[Análisis] Zenith (versión de Switch)
Gracias al buen estado de forma de Nintendo Switch, su nueva versión Lite en el mercado y la oportunidad que supone un sistema que ha llegado más tarde a la generación actual de sistemas y cuenta con un público realmente activo, muchísimas compañías están apostando por los relanzamientos de sus proyectos más importantes en la consola de Nintendo. En este análisis vamos a cubrir uno de ellos: Zenith, que ya analizamos en su versión para los sistemas en los que estaba disponible y ahora volvemos a probar para la plataforma híbrida, con la posibilidad de jugarlo allá donde queramos, en un port que ofrece la misma calidad que el original, sin ningún tipo de punto negativo en la conversión.
Zenith fue lanzado inicialmente en el año 2016 para PC, PlayStation 4 y Xbox One considerándose un título independiente de producción española, desarrollado por Infinigon y distribuido por Badland Games. El juego nació con el objetivo de recoger esos estereotipos que nos hemos encontrado una y otra vez en los RPGs para tratarlos con mucho humor en su propia historia, recordando infinidad de personajes (con numerosos cameos) y momentos de distintos juegos, tanto de estilo japonés como occidentales, satirizándolos de una manera sobresaliente.
Porque este título sabe de sus limitaciones, así que busca compensar con una autocrítica narrativa y de los aspectos jugables del género, destacando los clichés poco creíbles de de los títulos de este estilo. Quizás una de las mejores formas de definirlo sería indicando que, si Evoland es un homenaje a la evolución del género RPG, Zenith es "su hermano cafre", que hace algo similar, pero satirizando todos sus elementos.
La historia de Zenith pretende seguir los estereotipos de los RPGs (una guerrera coprotagonista que quiere salvar el mundo, un demonio que pretende destruirlo todo, un malvado imperio…), pero dándole a todo un pequeño giro lleno de humor, satirizando muchas de las típicas situaciones que nos hemos encontrado en multitud de juegos, como abrir el portón de un templo antiguo mediante la fuerza bruta en vez de resolver su complicado acertijo o usar un cañón legendario contra un demonio supremo y poner como proyectil un elefante, encajado de forma adecuada en la trama. Esa clase de situaciones son, pues, las que provocarán que valoremos Zenith más allá que con el desarrollo y desenlace de nuestra aventura que, por otra parte, también esconde algunos giros de guión que la hacen más interesante y se desarrolla en un tono más adulto, tocando temas como el sexo, el racismo, la lucha de clases... lo cual también le da algo de profundidad.
También hará uso de la nostalgia del jugador, incluyendo numerosos cameos de personajes, localizaciones y objetos de nuestros RPGs favoritos, arrancándonos una sonrisa al reconocerlos y ver cómo humorizan con los mismos. Con respecto a sus protagonistas, Zenith nos muestra que los héroes no siempre tienen que ser desinteresados o recaderos de diferentes personajes. No siguen esa línea virtuosa o el juego de la doble moral. Nuestros protagonistas serán pícaros que tendrán la oportunidad de salvar el mundo, pero buscando alguna ganancia en ello. Lo cual hasta resulta sorprendente y original incluso en estos tiempos.
Como punto negativo, se puede indicar que a veces el juego es víctima de esta idea de mantener un ritmo de bromas y chistes que hay veces que no sería necesario. Está constantemente intentando introducir burlas, a veces de forma algo artificial, lo cual puede llegar a resultar un poco contraproducente porque puede sobrecargar al jugador.
Zenith es un RPG de acción con vista cenital que no pretende destacar en esta categoría. El dúo protagonista dispondrá de ataques normales ligados al arma que esté usando, pudiendo enlazar combos sencillos y diferentes técnicas o conjuros. También dispondrán de un escudo para defenderse o de un botón para rodar y esquivar. Tanto las habilidades como usar el escudo consumirá magia, la cual se recarga sola lentamente o de forma instantánea mediante pociones.
Es en este punto donde más flaquea el juego, ya que el combate resultará muy ortopédico, llevando a la frustración en algunas situaciones. La defensa, por su parte, será de poca utilidad al no ofrecer la posibilidad de veloces contraataques, por lo que al final el combate se verá reducido a atacar, aguantar los golpes y esquivar de forma esporádica para intentar curarnos.
El juego consta con una evolución del personaje mediante árbol de habilidades que tampoco está muy bien implementado, con algunas opciones como aumentar el ataque un 1%, que tienen un nulo impacto en el desarrollo, o conjuros que difícilmente usaremos por su mala implementación, reduciendo el combate a la dinámica explicada anteriormente durante todo el juego.
Con respecto a la dificultad, no es un título particularmente complejo: no requiere pensar en exceso ni adoptar enrevesadas estrategias, por lo que el título se podrá completar repitiendo las mecánicas que nos funcionen. Sin embargo, sí que es posible que nos quedemos bloqueados en alguna que otra ocasión, no por la dificultad, si no por los errores de diseño asociados a la jugabilidad, lo cual si puede llegar a ser frustrante en algunas situaciones.
Sin embargo, si buscas cualquier otra cosa no vas a encontrarla en este proyecto, ya que no resulta destacable en casi ningún otro apartado y podremos encontrar muchas propuestas bastante más elaboradas en el mercado, también con su propio toque humorístico. Zenith es, pues, un juego diferente y polar, que lo apuesta todo a un apartado concreto. Ahora está disponible en el sistema que le faltaba, Nintendo Switch, así que si queréis darle la oportunidad para jugar en cualquier lugar, es una muy buena oportunidad para hacerlo.
Zenith está disponible en PlayStation 4, Xbox One, PC y Nintendo Switch. Este análisis ha sido posible gracias a una copia entregada por Badland Games.
Zenith fue lanzado inicialmente en el año 2016 para PC, PlayStation 4 y Xbox One considerándose un título independiente de producción española, desarrollado por Infinigon y distribuido por Badland Games. El juego nació con el objetivo de recoger esos estereotipos que nos hemos encontrado una y otra vez en los RPGs para tratarlos con mucho humor en su propia historia, recordando infinidad de personajes (con numerosos cameos) y momentos de distintos juegos, tanto de estilo japonés como occidentales, satirizándolos de una manera sobresaliente.
Porque este título sabe de sus limitaciones, así que busca compensar con una autocrítica narrativa y de los aspectos jugables del género, destacando los clichés poco creíbles de de los títulos de este estilo. Quizás una de las mejores formas de definirlo sería indicando que, si Evoland es un homenaje a la evolución del género RPG, Zenith es "su hermano cafre", que hace algo similar, pero satirizando todos sus elementos.
La historia de Zenith pretende seguir los estereotipos de los RPGs (una guerrera coprotagonista que quiere salvar el mundo, un demonio que pretende destruirlo todo, un malvado imperio…), pero dándole a todo un pequeño giro lleno de humor, satirizando muchas de las típicas situaciones que nos hemos encontrado en multitud de juegos, como abrir el portón de un templo antiguo mediante la fuerza bruta en vez de resolver su complicado acertijo o usar un cañón legendario contra un demonio supremo y poner como proyectil un elefante, encajado de forma adecuada en la trama. Esa clase de situaciones son, pues, las que provocarán que valoremos Zenith más allá que con el desarrollo y desenlace de nuestra aventura que, por otra parte, también esconde algunos giros de guión que la hacen más interesante y se desarrolla en un tono más adulto, tocando temas como el sexo, el racismo, la lucha de clases... lo cual también le da algo de profundidad.
También hará uso de la nostalgia del jugador, incluyendo numerosos cameos de personajes, localizaciones y objetos de nuestros RPGs favoritos, arrancándonos una sonrisa al reconocerlos y ver cómo humorizan con los mismos. Con respecto a sus protagonistas, Zenith nos muestra que los héroes no siempre tienen que ser desinteresados o recaderos de diferentes personajes. No siguen esa línea virtuosa o el juego de la doble moral. Nuestros protagonistas serán pícaros que tendrán la oportunidad de salvar el mundo, pero buscando alguna ganancia en ello. Lo cual hasta resulta sorprendente y original incluso en estos tiempos.
Como punto negativo, se puede indicar que a veces el juego es víctima de esta idea de mantener un ritmo de bromas y chistes que hay veces que no sería necesario. Está constantemente intentando introducir burlas, a veces de forma algo artificial, lo cual puede llegar a resultar un poco contraproducente porque puede sobrecargar al jugador.
Es en este punto donde más flaquea el juego, ya que el combate resultará muy ortopédico, llevando a la frustración en algunas situaciones. La defensa, por su parte, será de poca utilidad al no ofrecer la posibilidad de veloces contraataques, por lo que al final el combate se verá reducido a atacar, aguantar los golpes y esquivar de forma esporádica para intentar curarnos.
El juego consta con una evolución del personaje mediante árbol de habilidades que tampoco está muy bien implementado, con algunas opciones como aumentar el ataque un 1%, que tienen un nulo impacto en el desarrollo, o conjuros que difícilmente usaremos por su mala implementación, reduciendo el combate a la dinámica explicada anteriormente durante todo el juego.
Completar Zenith nos llevará al menos de veinte horas, lo cual le viene muy bien para el ritmo que quiere llevar y evitar resultar muy pesado o cargante, lo que podría realzar sus potenciales problemas. Dura lo idea para la idea que quiere mostrar.
Con respecto a la dificultad, no es un título particularmente complejo: no requiere pensar en exceso ni adoptar enrevesadas estrategias, por lo que el título se podrá completar repitiendo las mecánicas que nos funcionen. Sin embargo, sí que es posible que nos quedemos bloqueados en alguna que otra ocasión, no por la dificultad, si no por los errores de diseño asociados a la jugabilidad, lo cual si puede llegar a ser frustrante en algunas situaciones.
El apartado técnico de Zenith es de sus apartados más pobres, normalmente lastrado por un presupuesto modesto que permite ofrecer diferentes localizaciones más o menos correctas y aumenta la sensación de "proyecto de broma hecho con poco presupuesto", ayudando a la sensación cómica, pero evidentemente hay muchos juegos más potentes en el apartado técnico en el mercado, también dentro de la corriente independiente. Gracias a eso, su adaptación a Switch se ha podido producir de manera solvente, manteniendo la misma calidad que en los sistemas de sobremesa tanto en el dock como en su modo portátil.
El apartado musical, no obstante, sí tiene un nivel más alto, con melodías bastante pegadizas y adecuadas para ciertos momentos del juego, aunque su variedad es muy limitada y muchos temas se repetirán hasta la saciedad.
Volver a jugar a Zenith ha permitido que nos reiteremos en nuestra conclusión: en caso de que busques un homenaje al género RPG realizado a través de la parodia, este título merece realmente la pena. Su premisa funciona muy bien en la reducida duración del título y llega a contar con algún que otro momento realmente brillante que nos podrá sacar una carcajada, sin desestimar que ciertos temas más serios que toca también están bastante bien realizados.
Sin embargo, si buscas cualquier otra cosa no vas a encontrarla en este proyecto, ya que no resulta destacable en casi ningún otro apartado y podremos encontrar muchas propuestas bastante más elaboradas en el mercado, también con su propio toque humorístico. Zenith es, pues, un juego diferente y polar, que lo apuesta todo a un apartado concreto. Ahora está disponible en el sistema que le faltaba, Nintendo Switch, así que si queréis darle la oportunidad para jugar en cualquier lugar, es una muy buena oportunidad para hacerlo.
Zenith está disponible en PlayStation 4, Xbox One, PC y Nintendo Switch. Este análisis ha sido posible gracias a una copia entregada por Badland Games.
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