco su economía y esta vez les ha salido el tiro un poco regular. Pero, bueno, también veíamos con mala cara a una tri-Ace que venía de fracaso en fracaso y el 2022 nos va a traer un nuevo Star Ocean con The Divine Force, así que incluso cuando pintan bastos estas compañías son capaces de levantarse y presentar nuevos proyectos.

Cerramos, pues, este repaso al año recordando figuras que nos han dejado en el 2021, como Robert A. Altman (CEO de ZeniMax), Masayuki Uemura (creador de NES y Super Nintendo), los fundadores de Psygnosis o Koichi Sugiyama, mítico compositor de los temas musicales en la franquicia Dragon Quest. Si a esto le unimos los creativos que prácticamente han anunciado su retirada de la industria, como Yuji Naka (creador de Sonic), ciertamente ha sido duro por muchas razones, aunque siempre podemos recordar sus fantásticos trabajos durante todo este tiempo.

También tenemos grandes esperanzas para el 2022, que da vértigo sólo con lo que se nos viene el primer trimestre y que ya sabemos, porque hay más RPGs que se pueden unir a Leyendas Pokémon: Arceus, Horizon: Forbidden West, Elden Ring, Triangle Strategy, Stranger of Paradise: Final Fantasy Origins, Forspoken si esperamos a mayo, Granblue Fantasy Relink o Digimon Survive se supone que al fin se lanzarán tras tantos retrasos, Starfield llegará a final de año como el primer RPG original de Bethesda en más de una década... esperemos que nos permitan empezar el nuevo año con una gran sonrisa y, como dice la canción, podamos empezar el 2023 bien cabrón, totalmente maravillados por lo genial que ha sido el año que vamos a comenzar en unas horas.

Desde Destino RPG sólo podemos desearos eso: que el 2022 sea un año para disfrutar.

1 comentario:

  1. Tengo tantos juegos pendientes que ojalá que el próximo año será de 730 días y me de para jugar lo que me falta, antes de la llegada de los próximos juegos.

    Feliz y prospero año nuevo!!!

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