¿Qué tal es Flynn: Son of Crimson?
Los juegos de acción y plataformas en 2D han salido extremadamente fortalecidos de la expansión de la industria independiente, con multitud de magníficos títulos que han devuelto esa pasión por juegos que encandilaban en pasadas generaciones y han hecho crecer enormemente el estilo Metroidvania. Celeste, Shovel Knight, Super Meat Boy, Hollow Knight, Bloodstained, The Messenger... la lista es enorme y presenta multitud de interesantes iniciativas a este estilo o, directamente, simplemente resultan buenos juegos en una fórmula tan clástica para la industria del videojuego.
El título que nos ocupa se podría incluir en esa segunda categoría, ya que Flynn: Son of Crimson, uno de estos proyectos que salieron de Kickstarter y tuvieron un desarrollo tortuoso (cuatro años desde su financiación) finalmente fue publicado a mediados del pasado septiembre, distribuido por Humble Games en PC, PlayStation 4, Xbox One y Nintendo Switch. La obra del Studio Thunderhorse tuvo una buena recepción, pero dos criterios concretos impidieron que pudiera destacar más el pasado año: no es nada revolucionario y, sobre todo, resulta extremadamente corto, lo que fue una rémora enorme para que, en un periodo donde también salió otro juego independiente en un estilo cercano que sí llamó más la atención, Tails of Iron, acabase convertido en uno de esos "juegos olvidados" del pasado año. Y como no queremos que pase eso, vamos a repasar todo lo que ofrecía, por si queréis darle una oportunidad:
Flynn comienza de forma pausada, hasta que nos presenta gradualmente los problemas del mundo de Rosantica: para empezar, le arrebatan los poderes a nuestra bestia mística y, posteriormente, descubrimos que toda la región está sufriendo por la cercanía del despertar de un mal que fue frenado por nuestros padres. Por fortuna, nuestro protagonista resulta ser el elegido por el poder del Crimson, que le permite blandir diferentes armas de energía roja para combatir a las criaturas de la oscuridad. Nuestro objetivo será recuperar las piezas de alma arrebatadas a nuestro compañero y hacernos más fuertes para acabar frenando a Rozia y su oscuro señor.
Ciertamente, la narrativa es simple pero efectiva, con diferentes NPCs que van dejando detalles de la trama global o nos guían por el camino y una gran historia de fe en el futuro, venganza o heroísmo destinado. Evidentemente, que resulte tan corto juega en su contra, porque en las seis o siete horas que dura la aventura no hay mucho más que contar, más que la historia de nuestros padres y los problemas de los diferentes personajes a los que ayudamos en la aventura. Sabemos que eventualmente quieren realizar un DLC que cuente la historia de otro personaje, lo cual puede ser interesante más por las mecánicas a aprender que por lo que tengan que revelar, al menos a priori.
Porque lo más interesante del juego son precisamente sus mecánicas, en un título donde importa mucho golpear y moverse rápido (con una voltereta) para evitar daño. El sistema es realmente veloz y dinámico, con una decente variedad de enemigos (algunos muy parecidos sólo que ciertas particularidades en sus ataques o defensas) de los que tendremos que aprender su forma de luchar para minimizar el daño que nos causen. Y eso que Flynn tendrá bastante más salud de lo esperado, ya que podremos curarnos varios puntos con las esferas verdes que hayamos acumulado rompiendo unos cristales por los escenarios. Los enemigos también nos dejarán caer cristales de Crimson, rojos, los cuales usaremos en una ciudad determinada para aprender nuevas técnicas de un árbol de habilidades. Podremos expandir nuestros combos, ganar nuevos ataques, aumentar el daño, mejorar nuestros conjuros... es un sistema simple pero efectivo.
Y, sí, hemos dicho conjuros porque, además de poder usar diferentes armas para combatir entre las que nos podremos cambiar rápidamente (cada una con sus tipos de combos o fortalezas), Flynn también tendrá acceso a ataques a distancia sin coste alguno, que, una vez que vayamos desbloqueando más opciones, se podrán cargar para generar diferentes elementos con utilidad para derrotar a ciertos enemigos o recorrer las diferentes fases del juego: podremos congelar bloques de hielo para generar plataformas, electrificar enemigos para hacerlos vulnerables o encender antorchas, haciendo a cada región realmente diferente de las anteriores no sólo por los cambios en los escenarios y enemigos, también por el tipo de poder que deberemos aprender a dominar si queremos avanzar.
Para incentivar ese toque clásico, Flynn nos hará ir desbloqueando caminos por el mapa a lo Super Mario World, indicando además que en ciertas fases hay un tesoro oculto (que podremos entregar a un NPC a cambio de mucho Crimson) y también puede tener salidas alternativas, normalmente mucho más escondidas o sólo accesibles con cierto poder que nos llevarán normalmente a batallas especiales contra jefes y oleadas que nos pueden dejar una gran recompensa por superarlas. Ese toque expande bastante la rejugabilidad de diferentes zonas, aunque también es cierto que el ojo de un jugador que ya haya probado juegos con esa mecánica suele acertar en muchos casos y tampoco es que extienda en demasía la duración del título.
Los jefes sí nos plantearán retos mucho más interesantes, con mecánicas que deberemos aprender si no queremos ser golpeados una y otra vez y, además, están bien pensados para que no podamos abusar demasiado de nuestra transformación especial, la cual se va cargando golpeando a enemigos y nos da unos segundos de frenéticos ataques. Ciertamente, el juego logra ser divertido, entretenido y progresivo en complejidad a lo largo de toda su duración, aunque como hemos explicado eso no es demasiado tiempo. Visualmente es también muy bonito con su pixelart suavizado y la gran velocidad de sus movimientos en los diferentes escenarios, pudiendo destacar también las viñetas que representan mejor algunos momentos del juego, si bien resultan excesivamente pixeladas en lugar de ser dibujos como tal.
Con un apartado musical y sonoro de buena calidad, Flynn: Son of Crimson acaba siendo un juego que se puede disfrutar mucho a lo largo de su reducida duración, que está muy bien realizado en casi todos sus apartados pero le falta quizás ese factor diferencial o una mayor extensión para haber sido algo realmente llamativo. Es de esos títulos que deja un buen sabor de boca si lo puedes jugar de forma gratuita (en el Game Pass o suscripción Humble) o a un precio muy reducido, pero quizás se queda corto ante la mucha competencia del estilo que tenemos en el mercado.
Aún así, ya veis que sus principales inconvenientes no son realmente malos como tal, simplemente hay juegos mejores y/o más extensos. ¿Conocíais este título? ¿Qué opinión os ha dejado a los que lo habéis probado? ¡Os leemos!
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