Cerramos el 2024: lo que nos dejó este año

FFVII Rebirth
El año 2024 se acaba, y con él doce meses de grandes emociones y títulos realmente interesantes para el género RPG. Cuando la cosa empezaba con Like A Dragon: Infinite Wealth, Granblue Fantasy: Relink, Persona 3 Reload, Final Fantasy VII Rebirth, Dragon's Dogma II, Rise of the Ronin o Unicorn Overlord en su primer cuarto, estaba claro que íbamos a disfrutar mucho. Sin embargo, también dio una cierta sensación de que el ritmo se redujo un poco con el paso de los meses. Por supuesto, hemos tenido a Trails Through Daybreak, Black Myth: Wukong, Elden Ring: Shadow of the Erdtree, Visions of Mana, Ys X: Nordics, Metaphor ReFantazio, Dragon Age: The Veilguard... Pero han estado repartido a lo largo de los meses, no se ha mantenido esa concentración tan exagerada que tuvimos al comenzar el año. Y, hey, mejor para nuestros bolsillos, porque está claro que jugar a todos los RPGs importantes de este año es una tarea titánica que casi ninguno hemos podido completar.

Como hacemos todos los años, vamos a intentar realizar una reflexión rápida sobre lo que ha supuesto para el género RPG y la industria de los videojuegos en términos generales, ya que han pasado muchas cosas y siempre está bien mirar atrás para analizar todo lo que ha ocurrido en este año. Esto, además, nos permitirá sentar las bases sobre lo que nos espera para el 2025, porque la entrada a otro año apasionante llegará también con muchos títulos muy importantes y con la rémora de lo que ha ocurrido en estos últimos meses.

Un año de especialistas
Si consideramos que Atlus está bajo el paraguas de Sega, el 2024 nos ha dejado buena parte de sus grandes títulos proviniendo de las compañías japonesas más importantes en el estilo. Persona 3 Reload, Shin Megami Tensei V: Vengeance, Unicorn Overlord, Like A Dragon: Infinite Wealth y Metaphor: ReFantazio del bloque de Sega. Final Fantasy VII: Rebirth, Dragon Quest III HD-2D Remake, Visions of Mana, las expansiones de Final Fantasy XIV y XVI, SaGa: Emerald Beyond y Romancing SaGa 2: Revenge of the Seven del de Square Enix. De Nihon Falcom, con el habitual retraso, hemos recibido Trails Through Daybreak e Ys X: Nordics. Hasta compañías como Capcom con Dragon's Dogma II o From Software con Elden Ring: Shadow of the Erdtree han estado presentes. Ha vuelto Bioware con Dragon Age: The Veilguard...

Pero, aunque han sido los grandes referentes de este año en el género, también estamos empezando a ver en serio a los enésimos "que vienen" que se llevaban diciendo desde hace años. China ya tiene su primer gran título que no tiene el foco en el multijugador o herramientas de servicio con Black Myth: Wukong y Corea del Sur ha tenido este año a Stellar Blade para seguir con esa gran impresión que dejó Lies of P. HoYoverse, además, se quiere consolidar aún más en el mercado Gacha y, a pesar de que hemos tenido un año cargado de nuevas propuestas de alto impacto en el estilo, han logrado publicar Zenless Zone Zero y elevar a tres los títulos de este estilo que lleva por delante, junto a Genshin Impact y Honkai: Star Rail. Precisamente del dinero de ese mercado tenemos este año a Granblue Fantasy: Relink y a una de las grandes decepciones del 2024: Level-5 ha vuelto a faltar a su promesa y acaba el año con el simplón Megaton Musashi: Wired y una demo de de Inazuma Eleven: Great Road of Heroes. Esperemos que, al fin, el 2025 podamos decir que han vuelto con el regreso de su saga de RPGs de futbol, Profesor Layton y Fantasy Life, porque lo de mandar a Decapolice al 2026 (recordemos que fue anunciado para el 2023 originalmente) y la pantomima sustentada con IA de Holy Horror Mansion, da un poco de miedo la forma en la que están llevando su regreso.

Pinchazo indie
Había muchos RPGs independientes que despertaban un gran interés para este 2024: Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes suponía el regreso del equipo original de Suikoden, publicándose solo unos meses después de la tragedia del fallecimiento de su director; Broken Roads superaba múltiples retrasos de última hora para ofrecer una interesante trama de supervivencia en una Australia post-apocalíptica; Flowstone Saga era el regreso de los creadores del gran Tangledeep con una curiosa mezcla entre RPG y TetrisBeloved Rapture llamaba la atención de los que buscaban un RPG inspirado en el estilo de Final Fantasy VI; Sky Oceans: Wings for Hire quería recuperar la esencia de una leyenda como Skies of Arcadia; VED traía originalidad visual y en sistemas para un RPG narrativo; Neon Blood ofrecería combates por turnos en un ambienta cyberpunk de pixelart muy llamativo... Y, salvo el primero, que ha superado las 100.000 copias vendidas, todos se la han pegado de una forma u otra.

Pero no es solo un tema de ventas, es también un problema a la hora de cerrar adecuadamente los títulos, con muchos de ellos llegando en estados poco pulidos, ahogados por unas fechas de lanzamiento que se alejan completamente de lo que se suponía como "independiente". La necesidad de financiación y distribución está provocando que este entorno ya no dependa tan fácilmente de sus propios desarrolladores y eso hace que lleguen RPGs plagados de bugs y desequilibrios varios que hacen que propuestas interesantes se vayan por el sumidero. La feroz competencia y una mayor presión en el entorno hace que muchas de las mejores propuestas del año hayan surgido casi por sorpresa. Balatro1000xResist, Animal Well, The Rise of the Golden Idol, Europa, Keep Driving, Tenebris Somnia, Mouthwashing, Tiny Glade... muchas referencias a otros estilos, pero nos ha faltado ese gran RPG independiente publicado este año. Técnicamente podríamos decir Hades II, Path of Exile II, Palworld... pero estos ya son palabras mayores y. por mucho que estén en acceso anticipado, su presupuesto es mucho mayor al de la media, por méritos propios eso sí. Songs of Conquest es de los pocos RPGs indies de alto impacto de este periodo y sin mucho peso detrás que quizás ha tenido un mayor impacto, al igual que el extrañísimo caso de YIIK, que se ha casi relanzado este final de año con una nueva versión que es todo lo que prometía originalmente y más. Pero, bueno, por un año en el que no haya un juegazo imprescindible del género que llega de esta corriente tampoco pasa nada. Muchas de las propuestas comentadas son interesantes, por mucho que no fuesen tan sólidos.

iA
La IA generativa ha tenido una gran explosión este 2024 y ya tenemos varios juegos que hacen uso de la misma, con varios indies donde se nota a la legua que sus diseños de personajes fueron diseñados o completados usando estas herramientas. En general, lo más notable por el momento es el tema de la similitud de muchos de esos diseños (es lo que tiene que la mayoría se basen en el mismo artista coreano), aunque ya estamos viendo ejemplos como Suck Up o el mod de IA de The Elder Scroll V: Skyrim que permiten conversar con cualquier NPC del juego usando el micrófono y logrando respuestas apropiadas a lo que sea que les contemos. ¿Será esto más usado en el futuro? Está por ver, pero con robots cuentacuentos y Game Masters de IA generativa, está claro que vamos a tener muchas más propuestas el año que viene. La cosa es que consigan hacer algo interesante y no depender tanto de la gracia e imaginación del propio jugador.

En cuanto al uso artístico, el reescalado por IA se lleva usando desde hace años y ahora lo que ocurre es que también se está contando con ella para pulir detalles o generar fondos, elementos sueltos, algún boceto... Es decir, cosas secundarias que puedan acelerar un poco el proceso. Pero esto puede acabar extendiéndose y seremos nosotros los que tendremos títulos genéricos con un arte similar y en los que la IA empiece a sustituir a artistas, programadores o guionistas que podrían tener propuestas mucho más interesantes y, sobre todo, originales. Una industria que ya está en declive, con muchas compañías despidiendo mano de obra y maltratándola día sí y día también lo que menos necesita es una herramienta más para favorecer la avaricia y las excesivas necesidades de rentabilidad para alimentar a equipos directivos o campañas publicitarias que solo buscan una rentabilidad cada vez mayor que parece absolutamente imposible de mantener al medio-largo plazo.

Palworld
Palworld ha sido uno de los grandes superventas del año, pero también una de las grandes polémicas del 2024.  La primera, es evidente: se trata de un juego que ha copiado con más o menos descaro a Pokémon en sus diseños para realizar un título que mezcla mundo abierto, supervivencia, construcción de bases, disparos... Es, básicamente, el sueño de cualquier adolescente que se hace el adulto en base a convertirlo todo en más violento, pero con todo los elementos y el don de la oportunidad para cuadrar con todo y acabar resultando todo un éxito. ¿Es lícito lucrarse de diseños famosos de otra compañía para que sean reconocibles en tu juego, tratándolas de una forma muy diferente a lo que haría sus creadores originales? El director de Pocket Pair dio una larga ronda de entrevistas demostrando que a él no le importaba la originalidad, que solo quería encontrar un juego como este y poder explotarlo a su gusto, algo que va camino de lograr: alianza con Sony Music y Aniplex para una serie de animación, merchandising, juego de móvil diseñado por Krafton... Este juego quiere ser el nuevo Pokémon... literalmente usando pokémon alterados ligeramente, lo cual es bastante discutible.

Aunque la respuesta de Nintendo tampoco ha sido la mejor: demandar a la compañía por unas patentes que por alguna razón tiene registradas y que le permiten atacar de esta forma a cualquier título que considere lo suficientemente peligroso es algo que da mucho miedo, sobre todo porque estamos tratando con líneas tan finas que se podría llegar a un caso similar al que tuvimos hace una década, cuando Sega demandó a Level-5 porque los controles de diferentes personajes y objetos usando el stylus era algo que habían registrado ellos. Que compañías de este calibre y recorrido se pongan a registrar elementos básicos para la industria como gestos, animaciones, acciones específicas y otros tantos casos como arma para poder acabar con empresas que crezcan demasiado es algo tremendamente peligroso, porque además muchas de esas demandas lo único que buscan es provocar costes al rival por defenderse en un juicio (y retirarse si no se lo puede permitir) o simplemente molestar lo suficiente para dañar la imagen externa o frenar nuevos desarrollos. Eso sí, con Pocketpair parece que han pinchado en hueso.

Modelo cambiar
Pero lo que está más claro de este año es que el modelo de esta industria debe cambiar y no puede seguir con el ritmo actual. Tenemos a una histórica como Ubisoft buscando la una venta tras unos cuantos resultados malos. Square Enix vive en un perpetuo "no ha cumplido las expectativas de ventas" y está en pleno proceso de reorganización interno, Riot Games, Microsoft Gaming, Eidos-Montreal, Sony, EA, Sega, Activision, Take-Two, Sumo Group, Blizzard o Bungie han reducido sus plantillas este año (y son las occidentales, que lo dicen, porque en Japón se callan la boca), tenemos los cierres de Tango Gameworks, Roll7 y Ready at Dawn, los casos de Annapurna y Humble... Las heridas del COVID-19 y los errores que provocaron en muchas compañías con unos números irreales en un periodo donde muchos estaban encerrados en casa consumiendo videojuegos o viendo streams, con Sony y Microsoft duplicando la apuesta y lanzando nuevas consolas en ese periodo, se están dejando ver cada vez más.

Ahora mismo la industria AAA parece casi insostenible, necesitando una escalada de precios de venta inasumible, despidos o algún tipo de financiación tipo "juego de servicio" que en muchos casos acaba corrompida por la avaricia. Con los indies ya hemos comentado que parecen estar entrando también en esa vorágine de "el juego tiene que estar para X día", necesidad de publishers externos que también se querrán llevar su parte por su trabajo... Estamos entrando en una especie de bucle en el que incluso buenos juegos no tienen una recepción suficiente para ser rentables, lo cual es tremendamente peligroso para la estabilidad de este mercado. Alguien tiene que poner los pies en la tierra y plantarse en un modelo más estable y sostenible, porque en algunos casos parecemos entrar en el periodo de explotación excesiva de la gallina de los huevos de oro. Y ya sabemos cómo acaba el cuento.

Pero, bueno. Mejor pensemos solo en los buenos deseos para el 2025: tendremos a una nueva consola con la sucesora de Nintendo Switch que, básicamente, solo necesita retrocompatibilidad y tener un nivel técnico comparable a Steam Deck o similares, con un precio accesible, para que el modelo sea lo menos disruptivo posible y permita avanzar a Nintendo sin crear una política de choque. Tendremos una gran avalancha de RPGs esperadísimos, con Ender Magnolia: Bloom of the Mist, Final Fantasy VII Rebirth en PC, Tails of Iron II, Citizen Sleeper 2, Kingdom Come Deliverance II, Assassin's Creed Shadows, Trails Through Daybreak II, Avowed o Monster Hunter Wilds en los primeros dos meses. Y luego tendremos los remasters de los dos primeros Suikoden y Dragon Quest, Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition, Atelier Yumia en español, The First Berserker Khazan, All in Abyss, el remake de OFF, The Hundred Line de los creadores de Dangaronpa, Fantasy Life i, Inazuma Eleven: Victory Road, Atelier Resleriana, Clair Obscur: Expedition 33, dos capítulos de Deltarune, Demonschool, Elden Ring: Nightrein, Everhood 2, el regreso de Fable si cumple las previsiones, el RPG de To The Moon, Lost Soul Aside, Moonlighter 2, The Outer Worlds 2, Penny Blood, Leyendas Pokémon ZA, Rune Factory: Guardians of Azuma, Showa American Story, Slay the Spire II, Trails in the Sky: 1st Chapter, Vampire: The Masquerade: Bloodlines 2 (MIEDO), Wuchang: Fallen Feathers... y nos estamos comiendo a muchos. Sí, algunos no llegarán este año o es posible que más de uno no cumpla las expectativas, pero la lista es enorme.

Es decir, se nos viene un 2025 absolutamente brutal que esperamos podamos disfrutar con salud, dinero y amor. Desde Destino RPG os deseamos que tengáis un año absolutamente especial y que podamos seguir compartiendo buenos momentos juntos.

¡A POR UN FELIZ 2025!

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