Transistor y el distinto hype que provoca.
El segundo RPG de la compañía indie Supergiant Games, Transistor, se podrá adquirir dentro de sólo cuatro días y, claro, a estas alturas, uno piensa que lo normal es que estuviera totalmente emocionado por descubrir cómo será la nueva obra de los creadores de Bastion (XBLA, Steam, Chrome, Mac, iOS, 2011/12).
Y la verdad es que lo estoy. Tengo MUCHAS ganas de jugar a Transistor, ya tengo el dinero metido en la cartera de Steam para comprarlo nada más que esté disponible (Seguramente acabe haciendo la precompra y punto) pero, sin embargo, ese hype que me genera es totalmente diferente al que suelo sentir con cualquier otro RPG al que espero con muchas ganas.
Lo he estado pensando y hay razones para ello: Bastion fue un gran juego, un título que se basaba en un estilo que ya conocíamos (Tipo acción/aventura/beat'em Up) al que se le añaden elementos de RPG, un sistema de equipo realmente diferenciado y, sobre todo, una capacidad única de conectar emocionalmente con el jugador aprovechando un factor que siempre se ha considerado bastante importante en un RPG, pero que no se había explorado más allá de la Banda Sonora: El sonido.
Porque lo que hacía a Bastion diferente era ese aspecto sonoro: La Banda Sonora era perfecta para acompañarnos y maravillarnos en todo momento, pero eso no hubiera hecho al juego tan diferente de otros tantos RPGs con buena música. Lo que de verdad nos ensimismaba era ese narrador, Logan Cunningham, que con su voz profunda nos iba acompañando durante toda nuestra aventura, convirtiendo en leyenda cada una de las acciones que realizábamos y, además, aportando profundidad a toda la historia del juego, cada uno de los diferentes entornos que recorremos o monstruos a los que nos enfrentamos.
Por la combinación de todos esos elementos, Bastion se ha convertido en la leyenda dentro de los títulos indie que es hoy en día, acumulando decenas de premios en "el año de Skyrim", notas espectaculares por parte de todos los medios y unas ventas superiores a los dos millones de juegos.
Sin embargo, cuando yo lo adquirí, ni sabía de lo que iba. Era un título indie que muchos medios estaban poniendo como uno una de las grandes sorpresas del año, pero no me leí ningún análisis realmente, sólo sabía que tenía algo que parecía que lo hacía interesante y poco más.
Había visto vídeos, sí, pero en ellos sólo se veía el aspecto visual de dibujos a mano y que era un ARPG, así que realmente me lo compré a ciegas y creo que tod@s hemos experimentado esa sensación de lanzarse por un presentimiento con un cierto juego, descubrir que es una joya, recomendárselo a todo el mundo y disfrutar el que se convierta en algo respetado internacionalmente. Hace que casi sintamos ese éxito como "nuestro" por haber estado ahí desde el primer día, antes de saber si triunfaría o no.
En fin, que un par de años después del debut de ese título, sus creadores deciden crear una nueva obra y no apostar por la misma fórmula o una secuela, sino que se lanzan a explorar muchos nuevos elementos en Transistor.
En su lugar, de Bastion pasamos a Transistor, dos títulos que a primera vista no resultan tan parecidos y si, además, has visto un poco del sistema de juego de uno y otro (De lo poco que han enseñado) es que, directamente, casi ni puedes relacionar.
Sin embargo, sabemos que están ahí todos los pesos pesados que hicieron al primer juego (Korb y Cunningham, compositor y narrador de Bastion incluidos), lo que nos da una sensación de tranquilidad de saber que prácticamente todo lo que decidan experimentar seguramente nos acabe gustando.
Quizás por eso el hype que me genera Transistor es tan diferente al de cualquier secuela al uso. No se trata de un "bien, la secuela que espero" o algo en plan "un nuevo Final Fantasy", que aunque comprendías que iba a ser diferente al título anterior, sabías más o menos lo que esperar. O al menos, así era antes. :P
Estamos ante un juego nuevo de una compañía que hizo un gran título hace tres años. La esperanza que depositas en él se basa en la simple y pura confianza.
Ese "no sabéis lo que os vais a encontrar" es un arma de doble fijo, ya que puede despertar el escepticismo de muchos jugadores que no quieran correr el riesgo de comprarse algo que no saben si les va a gustar, pero a los que ya tienen convencidos les alegra enormemente que les mandes de cabeza a un camino de descubrimiento desde el desconocimiento más absoluto. Y creo que tod@s estamos de acuerdo de que esa sensación es de las mejores que podemos sentir.
También hay que decir que esto implica una gran presión para SuperGiant Games: ¿Cómo desarrollas un juego sabiendo que la gente espera, al menos, que les sorprendas tanto como lo hiciste con Bastion? Ese "luchar contra las expectativas" es de mayores retos de cualquier videojuego. No solo de los que se lanzan hoy en día, que también, sino incluso para esos títulos clásicos que están colocados en pedestales por la gran mayoría de la comunidad.
¿Cuántas críticas arrastra Final Fantasy VII hoy en día por estar sobrevalorado? ¿Y Vagrant Story? Y sólo comento un par de ejemplos, pero creo que a cada un@ se le pueden ocurrir varios títulos que les recomendaron como maravillas y les dejaron un poco frí@s o que adoráis y tenéis que "sufrir" al leer comentarios despectivos sobre "no es para tanto" cuando lo tenéis considerado uno de los mejores juegos a los que habéis jugado en vuestra vida.
La cosa es que esta desconfianza de "es un juego nuevo/diferente" unida a "¿y si no me gusta tanto como Bastion?" me provoca esta sensación de hype totalmente diferente a lo que puedes sentir por algo que esperas y que sabes que vas a disfrutar. Creo que Dark Souls II es un perfecto ejemplo de ese caso.
Quiero jugar a Transistor y que me sorprenda, espero que sea, al menos, tan bueno como Bastion, pero temo que igual ese "factor sorpresa" del primer título, que jugó mucho a su favor, no me llegue de la misma forma. Temo que el gameplay me resulte predecible, aburrido o que tienda a repetir ciertas mecánicas... Temo cosas que no temí con Bastion porque, simplemente, no tenía puestas tantas expectativas en él.
Creo que a muchos de los que habéis leído esto hasta ahora se os estará ocurriendo lo mismo con otros de los títulos que más esperamos los fans del género RPG: ¿Logrará Persona 5 mejorar a Persona 4 y maravillarnos tanto? ¿Será Final Fantasy XV el que "revitalice" a la serie? ¿Estará Kingdom Hearts III a la altura de los dos primeros Kingdom Hearts tras tantas entregas para portátiles? Pero ahí sabemos que estamos tratando con títulos que sienten el peso de la saga que tienen por detrás y conocen (O deberían) el camino que seguir. En el caso de Transistor conocen ese camino, pero han decidido crear el suyo propio, lo cual genera esta sensación de duda.
El próximo 20 de mayo saldré (saldremos, si alguien más está dispuesto a hacerse con el título en su fecha de lanzamiento) de dudas y descubriré si esta distinta sensación de hype que me está generando juega a su favor o en contra, pero lo que sí sé seguro es que cuando esté disponible Transistor en Steam y PlayStation 4, yo lo tendré. Y cuando empiece a jugarlo, todas estas expectativas y miedos quedarán en un segundo plano porque sólo pensaré en una cosa: Disfrutar. Y así debería ser siempre.
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