Los debates de los nominados a los The Game Awards 2022

Los The Game Awards volverán a celebrarse este año como el gran evento que cerrará el 2022 con un carrusel de anuncios de próximos lanzamientos (que es lo que de verdad nos interesa) y unos ganadores de diferentes premios que, generalmente, nunca van a dejar a nadie satisfecho porque no son más que concursos de popularidad donde lo que manda serán los votos del público y varios medios de diferentes partes del mundo.

Pero lo que más nos interesa de este anuncio de los títulos nominados a las diferentes categorías son los debates que podremos abrir de los mismos, aunque en más de un caso no es algo que ni se tenga que abrir: son debates que llevan existiendo desde hace años y van a ser perennes en una industria tan joven y parcial como la de los videojuegos, con mucho público joven y unas decisiones de compra mucho más importantes en el largo plazo que las que podría suponer ir a ver una película al cine o comprarse un disco de música, por compararlo con otros medios de entretenimiento.

Así pues, repasemos cuáles son algunos de esos potenciales debates y cómo los podríamos enfocar en una especie de primer resumen sobre lo que ha sido este año para la industria del videojuego:
Con múltiples nominaciones y claramente postulados como los dos principales (y prácticamente únicos) candidatos serios a juego del año -salvo sorpresa-, God of War: Ragnarok y Elden Ring ejemplifican esa cierta sensación de que el 2022 nos ha dejado muchos buenos juegos, pero quizás solo ellos dos son los que van a trascender más allá. Y, lo curioso, es que ninguno resulta especialmente revolucionario: Ragnarok es tremendamente continuista con respecto al primer God War, siguiendo su trama y con nuevos alardes visuales, escenarios, movimientos o enemigos, pero en sí no deja de ser el mismo juego con el más y mejor que siempre se solicita a una secuela. En el caso de Elden Ring, la principal evolución con respecto a la serie Dark Souls es que se sitúa en mundo abierto y presenta una ambientación de su mundo diferente a la de la saga habitual de From Software, pero al fin y al cabo no deja de implicar un concepto muy similar en ritmo de combate, aspecto técnico o incluso referencias varias.

¿Y cuáles pueden ser las otras propuestas con ciertas posibilidades de competir contra esa pareja? Horizon: Forbidden West, A Plague Tale: Requiem o Xenoblade Chronicles 3, todos partes de sagas que también han mejorado y pulido sus propuestas en estos nuevos títulos. Es decir, que, salvando el caso de Stray, los considerados como mejores juegos del año son versiones mejoradas de fórmulas ya existentes... y, de hecho, probablemente como título de plataformas y puzles el juego del gato tampoco es que sea excesivamente revolucionario, más allá del animal controlable y sus particularidades. Aunque, claro, si tenemos que fiarnos de unos premios en los que se ha nominado a Elden Ring como uno de los títulos con mejor narrativa del año, la verdad es que tampoco podemos aventurar que sean particularmente serios. Con Triangle Strategy, Xenoblade Chronicles 3, Sunday Gold y más de una Novela Visual entre los títulos lanzados este año, da la sensación de que ha pesado más el hecho que esos dos títulos debían luchar por todo en la mayor cantidad de premios posible que otra cosa.

Las líneas que dibujan al RPG han sido tan borradas y reescritas que ya son totalmente indistinguibles de otros géneros, donde elementos como la experiencia y progresión del personaje que controlamos, anteriormente distintivas de lo que era o no un RPG, ya no son criterios válidos para establecer una barrera. De hecho, de los nominados a Juego del Año, God of War Ragnarok, Elden Ring, Horizon: Forbidden West y, en cierto sentido, A Plague Tale: Requiem tienen un sistema de ganancia de experiencia, subida de nivel y árboles de habilidad/mejoras, por lo que este criterio ya es completamente descartable como identificativo de un título de este género.

En nuestro caso, God of War: Ragnarok y A Plague Tale: Requiem no han estado en nuestra cobertura por un criterio tan subjetivo como el género en el que ellos mismos se situaron (nunca se definieron como RPGs por sus desarrolladores, aunque sí reconocen "elementos de RPG" o el hecho de que sus entregas anteriores se situaron más en ese cajón de sastre que es el "Acción/Aventura", donde lo mismo te entra Horizon: Forbidden West como The Legend of Zelda: Breath of the Wild o GTAV. Tendríamos que especificar mucho más para situar mejor cada título en un estilo concreto, pero ni por esas evitaríamos duplicidades o criterios subjetivos sobre lo que hace a un RPG.

Es por ello por lo que la explicación de los The Game Awards es llamativa, ya que han colocado la línea en la personalización del personaje controlable, lo cual en cierto aspecto elimina a God of War: Ragnarok, A Plague Tale: Requiem y Horizon: Forbidden West porque ofrecen diferentes líneas de progresión, pero el personaje en sí no cambia radicalmente entre las mismas, simplemente está más especializado en algo concreto. Pero, claro, esto tiene truco: ¿En qué cambia la progresión de uno de los protagonistas de Live A Live? Son todos de línea clara que sólo se afila más o menos dependiendo del equipo que encontremos o lo que les mejoremos subiéndoles de nivel, por lo que en el caso de RPGs clásicos con personajes de personalización fija tiene que pesar algo tan simple como "controlamos a un grupo", que ya nos sitúa normalmente entre RPG o estrategia... y mejor no empecemos a darle vueltas a cuántos RPGs estratégicos desde Warcraft 3 tienen un sistema de niveles y es el máximo tamaño del grupo lo que define mejor qué se va a un género u otro.

De la lista de títulos nominados como mejor RPG del año también podemos encontrar que, de los cinco candidatos, cuatro fueron o son exclusivos de Nintendo Switch, en una de las dominancias más sólidas que podemos recordar. Evidentemente, hay algún caso discutible, como sería el de Leyendas Pokémon: Arceus, donde han pesado más las grandes ventas del título y que fuese divertido sobre otros aspectos que normalmente harían a un título mejor o peor RPG, pero en la consola de Nintendo también se han lanzado otros títulos llamativos del género como Mario+Rabbids: Sparks of Hope, Fire Emblem Warriors, Rune Factory 5, Harvestella, antes de final de  año Dragon Quest Treasures... no es que ninguno de ellos sea un candidato serio a mejor RPG del año (que igual para algún jugador sí que lo podrían ser), pero es un claro reflejo de que Nintendo está logrando mantener un catálogo de RPGs bastante amplio.

A ello también ayuda que la práctica totalidad de la industria independiente piense en Switch como el principal port que realizar en consolas, lo que hace que no se pierda ninguno de los RPGs independientes que han dejado de ser exclusivos de PC, lo cual amplía esa sensación de que la consola sólo se pierde los RPGs que son exclusivos o tienen un nivel técnico que le supera. Y cuando tienes acuerdos de exclusividades temporales con compañías como Square Enix, es fácil que acabes siendo realmente dominante en las nominaciones porque las grandes propuestas que recibe la consola son muy relevantes, pero con un problema claro: el límite es Nintendo Switch, que es algo que lastra un poco a las exclusividades en esta clase de galardones donde hay votación popular. Al fin y al cabo, a Elden Ring lo pueden valorar jugadores de PC y sistemas PlayStation o Xbox, a Xenoblade Chronicles 3 sólo los de Switch. Y por mucho que esté vendiendo la consola de Nintendo, en número puro acaba perdiendo.

La respuesta es obvia: No. Pero sin embargo los The Game Awards de este año han demostrado muy poca pasión por las desarrolladoras independientes, quizás ofuscados por los grandes AAA y el premio al nivel técnico de Stray como el principal representante de la industria independiente junto a un Immortality que no ha tenido, ni de lejos, la repercusión de obras como Cult of the Lamb, Scorn, Citizen Sleeper, Endling, As Dusk Falls, Neon White, Sifu, Tunic... a los que podríamos sumar los autobattlers como Vampire Survivors o Brotato, los pequeños éxitos como "juego de streamers" de los simuladores de trabajos (gasolineras, limpiadores...) y otros tantos que siguen demostrando a la industria independiente como la que descubre y copa muchos huecos y oportunidades jugables que la industria general no llega a detectar y ocupar a tiempo.

Y, sin embargo, muchos de esos títulos han sido "relegados" por no encajar en los géneros o estilos más estándares... y otros a la inversa, como es el caso de Sifu, nominado a la vez como mejor juego de Acción y de Lucha. Citizen Sleeper, Cult of the Lamb, Vampire Survivors o Scorn aparecen en alguna categoría sueltos, pero tampoco han llegado más allá a pesar de que perfectamente los podríamos considerar como parte de los juegos más interesantes del 2022 junto a los Tunic, Neon White... Sin obviar que ni está nominado en alguna categoría Sunday Gold. Por cierto, gran jugada a la hora de incluir a Marvel Snap en las nominaciones cuando oficialmente en PC es considerado como un Juego en Acceso Anticipado.


Pero, bueno, tampoco queremos monopolizar este debate y leeros también a vosotros opinar sobre estos aspectos. ¿Qué os parecen estos premios? ¿Estáis de acuerdo en nuestras apreciaciones?

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