[Análisis] Dragon Quest Treasures
Dragon Quest es una saga que no necesita presentación, siendo básica para el género RPG nipón y contando ya con numerosas entregas, tanto principales como spin-off. Al ser una franquicia tan veterana, incluso muchos de sus títulos secundarios que exploran otros estilos son ya sagas con varias entregas, si bien muchas se quedaron en Japón dadas las dudas sobre su recepción en occidente.
Estos títulos han abarcado varios estilos diferentes, pero el que nos ocupa se podría considerar que explora un nuevo estilo, aunque con reminiscencias a los Dragon Quest Monsters. La diferencia es que Square Enix ya es consciente de que esta saga también puede funcionar fuera de sus fronteras y, por tanto, tiene un segundo reclamo para este nuevo juego: está
ambientado en el universo de Dragon Quest XI, compartiendo personajes con ese título que rompió todas las barreras de la saga.
Esta es la carta de presentación de este Dragon Quest Treasures, un título publicado en diciembre del pasado año para Nintendo Switch que, para demostrar el compromiso y fe en occidente -y también con un poquito de ayuda de Nintendo- se publicó en la misma fecha en todo el mundo y nos llegó completamente localizado en español, con una muy buena calidad... aunque también notables referencias hispanas que pueden ser algo más difíciles de entender fuera de nuestras fronteras. ¿Es este título un tesoro que quizás merezca la pena buscar? Vamos a analizarlo:
El juego nos pone en la piel de Erik, y de su hermana Mia, uno de los protagonistas de la undécima entrega. No obstante, esta aventura transcurre en su niñez, mucho antes de los acontecimientos principales, y sin tener ningún tipo de relación directa con la trama conocida del título, más allá de compartir personajes.
Los hermanos, huérfanos, viven con una banda pirata vikinga para los que son chicos de los recados, aunque ambos sueñan con la posibilidad de que algún día puedan hacerse con un
tesoro propio y huir de esta vida. Sus sueños empezarán a tomar forma cuando los vikingos vuelven con un extraño botín: un par de
criaturas misteriosas. Erik y Mia los liberan y son transportados a las islas voladoras de Draconia, en una especie de dimensión paralela. Allí, las
misteriosas criaturas se presentarán como aprendices de dioses y les pedirán
ayuda para conseguir unas joyas legendarias, dando comienzo a su tan ansiada
aventura.
En la misión interaccionaremos con otras bandas piratas, también buscando tesoros en la región, así como con aliados que se unirán a nuestra banda de busca-tesoros. Más allá de eso, la historia es bastante simple, explicándonos algo del misterio de la región a medida que avancemos y poco más. En algunas misiones secundarios tendremos la opción de relacionarnos con algún NPC y profundizar un poco más en su historia personal, pero se nota que todo el tema de trama y desarrollo de personajes no es la prioridad del juego, quedando todo a un nivel bastante simple y resultando un mero acompañamiento.
El juego se basa en la exploración y localización de tesoros
(todos ellos referencias a la saga), siendo nuestros objetivos principales
subir el nivel de caza-tesoros de la banda, encontrando todos los que podamos, así como
localizar y recuperar las joyas legendarias, de las que primero tendremos que recaudar
información.
Para explorar nos moveremos en los entornos del juego controlando a uno de los hermanos junto a un
equipo de monstruos, que serán reclutables. Estos, además de ayudarnos en
combate, también tendrán alguna habilidad de exploración, que serán útiles para llegar a ciertas zonas del mapeado. Para localizar tesoros lo haremos con una especie de juego de “frío,
frío, caliente, caliente”, ya que nuestros monstruos nos darán indicaciones
cuando haya algo cerca, pudiendo afinar la búsqueda con un radar y, cuando estemos muy
cerca, diversas visiones nos indicarán el lugar aproximado. También hay unos tesoros
menores, denominados bisutería, que localizaremos sólo pasando cerca de los mismos, sin más mecánicas mediante.
El número de tesoros que podemos llevar encima es limitado,
por lo que tendremos que ir haciendo viajes a nuestra base, donde los tasarán
en función de su rareza y estado. Una vez acumulado un valor suficiente,
subiremos de nivel de banda, lo que nos da ciertos beneficios como poder
reclutar monstruos con mayor facilidad y también servirá para desbloquear nuevos capítulos de la historia principal.
En la base también tendremos otras opciones, como de reclutar monstruos si cumplimos los requisitos de objetos que nos soliciten, cambiar la configuración del grupo, enviar algunos a explorar por su cuenta, usar tiendas, etc. Lo típico de ciudades en RPGs, aunque algunas opciones habrá que desbloquearlas con misiones secundarias.
Respecto al combate, en lugar de mantener el sistema por
turnos de la saga principal, se han inclinado por un estilo más orientado a la
acción. Nuestro personaje, sea Erik o Mia (son equivalentes y escoger uno u
otro es solo un cambio estético), podrá realizar combos simples con su daga,
volteretas para evadir y atacar con un tirachinas, el cual tiene multitud de
tipos de munición, la mayoría equivalentes a hechizos, como ataques
elementales, curaciones, etc. Por otro lado, nuestros monstruos compañeros
contarán con diferentes habilidades en función de la especie, pero actuarán
por libre, sin poder darles más instrucciones que un simple “reagruparos” o “al
ataque”.
Además, la personalización de los mismos es algo leve, ya que solo les podremos equipar medallas, a modo de accesorios, que encontraremos explorando o
al combatir, las cuales suben ligeramente los parámetros o les reportan alguna pasiva,
como resistencia al veneno.
Mientras exploramos también podremos recolectar materiales,
los cuales servirán para crear las municiones del tirachinas o platos de comida
que reforzarán temporalmente a nuestros compañeros, por lo que nuestro
rendimiento en combate irá bastante ligado a este aspecto.
Al final aunque el combate es entretenido, se echa en falta el poder
controlar a los monstruos compañeros para no depender tanto una inteligencia artificial siempre mejorable, aunque fuese de manera indirecta dando órdenes un poco más concretas, ya que
el sistema se hace demasiado básico. La casi nula personalización o que los dos
protagonistas no presenten diferencias tampoco ayuda.
Así, el juego se basa en ir haciendo expediciones por las diferentes islas del archipiélago, explorando en busca de tesoros, combatiendo, cumpliendo alguna misión secundaria que otra y buscando información sobre las joyas. Y, ocasionalmente, también tendremos que superar algún combate contra bandas rivales. Respecto a las misiones secundarias, algunas son entretenidas, especialmente si desarrollan a alguno de nuestros personajes secundarios, pero otras son algo básicas y repetitivas, como las de “consigue reclutar a X monstruo”.
El juego, además, tiene algunas decisiones cuestionables de calidad de vida. Existen métodos de viaje rápido mediante estaciones de tren que, fuera parte de la necesidad de ser desbloqueadas mediante misiones, también sentiremos que la mayoría están muy lejos de los puntos importantes de cada localización, lo que hace que muchos momentos del juego se reduzcan a las (por alguna razón) imposible de cortar escenas de tomar el tren para llegar a la región correspondiente y, luego, la mera caminata hacia las zonas que estábamos explorando previamente. Por si fuera poco, la opción de "Correr" depende de usar a un tipo de monstruos concreto, lo que de alguna forma nos obliga a llevar a uno con esa habilidad para que al menos el camino no se nos haga todavía más largo.
Las animaciones de encontrar un tesoro también son más largas de lo necesario, así como las de tasarlos al regresar (aunque éstas últimas pueden acortarse parcialmente). Algo parecido pasa con el menú de reclutamiento, configuración de grupo, misiones de envío, etc. Tener que ir cambiando entre menús es tedioso y lento. Para ser elementos que se repiten sin cesar, deberían de haber buscado un método más ágil o una forma de eliminar/pasar rápidamente la animación correspondiente, ya que a la vigésima vez ya nos las sabremos de memoria y no son tan cortas como deberían.Además, a pesar las vueltas que nos hacen dar la duración del juego
ronda las 25 horas, algo más si hacemos mucho contenido opcional, lo que nos deja a las claras que el juego no es excesivamente extenso. Eso sí, tiene suficiente contenido extra tras completar la trama principal, como nuevas misiones o enemigos que reclutar. En sí, el título no es muy
difícil siempre que reclutes a monstruos fuertes y juegues un poco con las
municiones/cocina, por lo que se hace un juego muy entretenido sin llegar a sentir que es insultantemente sencillo.
El aspecto sonoro es un calco del título principal, ya que recicla buena parte de las melodías del mismo. El nivel está bien, pero sigue adoleciendo de cierta repetitividad y el factor homenaje al difunto Kōichi Sugiyama hace que le quieran dar mucha presencia a sus últimas composiciones en lugar de haber aprovechado algo más los múltiples temas que el mismo realizó a lo largo de su carrera. Hubiera sido bonito que hubieran hecho un recorrido en lugar de tomar la foto de sus últimos trabajos y ya. En esta ocasión el juego cuenta con doblaje, tanto en inglés como en japonés.
Pese a sus aspectos a mejorar, el juego es entretenido, y gana muchos enteros si te gusta el universo de Dragon Quest. No obstante, dista de estar al nivel de un juego principal de la serie, siendo un título más sencillo que se contenta con ser gracioso y ofrecer una diversión aceptable a lo largo de su desarrollo. Con algo más de mimo, y puliendo algunas aristas, podría haber resultado un mejor juego, pero tal y como está es simplemente un título entretenido y disfrutable, sin más.
Es un juegazo, divertidísimo y con una exploración muy buena.
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