¿Sabías que el creador de la serie Fire Emblem acabó demandado por plagio de su propia saga?

A estas alturas, la mayoría conoceréis a la serie Fire Emblem, clave para el nacimiento y expansión de subgénero SRPG, sobre todo tras el gran éxito de Fire Emblem: Awakening (N3DS, 2012).

Pues bien, el creador original de la serie es Shouzou Kaga, que fue pieza clave para el nacimiento de la obra de Intelligent Systems con la creación de Fire Emblem: Shadow Dragon and the Blade of Light (NES, 1990) y continuó evolucionándola hasta el lanzamiento de Fire Emblem: Thracia 776 (SNES, 1999), uno de los títulos más curiosos de la longeva seria por la inclusión de elementos como la niebla de guerra, el uso de antorchas, la posibilidad de capturar unidades enemigas para robarle su equipo, la primera inclusión de mecánicas de escape en ciertos mapas, un sistema de fatiga que impedía que pidiésemos usar a la misma unidad durante varias batallas seguidas o, incluso, uno de los más incipientes sistemas de la serie para evitar la muerte permanente de nuestras unidades, al permitir que otra pueda cargar a la unidad moribunda para poderla a salvo.

La cosa es que Kaga se dio cuenta de que PlayStation y su sistema de CDs iba a superar al de cartuchos de Nintendo 64 y consideró que Fire Emblem no podría evolucionar todo lo que debería si seguía atada a las consolas de Nintendo. Como, evidentemente, Intelligent Systems no se planteaba abandonar la disciplina de la "Gran N", Shouzou se marchó de la compañía y acabó formando su propia empresa independiente: Tirnanog.

Hum... ¿De qué me suena esto?

Hasta aquí, todo correcto. Nintendo no estaba muy contenta con la decisión del creador de una de sus sagas, pero aceptaba su decisión... Hasta que descubrió cuál fue el primer juego que desarrolló: Tear Ring Saga: Yutona Eiyū Senki (PSX, 2001), un título con un "pequeño" parecido a la serie Fire Emblem.

Evidentemente, eso de "pequeño" es pura ironía, ya que aunque el título de Tirnanog distribuido por Enterbrain tenía sus elementos propios, había otros que resultaban descaradamente similares a los de su obra original, como la división entre clases y sus evoluciones (Caballero Pegaso, Manakete y Lord incluidos), muchas armas eran, directamente, iguales, personajes con pasados similares o, incluso, localizaciones con nombres como "Templo de Mars" y un dragón oscuro como gran némesis de la historia.

Además, creo que resulta evidente que las similitudes gráficas también eran bastante destacables:

Como os podéis imaginar, a Nintendo no le hizo ninguna gracia este juego y, de hecho, tanto Intelligent Systems como Nintendo demandaron a Enterbrain y Tirnadog ese mismo año por considerar que el título suponía una clara violación de los derechos de la serie Fire Emblem.

El caso fue desestimado el año siguiente, pero Nintendo recurrió ante el Tribunal Supremo de Tokyo ganando el juicio en 2004 y logrando que Enterbrain tuviera que pagarles 76 millones de yenes. No obstante, no lograron demostrar que el título suponía una violación del copyright, por lo que siguió a la venta, lo que provocó un tercer recurso que, finalmente, dejó el asunto como había quedado previamente.

Esta situación hizo que Shouzou Kaga tuviera que realizar grandes cambios en la secuela de su nueva obra, titulada Tear Ring Saga: Berwick Saga (PS2, 2005), lo que provocó que con todo el lío de la demanda no lograra atraer ni al público interesado en el juego original, que se encontró con una secuela muy diferente a lo que esperaban, ni a un nuevo público, que sí creyó la versión de Nintendo y consideró que la obra era un plagio de Fire Emblem. Además, al pagar las costas de la demanda, la distribuidora Enterbrain no promocionó mucho este nuevo título y, de hecho, rompió el acuerdo de colaboración con Tirnadog, provocando la quiebra de la compañía el año 2008 con solo dos títulos lanzados en sus 9 años de existencia.

Así que, ya sabéis, no copiéis a Nintendo, aunque sea con un juego que vosotros mismos creasteis originalmente, ya que la "Gran N" sabe como ganar sus batallas también en los juzgados.