El talento musical no se queda en plantilla
Con el anuncio de esta mañana, donde nos enteramos de que Shoji Meguro abandonaba Atlus para seguir su carrera como compositor musical de por libre, se ha confirmado, una vez más, algo que lleva años produciéndose en la industria de los videojuegos hasta el punto que lo que podría parecer normal es totalmente erróneo: la mayoría de artistas musicales no pertenecen a las plantillas de las desarrolladoras de videojuegos, simplemente son contratados de forma individual con cada nuevo proyecto. Evidentemente, tenemos excepciones como Koji Kondo, el compositor principal de Nintendo, pero hasta el recientemente fallecido Koichi Sugiyama formó parte de la marcha de los compositores musicales restantes en Square Enix en el 2003-2004, aunque su figura estaba irremediablemente atada a Dragon Quest y siguió trabajando para ellos en exclusiva. Simplemente, dejó de estar en plantilla y trabajaba para esta franquicia con su propia editorial llamada SUGI.
De hecho, la propia Atlus ha explicado que la marcha de Shoji Meguro no va a separar sus caminos y seguirá siendo el compositor de los Shin Megami Tensei o Persona, simplemente será contratado como compositor independiente en cada título y eso le da libertad para trabajar con otras compañías, como va a ocurrir con un juego independiente aún por anunciar. Es un paso más hacia un modelo en el que la rareza es mantener a un compositor dentro de la plantilla, con multitud de ejemplos en nuestra propia industria:
Yoko Shimomura comenzó su carrera musical en los videojuegos con Capcom, participando en Bandas Sonoras míticas como las de Street Fighter, Final Fight, The King of Dragons o Breath of Fire, pero el año 1993 dio el salto a Squaresoft, con un debut espectacular en Live A Live, donde dejó temazos como Megalomania, referenciada en Megalovania que conocemos de Toby Fox para Undertale. Front Mission, Super Mario RPG (donde Nintendo le tomó la firma), Parasite Eve, Legend of Mana y, por supuesto, probablemente su trabajo más conocido: Kingdom Hearts. Tras su marcha por maternidad de la compañía y la fusión de Square Enix, decidió formar su propia marca, Midplex, desde la que siguió componiendo la Banda Sonora de los siguientes Kingdom Hearts.
A partir de ahí, Nintendo la contactó para que compusiera los temas en Mario & Luigi: Compañeros en el tiempo, siendo contratada para cada nuevo título de esa serie. También ha trabajado en composiciones de Bandas Sonoras más corales como la de Xenoblade Chronicles, estuvo con imageepoch en Last Ranker, Atlus en Radiant Historia, Mistwalker para varios temas de Terra Battle, formó parte del grupo que compuso la Banda Sonora de Final Fantasy XV, ha trabajado en series de animación, realizado conciertos y adaptaciones a piano... básicamente, es libre para componer para quien quiera, a veces Bandas Sonoras completas y otras sólo algunos temas sueltos, pero es de los ejemplos más claros de cómo trabajar de freelance no significa que abandone ciertas sagas en las que se considera que existe su impronta musical. Y no es la única.
Yasunori Mitsuda tiene una de las historias más curiosas en sus inicios musicales para la industria del videojuego, ya que inicialmente trabajó como interno en el Wolf Team antes de que realizaran el primer título de la que sería su gran franquicia, Tales of. Al impacientarse por las dudas sobre la viabilidad de ese puesto, Mitsuda se une a Squaresoft en el año 1992 al leer una oferta de trabajo como compositor sonoro y, sólo dos años más tarde, se plantó frente a Hironobu Sakaguchi con una carta de dimisión en una mano y una petición en la otra: o formaba parte de la Banda Sonora del proyecto conjunto Chrono Trigger o se marchaba de la compañía. Y ahí que estuvo, trabajando codo con codo junto a Nobuo Uematsu que ya había dejado su impronta en la industria de los videojuegos con varios temas legendarios de la saga Final Fantasy... y, al final, a pesar del éxito de sus composiciones, Mitsuda acabaría abandonando la compañía sólo cuatro años más tarde tras Xenogears, ya que se le presentó la oportunidad de trabajar para Nintendo en Mario Party. A pesar de ello, sólo un año más tarde fue llamado de nuevo para componer la Banda Sonora de Chrono Cross. Querían mantener al compositor del juego original.
A partir de entonces, fue contactado de nuevo por Monolith Soft para realizar los temas de la serie Xenosaga en Namco, tuvo una etapa en la que imageepoch lo contrató varios años seguidos para sus diferentes proyectos como Luminous Arc, Sands of Destruction o Arc Rise Fantasia, es el compositor principal de la saga Inazuma Eleven para Level-5, formó parte del grupo que compuso la música de Xenoblade Chronicles 2 y, actualmente, está también involucrado con las Bandas Sonoras de RPGs independientes como Edge of Eternity o Sea of Stars. Todo bajo la marca de Procyon Studio/Sleigh Bells, desde la que también produjo juegos musicales como First Groove o KORG DS-10, ha trabajado en animes como Back Butler, tiene una serie de discos llamada Hopeful Weeds... nunca le ha faltado trabajo y seguro que formará parte de la Banda Sonora del próximo Xenoblade, porque ser independiente desde casi sus inicios ha demostrado tener talento y capacidad para encontrar sus propios contratistas.
Motoi Sakuraba también formó parte de los inicios del Wolf Team como Mitsuda, tras abandonar su banda musical Deja Vu, pero supo esperar allí manteniendo un contacto con Masaaki Uno, quien formaría Camelot Software, lo que le permitió estar involucrado en Bandas Sonoras de varias compañías distintas al mismo tiempo: eventualmente, llegaría el primer gran RPG del Wolf Studio con Sakuraba en el equipo, componiendo la Banda Sonora de Tales of Phantasia... y su trabajo fue tan bien valorado que los miembros del equipo que abandonaron el barco para fundar Tri-Ace le contrataron para realizar la Banda Sonora de Star Ocean. De hecho, hemos tenido a Sakuraba componiendo casi al mismo tiempo para Namco (Tales), tri-Ace (Star Ocean), Sega y Nintendo, ya que la antigua Camelot Software trabajaba para ambas compañías.
Y, eventualmente, con su marca TEAM Entertainment le podemos considerar como el compositor musical principal de sagas tan importantes como Tales of, Star Ocean, Valkyrie Profile, Mario Golf/Tennis y Golden Sun, se unió a Tri-Crescendo para juegos como Eternal Sonata y, quizás en uno de sus trabajos que más ha pasado desapercibido a pesar de que se trata de una franquicia importantísima en la actualidad, es el compositor de la banda sonora de los Dark Souls. En la actualidad podemos esperar su trabajo en Eiyuden Chronicle junto a Michiko Naruke y otro título independiente como SacriFire, además de que, por supuesto, tenemos decenas de temas sueltos para los que ha sido contratado como invitado especial en múltiples juegos, series o composiciones orquestales.
Junto a su grupo, The Black Mages, realizó la Banda Sonora de Final Fantasy VII: Advent Children, luego sólo pudo realizar el tema principal de Final Fantasy XII y, ante la encrucijada de componer la Banda Sonora de Final Fantasy XIII o Final Fantasy XIV, prefirió el MMORPG. También es memorable su participación como compositor del tema principal en Super Smash Bros. Brawl, realizó la Banda Sonora del anime Guin Saga e incluso ha trabajado en libros como Blik-0 1946. Miembro claro de cualquier tipo de "Salón de la Fama" musical que incluya videojuegos, Uematsu ha asegurado que su trabajo en Fantasian, el título para Apple Arcade de Mistwalker, será el último que realice en su carrera por motivos de salud. Es decir, aunque trabajó en la nueva versión de la Banda Sonora que presentó Final Fantasy VII Remake: Episodio I, no seguirá adelante con ese proyecto.
En occidente tenemos también multitud de casos de compositores que no están atados a compañías, como sería Jeremy Soule (que, curiosamente, debutó en Secret of Evermore para Squaresoft) que ha trabajado en Icewind Dale (Black Isle), los juegos de Harry Potter (Argonaut Games), Dungeon Siege (Gas Powered Games), The Elder Scrolls (Bethesda), Neverwinter Nights (Bioware), Everquest Online (Sony), Guild Wars (NCSoft)... pero seguramente resulte llamativo tratar a algunos de los más novatos en este panorama, como sería Austin Wintory, que es un compositor multidisciplinar que ha dejado piezas para películas y juegos (destacando su trabajo para thatgamecompany o en los Banner Saga, Pathless, Pode...); Darren Korb, que saltó a la fama con Bastion y ha seguido trabajando en exclusiva para SuperGiant Games, aunque también teniendo la libertad de trabajar con su banda musical Control Group y, por supuesto, Toby Fox es el creador y compositor principal de Undertale o Deltarune, del que ya eran famosas sus aportaciones en los webcomics MS Paint Adventures y Homestuck. Eventualmente, Nintendo le contrató para realizar temas musicales en Little Town Hero, Pokémon Escudo/Espada y hasta ha colaborado en el álbum Pray de la artista nipona Itoki Hana.
Pero, al final, lo que queríamos indicar con todo este repaso es que lo habitual es que los compositores no permanezcan en la plantilla de un estudio de videojuegos, ya que normalmente les sale más caro mantenerlos con un sueldo fijo que contratándoles para cada nuevo título en el que los necesiten. Es un modelo que les permite tener la libertad de trabajar con quien quieran y sólo en casos donde se requiera exclusividad vemos lo que, hoy en día, ya es una rareza. Por ello, el movimiento de Meguro no debería ser ningún tipo de drama, simplemente una necesidad del mismo para expandir las alas que no va a hacer que deje de componer temas para Atlus, simplemente ya no lo hará desde Atlus. ¿Conocíais esta situación?
Muy interesante
ResponderEliminaresperemos y esto, no deje de componer para el estudio, aun que seria interesante que componga para otras sagas.
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