[Análisis] Mario y Luigi Superstar Saga + Secuaces de Bowser
Hace ya bastantes meses que, gracias a una filtración en la propia eShop de Nintendo 3DS, se venía rumoreando con fuerza la aparición de un remake del juego que dio origen a la saga Mario y Luigi, de la que nuestro compañero Luke Atmey dio buena cuenta hace unas semanas en un "¿Qué es y por dónde empezar?". Obviamente, tratándose de una de las dos sagas nacidas tras el excelso Super Mario RPG (la otra es, claro, Paper Mario), nuestro interés estaba sobre la mesa.
No fue hasta el último E3, y fuera de sus famosos Direct, cuando Nintendo anunció oficialmente este Mario y Luigi Superstar Saga + Secuaces de Bowser (en adelante Mario y Luigi remake o similares para abreviar), en un movimiento junto a Samus Returns que pretendía demostrar que Nintendo 3DS todavía tenía cosas de calidad que ofrecer en sus últimos coletazos. Teniendo en cuenta que, posiblemente, el primer Mario y Luigi es el más querido por el público (junto a Viaje al interior de Bowser de Nintendo DS), rehacer un título de Game Boy Advance que tiene ya 14 años a sus espaldas no parecía del todo mala idea.
Y es que las iteraciones de esta sub-serie se han distinguido normalmente por ofrecer una aproximación desde el mundo del fontanero al género RPG, plagando de humor la receta y con unos conceptos de diseño que favorecen que los más inexpertos o los más pequeños puedan acercarse a la propuesta. Pero vamos a desgranar qué ofrece este remake en este análisis.
Un buen día, la princesa Peach está tan tranquila en su palacio del Reino Champiñón cuando los villanos asaltan el mismo con alevosía. En esta ocasión, sin embargo, no se trata del sempiterno Bowser, sino de unos extraños seres con forma de judía humanoide que responden al nombre de Bruja Jijí y Esbirro Jijí. Su maléfico plan consiste en robar, sin que se sepa por qué motivo, su dulce voz a la princesa, la que a cambio comienza a lanzar bombas por la boca cada vez que intenta hablar (lo sé, totalmente delirante xD). Tras sus fechorías, huyen al vecino Reino Judía.
En esa tesitura, Mario y un esforzado Luigi se disponen al salvamento habitual (en este caso, de la voz de la princesa), sólo que esta vez contarán con todo el apoyo del Rey de los Koopas: a Bowser no le ha gustado que la treta, a su modo de ver, perjudique futuros secuestros de la princesa por su parte, pues evidentemente lo de que lance bombas por doquier es ciertamente peligroso en una huida. Así pues, el villano por antonomasia del fontanero les invitará a subir a su barco volador para dar caza a los malvados en esta ocasión.
No obstante, cuando están a la persecución surcando los aires, las malvadas judías abordarán la nave de Bowser, desatándose un enfrentamiento entre ambos bandos que acabará con el navío de Bowser seriamente perjudicado y con nuestros héroes estrellándose en pleno Reino Judía, con toda una aventura por delante para recuperar la voz de la princesa.
A grandes rasgos, eso es lo que nos ofrece argumentalmente la primera hora de este Mario y Luigi. Evidentemente, la trama no ha cambiado nada desde la versión original, lo que implica que no deparará sorpresas para quienes ya conozcan su desarrollo, pero asegura que nos encontremos ante una historia que, si bien no es compleja para nada, sí se manifiesta como divertida, llena de eventos uno tras otro y varios tropos habituales de las aventuras de Mario. El humor también estará muy presente, siendo a mi juicio uno de los puntos más fuertes del juego: los diálogos son desternillantes en más de una ocasión, siempre con un tono bastante inofensivo que se amolda a los más jóvenes, pero también saca la sonrisa a los más mayores del lugar.
De hecho, el cómo adoptaron los chicos de AlphaDream (desarrolladores del juego) cientos de detalles de los típicos juegos de Mario y los presentan aquí es algo verdaderamente reseñable, siempre con ese aire desenfadado y risueño. Lugares como el Cine de los Yoshis componen fragmentos deliciosos, mezclados con otros menos inspirados pero sin llegar a la mediocridad en ningún caso.
Para cerrar este apartado, comentar que la gran novedad del remake, el modo de juego "Secuaces de Bowser" nos presenta un enfoque diferente del mismo argumento de la aventura principal: el de los diferentes secuaces a las órdenes del Rey de los Koopas, que bajo la dirección del valiente Capitán Goomba, se intentarán rearmar para enfrentarse a las tropas malvadas del Reino Judía y recuperar a su amo, en paradero desconocido. Debo decir que dicho modo está plagado de secuencias de historia, la mayoría tan absurdas que suponen todavía más risas que la aventura principal. En este sentido, una buena adición al conjunto.
Jugablemente, el compañero Luke Atmey ya hizo una explicación de lo que suelen ofrecer los juegos de esta franquicia en su entrada enlazada más arriba. Igualmente, me parece de rigor comentar qué es a grandes rasgos este Mario y Luigi en ese sentido. Para empezar, ya hemos comentado que se trata de un acercamiento al género RPG (con combates por turnos), utilizando la "temática mariesca" como fondo y aportando suficientes concesiones como para ser apto para los más pequeños, sin que eso implique que sea excesivamente simple, ojo. Aquí hay que añadir que este remake suma muchos de los elementos de ayuda que aparecieron en la saga posteriormente al Mario y Luigi Superstar Saga original. Los explicaré bien algo más abajo, cuando señale las diferencias más evidentes entre versión original y remake.
El caso es que en este título exploraremos con una vista semi-cenital distintos escenarios que se unen unos con otros por pantallas (al estilo de los clásicos Zelda en 2D). Podemos andar, por supuesto, pero tratándose de un juego de Mario, los saltos cobran una importancia primordial: habrá plataformas para alcanzar algunos bloques de interrogación (que nos darán objetos y los hay de diversos tipos) o avanzar en la aventura, con saltos más medidos que otros, aunque siempre sin ser exigentes. Incluso hay algunas secciones que homenajean a los juegos bidimensionales de Mario y que suponen todo un detalle a apreciar.
Además de saltar, durante la aventura tanto Mario como Luigi irán aprendiendo distintos movimientos, algunos individuales y algunos combinados, que podrán ir poniendo en práctica por los escenarios, desde el uso del martillo o la bola de fuego hasta saltos más altos de lo normal, otros que nos permiten cubrir largas distancias en al aire, etc. Lo gracioso del tema es que aprender estos movimientos para fuera de las batallas nos suele otorgar el contar con ellos también en combate, por lo que el avance en la historia será normalmente la manera de aprender nuevas técnicas de lucha.
El uso de estos movimientos en el escenario será lo que nos facilite la resolución de los rompecabezas que se nos han marcado para la ocasión: la inmensa mayoría exigen poner en práctica algunos de esos movimientos para encender interruptores de diversos tipos, pasar por caminos accesibles sólo a uno de los dos personajes (ya que en ocasiones se pueden separar) o resolver sencillos puzzles. El título nunca es exigente en ese sentido y es bastante sencillo descubrir qué hacer para solucionarlos, normalmente consistente en aplicar alguna de las técnicas de movimiento o una combinación de las mismas.
Así pues, iremos explorando los escenarios, avanzando en la trama, mientras conseguimos objetos, bien sean de un solo uso (champiñones para curar vida o resucitar, por ejemplo) o bien equipables, como en cualquier otro RPG que se precie. El equipamiento, que pueden ser pantalones, medallas o un accesorio, mejoran los atributos de los personajes, al igual que las subidas de nivel, que se alcanzarán con la experiencia ganada al combatir. Os podéis esperar las estadísticas habituales del género: salud, tándem (que vendrían a ser los PMs), ataque, defensa, velocidad y bigote, que es la suerte para realizar críticos y demás, pero también nos rebaja los precios en las tiendas, por ejemplo.
Cuando encontremos un enemigo, visible en el mapa, podemos saltar sobre él para iniciar el combate con ventaja (quitándoles algo de vida), aunque eso es algo que los villanos también pueden hacernos a nosotros. Una vez en lucha, el juego adopta una vista algo más lateral y se desarrolla por turnos, pudiendo realizar ataques de diversos tipos (algunos más efectivos contra según qué enemigos), técnicas especiales (que combinan a ambos hermanos), uso de objetos o la huida.
Lo curioso del juego (y de la saga) viene cuando llega el momento de atacar o defender: aquí el timing entra en escena y podremos pulsar los botones de la consola (A para Mario, B para Luigi) para imprimir más fuerza a nuestros ataques o esquivar los de los enemigos saltándoles por encima, por poner un ejemplo. Esto dota de un cierto interés adicional a las batallas, por nuestra implicación activa, además de que su comprensión y buena ejecución son necesarias en los enfrentamientos contra los jefes, que nos exigirán mucho más que los enemigos de campo. Es cierto que nunca llega a ser frustrante en exceso ni demasiado complicado, pues los patrones se van aprendiendo, pero se sacrifica algo de táctica en favor de la pura habilidad y reflejos.
Esta habilidad también estará presente en la ejecución de técnicas especiales, que siempre requieren la correcta pulsación de unas secuencias de comandos (siempre las mismas por técnica) para realizar el máximo daño posible, siendo graciosísimo cuando fallas en alguna parte, pues la animación de un Luigi churruscado o un Mario esmorrándose por fallar algún paso le añaden gran simpatía al conjunto. Fuera de las batallas, también hay diversos minijuegos que pondrán a prueba nuestro uso del mando (o botones de la portátil en este caso).
Para completar la propuesta, se debe hablar del modo Secuaces de Bowser, que es diametralmente distinto a la aventura principal y se consigue tras un par de horas de avance en la misma. En dicha modalidad, encarnamos al Capitán Goomba, uno de estos simpáticos enemigos que irá reclutando a otros secuaces y esbirros diversos de Bowser y se enfrentará en combates automáticos contra otros grupos. ¿Qué quiere decir automáticos? Que se desarrollarán sin mucha intervención nuestra, al estilo de un tower defense: elegiremos nuestro batallón en el menú antes de cada acto y sólo podremos pulsar un botón cuando se desarrolle algún ataque especial o dar unas órdenes básicas en momentos puntuales.
Si bien no es la madre del cordero, no es tampoco tan aburrido como podría parecer: el elemento de gestión de tropas es importante, van subiendo su nivel y cada una difiere en características. Hay bastantes tipos de unidades disponibles (koopas, boos, shy guys...), dividiéndose en tres categorías: infantería, artillería y voladoras. Con esta tipología se forma un triángulo a lo Fire Emblem: las unidades de corto alcance ganan a las de largo, mientras que estas fulminan a las voladoras, que tienen gran ventaja contra las de corto alcance. En cierto sentido, se puede decir que el componente táctico severo, del que carece la aventura principal de Mario y Luigi en gran medida, se encuentra en este modo Secuaces de Bowser.
En cuanto a las diferencias existentes entre este remake y el Mario y Luigi Superstar Saga original, la más llamativa es la de la inclusión del modo Secuaces de Bowser que acabamos de explicar, así como algunos cambios técnicos que expondré en la siguiente sección. Sin embargo, algunos elementos que también merece la pena listar en este sentido son los siguientes:
Cabe resaltar que, curiosamente, este juego no incorpora efecto 3D en las máquinas que lo permiten. Fue una decisión muy discutida en su momento, ya que tanto Dream Team Bros como Paper Jam Bros sí contaban con él y rendían sin problemas. Siendo el mismo motor, extraña que no se haya incluido, pues no responde a problemas técnicos: tal vez incluía una cantidad de trabajo adicional que no se quería hacer. Esto, que bien puede no importar a algunos usuarios, reviste de cierta relevancia, pues lucía bien en los anteriores y ayuda mucho por ejemplo en la visibilidad de ciertos ataques enemigos, facilitando apreciar la distancia y perspectiva.
Si analizamos el sonido del juego podemos decir que cumple pero sin alardes. Los efectos sonoros se heredan de los típicos juegos de Mario, así como los balbuceos a modo de voces estilo Charles Martinet. La banda sonora ha sido arreglada desde el original y está compuesta (como aquella vez) por la genial Yoko Shimomura, que sin embargo no hace su mejor trabajo aquí. La mayoría de melodías acompañan sin más, aunque en algunas, como la del desierto o, sobre todo, la del escenario final, sí notaremos más el estilo habitual de la compositora nipona y son más disfrutables.
Como hemos comentado en varias ocasiones durante este análisis, no nos encontramos ante un juego difícil, sino más bien ante uno relativamente accesible y asequible para todos los públicos. Eso no quita que algunos enfrentamientos con jefes se nos puedan resistir algunos intentos hasta que les cogemos los patrones, pero el avance se irá sucediendo sin problemas y los rompecabezas son fáciles de resolver a poco que pensemos un poquito. Las secciones plataformeras no son nada exigentes tampoco y en general estamos hablando de un juego bastante plácido, incluyéndose el modo Secuaces de Bowser, si bien éste sí puede exigir algo más al jugador, especialmente a nivel táctico.
Por otro lado, como RPG, la aventura principal de Mario y Luigi no es excesivamente larga: entre 15 y 20 horas de juego haciendo buena parte de los contenidos secundarios (que tampoco son excesivos y consisten más en recolectar un tipo de judías, encontrar algún equipamiento especial, etc.). Secuaces de Bowser añade unas 5 horas más a la propuesta, quizás algún tiempo extra si nos entretenemos en misiones especiales o tenemos dificultades en algún punto. Con esto en mente, sacarle el máximo jugo a todo el conjunto nos podría llevar unas 30 horas, lo que tampoco está mal.
Y así, llegamos al final de este análisis. Mario y Luigi Superstar Saga + Secuaces de Bowser nos ofrece revisitar el posiblemente más inspirado juego de esta sub-serie, añadiendo buena parte de las mejoras jugables que incorporaron en títulos posteriores de la saga. Teniendo eso en cuenta, nos encontramos ante un título sólido y, sobre todo, francamente divertido, si a uno no le repele la simbología de Mario y compañía. Siendo el juego original notable, esta versión no le anda a la zaga, aunque obviamente pierde el factor sorpresa.
Ese extra lo debería añadir el modo Secuaces de Bowser, que ha sido señalado por la crítica habitualmente como lo mejor del conjunto, si bien a mí no me parece tal: es cierto que presenta una trama divertidísima y llena de humor, pero jugablemente me parece que se queda bastante corto, bastante por debajo de la aventura principal, aunque ya la hubiéramos jugado antes en su versión de Game Boy Advance. No se me malinterprete: es un buen añadido, aporta unas horas de diversión, pero no es la quintaesencia.
Por lo tanto, ¿recomiendo Mario y Luigi Superstar Saga + Secuaces de Bowser? A los fans del original y a los amantes de las aventuras del fontanero, sea en formato RPG o plataformero, sin duda, pues encontrarán un juego disfrutable y entretenido, con múltiples detalles a apreciar. También sería francamente recomendable para neófitos en el género o pequeños que quieran acercarse al mismo, siendo de las mejores alternativas que francamente se me ocurren. Para el resto, hay que pensarse bien su adquisición, pues es un producto más que decente pero que no reviste la complejidad, la duración ni las posibilidades de otros exponentes del género. Si quedan dudas, en los comentarios nos tenéis para resolverlas ;).
No fue hasta el último E3, y fuera de sus famosos Direct, cuando Nintendo anunció oficialmente este Mario y Luigi Superstar Saga + Secuaces de Bowser (en adelante Mario y Luigi remake o similares para abreviar), en un movimiento junto a Samus Returns que pretendía demostrar que Nintendo 3DS todavía tenía cosas de calidad que ofrecer en sus últimos coletazos. Teniendo en cuenta que, posiblemente, el primer Mario y Luigi es el más querido por el público (junto a Viaje al interior de Bowser de Nintendo DS), rehacer un título de Game Boy Advance que tiene ya 14 años a sus espaldas no parecía del todo mala idea.
Y es que las iteraciones de esta sub-serie se han distinguido normalmente por ofrecer una aproximación desde el mundo del fontanero al género RPG, plagando de humor la receta y con unos conceptos de diseño que favorecen que los más inexpertos o los más pequeños puedan acercarse a la propuesta. Pero vamos a desgranar qué ofrece este remake en este análisis.
Un buen día, la princesa Peach está tan tranquila en su palacio del Reino Champiñón cuando los villanos asaltan el mismo con alevosía. En esta ocasión, sin embargo, no se trata del sempiterno Bowser, sino de unos extraños seres con forma de judía humanoide que responden al nombre de Bruja Jijí y Esbirro Jijí. Su maléfico plan consiste en robar, sin que se sepa por qué motivo, su dulce voz a la princesa, la que a cambio comienza a lanzar bombas por la boca cada vez que intenta hablar (lo sé, totalmente delirante xD). Tras sus fechorías, huyen al vecino Reino Judía.
En esa tesitura, Mario y un esforzado Luigi se disponen al salvamento habitual (en este caso, de la voz de la princesa), sólo que esta vez contarán con todo el apoyo del Rey de los Koopas: a Bowser no le ha gustado que la treta, a su modo de ver, perjudique futuros secuestros de la princesa por su parte, pues evidentemente lo de que lance bombas por doquier es ciertamente peligroso en una huida. Así pues, el villano por antonomasia del fontanero les invitará a subir a su barco volador para dar caza a los malvados en esta ocasión.
No obstante, cuando están a la persecución surcando los aires, las malvadas judías abordarán la nave de Bowser, desatándose un enfrentamiento entre ambos bandos que acabará con el navío de Bowser seriamente perjudicado y con nuestros héroes estrellándose en pleno Reino Judía, con toda una aventura por delante para recuperar la voz de la princesa.
A grandes rasgos, eso es lo que nos ofrece argumentalmente la primera hora de este Mario y Luigi. Evidentemente, la trama no ha cambiado nada desde la versión original, lo que implica que no deparará sorpresas para quienes ya conozcan su desarrollo, pero asegura que nos encontremos ante una historia que, si bien no es compleja para nada, sí se manifiesta como divertida, llena de eventos uno tras otro y varios tropos habituales de las aventuras de Mario. El humor también estará muy presente, siendo a mi juicio uno de los puntos más fuertes del juego: los diálogos son desternillantes en más de una ocasión, siempre con un tono bastante inofensivo que se amolda a los más jóvenes, pero también saca la sonrisa a los más mayores del lugar.
Para cerrar este apartado, comentar que la gran novedad del remake, el modo de juego "Secuaces de Bowser" nos presenta un enfoque diferente del mismo argumento de la aventura principal: el de los diferentes secuaces a las órdenes del Rey de los Koopas, que bajo la dirección del valiente Capitán Goomba, se intentarán rearmar para enfrentarse a las tropas malvadas del Reino Judía y recuperar a su amo, en paradero desconocido. Debo decir que dicho modo está plagado de secuencias de historia, la mayoría tan absurdas que suponen todavía más risas que la aventura principal. En este sentido, una buena adición al conjunto.
Jugablemente, el compañero Luke Atmey ya hizo una explicación de lo que suelen ofrecer los juegos de esta franquicia en su entrada enlazada más arriba. Igualmente, me parece de rigor comentar qué es a grandes rasgos este Mario y Luigi en ese sentido. Para empezar, ya hemos comentado que se trata de un acercamiento al género RPG (con combates por turnos), utilizando la "temática mariesca" como fondo y aportando suficientes concesiones como para ser apto para los más pequeños, sin que eso implique que sea excesivamente simple, ojo. Aquí hay que añadir que este remake suma muchos de los elementos de ayuda que aparecieron en la saga posteriormente al Mario y Luigi Superstar Saga original. Los explicaré bien algo más abajo, cuando señale las diferencias más evidentes entre versión original y remake.
El caso es que en este título exploraremos con una vista semi-cenital distintos escenarios que se unen unos con otros por pantallas (al estilo de los clásicos Zelda en 2D). Podemos andar, por supuesto, pero tratándose de un juego de Mario, los saltos cobran una importancia primordial: habrá plataformas para alcanzar algunos bloques de interrogación (que nos darán objetos y los hay de diversos tipos) o avanzar en la aventura, con saltos más medidos que otros, aunque siempre sin ser exigentes. Incluso hay algunas secciones que homenajean a los juegos bidimensionales de Mario y que suponen todo un detalle a apreciar.
Además de saltar, durante la aventura tanto Mario como Luigi irán aprendiendo distintos movimientos, algunos individuales y algunos combinados, que podrán ir poniendo en práctica por los escenarios, desde el uso del martillo o la bola de fuego hasta saltos más altos de lo normal, otros que nos permiten cubrir largas distancias en al aire, etc. Lo gracioso del tema es que aprender estos movimientos para fuera de las batallas nos suele otorgar el contar con ellos también en combate, por lo que el avance en la historia será normalmente la manera de aprender nuevas técnicas de lucha.
El uso de estos movimientos en el escenario será lo que nos facilite la resolución de los rompecabezas que se nos han marcado para la ocasión: la inmensa mayoría exigen poner en práctica algunos de esos movimientos para encender interruptores de diversos tipos, pasar por caminos accesibles sólo a uno de los dos personajes (ya que en ocasiones se pueden separar) o resolver sencillos puzzles. El título nunca es exigente en ese sentido y es bastante sencillo descubrir qué hacer para solucionarlos, normalmente consistente en aplicar alguna de las técnicas de movimiento o una combinación de las mismas.
Así pues, iremos explorando los escenarios, avanzando en la trama, mientras conseguimos objetos, bien sean de un solo uso (champiñones para curar vida o resucitar, por ejemplo) o bien equipables, como en cualquier otro RPG que se precie. El equipamiento, que pueden ser pantalones, medallas o un accesorio, mejoran los atributos de los personajes, al igual que las subidas de nivel, que se alcanzarán con la experiencia ganada al combatir. Os podéis esperar las estadísticas habituales del género: salud, tándem (que vendrían a ser los PMs), ataque, defensa, velocidad y bigote, que es la suerte para realizar críticos y demás, pero también nos rebaja los precios en las tiendas, por ejemplo.
Cuando encontremos un enemigo, visible en el mapa, podemos saltar sobre él para iniciar el combate con ventaja (quitándoles algo de vida), aunque eso es algo que los villanos también pueden hacernos a nosotros. Una vez en lucha, el juego adopta una vista algo más lateral y se desarrolla por turnos, pudiendo realizar ataques de diversos tipos (algunos más efectivos contra según qué enemigos), técnicas especiales (que combinan a ambos hermanos), uso de objetos o la huida.
Lo curioso del juego (y de la saga) viene cuando llega el momento de atacar o defender: aquí el timing entra en escena y podremos pulsar los botones de la consola (A para Mario, B para Luigi) para imprimir más fuerza a nuestros ataques o esquivar los de los enemigos saltándoles por encima, por poner un ejemplo. Esto dota de un cierto interés adicional a las batallas, por nuestra implicación activa, además de que su comprensión y buena ejecución son necesarias en los enfrentamientos contra los jefes, que nos exigirán mucho más que los enemigos de campo. Es cierto que nunca llega a ser frustrante en exceso ni demasiado complicado, pues los patrones se van aprendiendo, pero se sacrifica algo de táctica en favor de la pura habilidad y reflejos.
Esta habilidad también estará presente en la ejecución de técnicas especiales, que siempre requieren la correcta pulsación de unas secuencias de comandos (siempre las mismas por técnica) para realizar el máximo daño posible, siendo graciosísimo cuando fallas en alguna parte, pues la animación de un Luigi churruscado o un Mario esmorrándose por fallar algún paso le añaden gran simpatía al conjunto. Fuera de las batallas, también hay diversos minijuegos que pondrán a prueba nuestro uso del mando (o botones de la portátil en este caso).
Para completar la propuesta, se debe hablar del modo Secuaces de Bowser, que es diametralmente distinto a la aventura principal y se consigue tras un par de horas de avance en la misma. En dicha modalidad, encarnamos al Capitán Goomba, uno de estos simpáticos enemigos que irá reclutando a otros secuaces y esbirros diversos de Bowser y se enfrentará en combates automáticos contra otros grupos. ¿Qué quiere decir automáticos? Que se desarrollarán sin mucha intervención nuestra, al estilo de un tower defense: elegiremos nuestro batallón en el menú antes de cada acto y sólo podremos pulsar un botón cuando se desarrolle algún ataque especial o dar unas órdenes básicas en momentos puntuales.
Si bien no es la madre del cordero, no es tampoco tan aburrido como podría parecer: el elemento de gestión de tropas es importante, van subiendo su nivel y cada una difiere en características. Hay bastantes tipos de unidades disponibles (koopas, boos, shy guys...), dividiéndose en tres categorías: infantería, artillería y voladoras. Con esta tipología se forma un triángulo a lo Fire Emblem: las unidades de corto alcance ganan a las de largo, mientras que estas fulminan a las voladoras, que tienen gran ventaja contra las de corto alcance. En cierto sentido, se puede decir que el componente táctico severo, del que carece la aventura principal de Mario y Luigi en gran medida, se encuentra en este modo Secuaces de Bowser.
En cuanto a las diferencias existentes entre este remake y el Mario y Luigi Superstar Saga original, la más llamativa es la de la inclusión del modo Secuaces de Bowser que acabamos de explicar, así como algunos cambios técnicos que expondré en la siguiente sección. Sin embargo, algunos elementos que también merece la pena listar en este sentido son los siguientes:
- El juego en general es más fácil que el original. Parece que los enemigos necesitan menos impactos para caer, a lo que se suma la adhesión de mecánicas provenientes de Mario y Luigi posteriores, que facilitan el asunto: por ejemplo, presencia de indicadores gráficos para mejorar el timing en los golpes combinados o el doble salto como ataque normal.
- Los martillos ya no se deterioran, como ocurría antaño.
- Se incluye una ayuda en forma de consejos accesibles desde la pantalla táctil en combate. La doble pantalla también permite mostrar las estadísticas en combate, el mapa en la exploración o incluso cambiar de técnicas en el campo.
- Se pueden utilizar amiibos en el juego en un lugar del Reino Judía. Con ellos se obtienen algunos ítems para la aventura y especialmente se desbloquean elementos para el modo Secuaces de Bowser.
Cabe resaltar que, curiosamente, este juego no incorpora efecto 3D en las máquinas que lo permiten. Fue una decisión muy discutida en su momento, ya que tanto Dream Team Bros como Paper Jam Bros sí contaban con él y rendían sin problemas. Siendo el mismo motor, extraña que no se haya incluido, pues no responde a problemas técnicos: tal vez incluía una cantidad de trabajo adicional que no se quería hacer. Esto, que bien puede no importar a algunos usuarios, reviste de cierta relevancia, pues lucía bien en los anteriores y ayuda mucho por ejemplo en la visibilidad de ciertos ataques enemigos, facilitando apreciar la distancia y perspectiva.
Como hemos comentado en varias ocasiones durante este análisis, no nos encontramos ante un juego difícil, sino más bien ante uno relativamente accesible y asequible para todos los públicos. Eso no quita que algunos enfrentamientos con jefes se nos puedan resistir algunos intentos hasta que les cogemos los patrones, pero el avance se irá sucediendo sin problemas y los rompecabezas son fáciles de resolver a poco que pensemos un poquito. Las secciones plataformeras no son nada exigentes tampoco y en general estamos hablando de un juego bastante plácido, incluyéndose el modo Secuaces de Bowser, si bien éste sí puede exigir algo más al jugador, especialmente a nivel táctico.
Por otro lado, como RPG, la aventura principal de Mario y Luigi no es excesivamente larga: entre 15 y 20 horas de juego haciendo buena parte de los contenidos secundarios (que tampoco son excesivos y consisten más en recolectar un tipo de judías, encontrar algún equipamiento especial, etc.). Secuaces de Bowser añade unas 5 horas más a la propuesta, quizás algún tiempo extra si nos entretenemos en misiones especiales o tenemos dificultades en algún punto. Con esto en mente, sacarle el máximo jugo a todo el conjunto nos podría llevar unas 30 horas, lo que tampoco está mal.
Y así, llegamos al final de este análisis. Mario y Luigi Superstar Saga + Secuaces de Bowser nos ofrece revisitar el posiblemente más inspirado juego de esta sub-serie, añadiendo buena parte de las mejoras jugables que incorporaron en títulos posteriores de la saga. Teniendo eso en cuenta, nos encontramos ante un título sólido y, sobre todo, francamente divertido, si a uno no le repele la simbología de Mario y compañía. Siendo el juego original notable, esta versión no le anda a la zaga, aunque obviamente pierde el factor sorpresa.
Ese extra lo debería añadir el modo Secuaces de Bowser, que ha sido señalado por la crítica habitualmente como lo mejor del conjunto, si bien a mí no me parece tal: es cierto que presenta una trama divertidísima y llena de humor, pero jugablemente me parece que se queda bastante corto, bastante por debajo de la aventura principal, aunque ya la hubiéramos jugado antes en su versión de Game Boy Advance. No se me malinterprete: es un buen añadido, aporta unas horas de diversión, pero no es la quintaesencia.
Por lo tanto, ¿recomiendo Mario y Luigi Superstar Saga + Secuaces de Bowser? A los fans del original y a los amantes de las aventuras del fontanero, sea en formato RPG o plataformero, sin duda, pues encontrarán un juego disfrutable y entretenido, con múltiples detalles a apreciar. También sería francamente recomendable para neófitos en el género o pequeños que quieran acercarse al mismo, siendo de las mejores alternativas que francamente se me ocurren. Para el resto, hay que pensarse bien su adquisición, pues es un producto más que decente pero que no reviste la complejidad, la duración ni las posibilidades de otros exponentes del género. Si quedan dudas, en los comentarios nos tenéis para resolverlas ;).
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